Sophia Loren reveló su furia por Meryl Streep: 'Ese papel era mío'
Sophia Loren
No todas las historias de la industria del cine están marcadas por la admiración mutua entre estrellas.

A veces, incluso las leyendas más icónicas pueden sentir celos, frustración o una punzada de decepción cuando un papel soñado se va a manos de otra actriz. Así lo confesó Sophia Loren, una de las grandes divas del cine italiano, al recordar cómo llegó a “odiar” a Meryl Streep por protagonizar uno de los dramas románticos más influyentes del cine: Los puentes de Madison (1995).
En una entrevista realizada durante la Festa del Cinema di Roma de 2007, donde presentó el documental Sophia. Ayer, hoy, mañana, dirigido por Massimo Ferrari, Loren fue tajante: “Reconozco haber odiado a Meryl Streep. ¿Cómo es posible, me preguntaba, que haga de una italiana? Ese papel tenía que haber sido para mí”, sentenció sin rodeos ante un auditorio sorprendido.
El personaje en cuestión era Francesca Johnson, una ama de casa italiana radicada en el campo de Iowa que vive una breve pero intensa historia de amor con un fotógrafo de National Geographic, interpretado por Clint Eastwood. La cinta, dirigida también por Eastwood, se convirtió en un fenómeno por su sobriedad emocional, la madurez de su trama y la humanidad de sus personajes. El papel de Streep, una mujer atrapada entre el deber familiar y el deseo personal, le valió una nominación al Oscar a Mejor Actriz Protagonista.
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Sophia Loren sintió que ese papel le pertenecía por derecho: no solo por su nacionalidad italiana y su dominio del cine dramático, sino también por su peso en la historia del séptimo arte. Había sido la cara de títulos emblemáticos como Dos mujeres y Matrimonio a la italiana, y el personaje de Francesca representaba una síntesis perfecta de sus capacidades como actriz. En sus palabras, no se trataba solo de un casting: era un asunto de identidad.
La película, basada en la novela de Robert James Waller, es considerada una de las más icónicas del género romántico. Francesca es una mujer invisible a los ojos del mundo, atrapada en una rutina doméstica hasta que la llegada de Robert Kincaid, el fotógrafo, la sacude emocionalmente. Meryl Streep, con una interpretación llena de matices, logró transmitir toda la complejidad de ese dilema moral y emocional. Su acento italiano, sus silencios y la tensión interna que desplegó ante la cámara fueron claves para convertir la película en un clásico.
Incluso Clint Eastwood sorprendió al asumir un rol diametralmente opuesto al arquetipo de masculinidad dura que había cultivado durante décadas. En Los puentes de Madison, el actor y director se muestra vulnerable, sensible y contenido.
Según relató Meryl Streep en el último Festival de Cannes, Eastwood fue un director meticuloso y sereno durante el rodaje, salvo una ocasión en la que estalló por el ruido en el set: “Solo recuerdo verle enfadado en una ocasión, cuando unos técnicos estaban hablando demasiado alto y su cháchara se escuchaba desde la cocina en la que estábamos filmando. Clint pegó un grito que dejó en shock a todo el equipo durante un buen rato”, confesó la actriz.
La rivalidad inesperada entre Loren y Streep no empañó el legado de ninguna de las dos. Más bien, mostró el costado humano de una industria donde incluso los nombres más venerados luchan por espacios que sienten propios. Aunque Loren no fue parte del filme, su reacción aporta una mirada honesta y sin filtros sobre cómo se viven las decisiones de casting en Hollywood.
Mientras Los puentes de Madison continúa siendo una referencia obligada para los amantes del cine romántico, disponible hoy en plataformas como Filmin y Movistar Plus+, la anécdota de Sophia Loren agrega una capa fascinante a su historia: la de una gran actriz que vio pasar de largo un papel que pudo haber sido otro punto alto en su ilustre carrera.