Película biográfica de Amy Winehouse es duramente criticada: 'Es espantosa, aplasta su talento'

Pese a la buena actuación de Marisa Abela, quien interpreta a la fallecida cantante y a la banda sonora repleta de éxitos, la película Back to Black que narra la vida de Amy Winehouse ha sido toda una decepción para gran parte de los críticos cinematográfica.

“Back to Black” como película es un asunto manso y mediocre. Una película biográfica contada de forma convencional sobre una artista talentosa que se hizo famosa, luchó contra las drogas, la depresión y la bulimia, y murió prematuramente. ¿Pero como retrato de Amy Winehouse ? Es simplemente espantoso", señala Lindsey Bahir en un reportaje publicado por la AP.

El principal problema con cualquier película sobre Winehouse es que ya existe una película que la define: el documental ganador del Oscar “Amy”, de Asif Kapadia, estrenado cuatro años después de su muerte por intoxicación alcohólica a los 27 años. Contado a través de material de archivo, videos caseros y observaciones de quienes A su alrededor, se sentía tan íntimo y sin filtros como un diario.

“Amy” fue un retrato aleccionador de adicción, fama y complicidad que también te permite conocer y amar a la persona detrás de las canciones, el delineador de ojos, la colmena, las zapatillas de ballet ensangrentadas y las invasivas fotos de los paparazzi, dice la periodista. Nadie pensaba que era sensacionalista y ella es la que más habla.

Sam Taylor-Johnson, quien dirigió, dijo que quería eliminar la idea de “culpa” de la ecuación, que la familia no tenía participación en su parte y no se beneficiaría financieramente. Y, sin embargo, también parece una respuesta directa a la película de Kapadia, que describe más de unos pocos momentos clave de manera tremendamente diferente. No sólo se muestran bajo una luz diferente: algunos cuentan una historia completamente diferente.

El guión de Matthew Greenhalgh siente empatía por el exmarido Blake Fielder-Civil (O'Connell) y su padre Mitch Winehouse (Marsan), quienes han sido villanos a lo largo de los años. En la película, la mayoría simplemente está atrapada en un torbellino de inevitabilidad y la confusión retrospectiva del dolor.

Taylor-Johnson ha dicho que tampoco quería embellecer la depresión, la adicción o la bulimia, pero esta última, con la que luchó antes de ser famosa, apenas se reconoce. La descripción de los trastornos alimentarios es inherentemente complicada, pero tenía que haber una manera de abordar una parte tan grande de su vida y su autoimagen de manera más directa.

Aunque lineal, la historia también es extrañamente confusa, asumiendo que el público conoce muchos detalles de su vida (como, por ejemplo, la bulimia) y de las personas que la integran. La película recorre momentos importantes de su carrera en el montaje, y parece ralentizarse sólo por unas pocas cosas: una actuación, el rostro de Amy en diversas formas de angustia y agonía por borrachera o escenas con ella y Blake. ¿Intentaba una forma de jazz libre o simplemente es desordenado?

En cierto modo, este retrato de Amy Winehouse convierte su inmenso talento en el espectáculo secundario y su obsesión/romance/dolor por Blake en la historia definitoria de su vida adulta. Esto se compensa al menos en parte con la química entre Abela y O'Connell, quienes lucen demasiado brillantes y saludables para ser creíbles como adictos a la heroína.

Pero el mayor defecto es lo sorprendentemente cliché que es el final. A pesar de todos los movimientos de “Back to Black” sobre temas delicados, su despedida románticamente fotografiada a Amy es quizás la toma más peligrosamente glamorosa de la película. Ni siquiera se vuelve negro después de que una tarjeta de título anuncia su muerte. Antes de que alguien pueda sentir algo, muestran a Amy diciéndole a la audiencia que todo lo que quiere es que sus canciones hagan que la gente se olvide un poco de sus problemas.