Michael Keaton, el actor que pasó de un pueblo obrero a ser un ícono de Hollywood
A los 73 años, no solo sigue siendo una de las figuras más reconocidas de la actuación, sino que también destaca por su vitalidad y entusiasmo inquebrantables.
En una entrevista reciente con la revista británica The Rake, Michael Keaton compartió detalles íntimos de su vida, su carrera y los desafíos que ha enfrentado, revelando el motor que lo impulsa a seguir conquistando nuevos horizontes.
“Me cuesta mucho quedarme quieto, cualquiera que me conozca te lo dirá”, confesó el actor durante la conversación. Esa misma energía que lo caracteriza ha sido fundamental para mantenerse activo en un 2024 repleto de proyectos, como su regreso al emblemático papel de Beetlejuice y su incursión como director y actor en Knox Goes Away.
Antes de convertirse en una estrella de cine, Keaton creció en un pequeño pueblo obrero cerca de Pittsburgh, en el seno de una familia numerosa y de clase media baja. “Crecimos fuera de Pittsburgh, en un pueblo de acero. No teníamos nada lujoso. Yo siempre fui mucho más rural que mis compañeros de clase”, recordó el actor, rememorando su infancia rodeada de naturaleza, donde pasaba el tiempo explorando arroyos y pescando.
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En casa, como el menor de siete hermanos, Keaton tenía una audiencia constante para sus ocurrencias, pero su interés por el entretenimiento no fue inmediato. La llegada de un televisor en blanco y negro, ganado por su padre en una rifa, despertó su imaginación. “Los sábados por la mañana, cuando no tenía escuela, me levantaba para ver westerns y películas de la Segunda Guerra Mundial”, relató, describiendo cómo ese aparato, que reunía al vecindario entero, fue su primera ventana al mundo del espectáculo.
Su incursión en la actuación comenzó años después, en la universidad, y se consolidó con una obra local que recibió una inesperada reseña positiva en un periódico. “No me di cuenta de que alguien iba a reseñar la obra”, confesó. Esa experiencia marcó el inicio de su trayectoria, plantando en él la certeza de que tenía talento para triunfar.
Durante la entrevista, Keaton reveló cómo enfrentó años de dolor de espalda, un problema físico que lo afectó profundamente. “Tuve un mal de espalda durante mucho tiempo. Me tomó años mejorarla”, confesó, atribuyendo el origen del problema a su pasión por el hockey y las exigencias físicas de la paternidad. Incluso recordó con humor cómo, durante el rodaje de Mr. Mom (1983), tuvo que ser transportado en una camioneta donde pudiera recostarse para aliviar el dolor.
Hoy, ese capítulo quedó atrás, y Keaton se muestra enérgico y lleno de vida. Su vitalidad es una constante que lo ha acompañado a lo largo de su carrera, permitiéndole abordar proyectos ambiciosos y mantener su lugar en la cima de la industria cinematográfica.
La carrera de Michael Keaton está marcada por relaciones creativas que definieron su trayectoria, comenzando con su colaboración con Tim Burton en Beetlejuice (1988) y Batman (1989). Sobre su conexión con el visionario cineasta, el actor comentó: “Tim y yo, no puedo decirte exactamente qué es lo que funciona entre nosotros. En muchos sentidos somos similares, pero en otros no, y eso también contribuye a que funcione”.
Por otro lado, su experiencia con Alejandro González Iñárritu en Birdman (2014), película que le valió una nominación al Oscar, fue un desafío diferente. “Alejandro es muy exigente, y hay personas que no lo manejan bien. Pero me encantó trabajar con él y ese proyecto me fascinó”, aseguró. Aunque describió al director como “duro con la gente”, destacó la importancia de establecer una relación de igualdad: “Tuve que asegurarme de que éramos iguales, y funcionó perfectamente”.
Keaton no solo es un maestro del cine, sino también un ejemplo de cómo la pasión y el esfuerzo constante pueden superar cualquier obstáculo.