Oliver Stone, el dedo en la llaga de Hollywood
Hay cineastas a los que los persiguen las etiquetas. Steven Spielberg es el rey Midas de Hollywood, Woody Allen es el genio neoyorquino y Quentin Tarantino es el maestro de la violencia postmoderna. Pero a Oliver Stone, que cumple este jueves 70 años, le acechan otros adjetivos: polémico, político, controvertido.
Nadar a contracorriente ha sido el santo y seña de la carrera de Stone (Nueva York, 1946) y no parece que vaya a cambiar de rumbo con "Snowden", la cinta que se estrena esta semana en EEUU y que narra la historia del exmiembro de la Agencia de la Seguridad Nacional (NSA) que reveló los programas de vigilancia masiva de esa institución, provocando un escándalo internacional.
La campaña de promoción de "Snowden" ha sido un espectáculo en sí misma. Así, fue muy comentada la participación del realizador en la Comic-Con de San Diego donde, con su vehemencia habitual, alertó de la falta de privacidad en la sociedad contemporánea y definió al videojuego Pokémon Go como "capitalismo de vigilancia".
Además, en el preestreno que se llevará a cabo hoy en diferentes cines de Estados Unidos se proyectará la cinta seguida de un coloquio virtual entre Stone y Snowden, que intervendrá vía satélite desde su refugio en Rusia.
Lo cierto es que la figura de Snowden, traidor y espía para unos, héroe y defensor de la libertad para otros, le viene como anillo al dedo a un director experto en hurgar y desentrañar los recovecos del sistema y en mostrar los ángulos ciegos de la clase dirigente en Estados Unidos.
En este sentido, el actor Joseph Gordon-Levitt, cuya interpretación de Snowden ha sido unánimemente elogiada, apuntó en una reciente entrevista con Efe que Stone "es un gran patriota".
"Hay quien apoya a su país independientemente de sus acciones y sin preguntarse por qué actúa de una u otra manera", indicó el actor, sin alinearse con esa propuesta de pensamiento.
"Otros, como ocurre en un país libre y democrático como EEUU, se hacen esas preguntas; para mí, eso es ser realmente un patriota", añadió.
A la espera del veredicto del público, el largometraje cuenta con el visto bueno de Snowden, que en una reciente conversación con el diario económico Financial Times dijo que, respecto a las cuestiones políticas de su caso, el filme es "lo más cercano a la realidad" que puede lograr una película.
De cualquier manera, "Snowden" se añadirá a la larga lista de filmes con trasfondo político que se han convertido en la marca de la casa del potente y arriesgado cine de Stone.
Esta temática fue evidente en cintas centradas en presidentes estadounidenses como "JFK" (1991), "Nixon" (1995) y "W." (2008), dedicada a George W. Bush, o en la serie documental "The Untold History of the United States" (2012-2013).
Sus reflexiones también empaparon algunos de sus proyectos más populares, como "Platoon" (1986) y "Born on the Fourth of July" (1989), sobre la guerra de Vietnam, o "Wall Street" (1987) y "Wall Street: Money Never Sleeps" (2010), en torno al despiadado imperio sin ley de las finanzas internacionales.
En el tibio ambiente liberal y progresista casi por inercia que caracteriza a Hollywood, Stone parece la oveja negra del rebaño, con opiniones políticas más contundentes y mucho más radicales que las de sus compañeros de profesión.
Desde esa perspectiva surgieron los documentales "Comandante" (2003) y "Looking for Fidel" (2004), acerca del líder Cubano Fidel Castro, o "South of the Border" (2009), una cinta de entrevistas con presidentes latinoamericanos como Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández (Argentina) o Rafael Correa (Ecuador).
Ganador de tres Óscar, dos como mejor director, por "Platoon" y "Born on the Fourth of July", y uno al mejor guión adaptado, por "Midnight Express" (1978), Stone no está dispuesto a dar un respiro a sus críticos, ya que acaba de rodar otro proyecto que encenderá más de una discusión: un documental sobre el presidente ruso Vladímir Putin.