Mark Hamill: '¿Quién iba a pensar que había plan de pensiones para los Jedi?'
Treinta y cuatro años después de empuñar una espada láser por última vez, el actor estadounidense Mark Hamill vuelve a hacerlo como el icónico Luke Skywalker en "Star Wars: The Last Jedi", la penúltima entrega de la saga intergaláctica más popular en la historia del cine.
En una entrevista con Efe en Londres, Hamill reconoció que fue el empuje de Carrie Fisher (Princesa Leia/General Leia Organa) y Harrison Ford (Han Solo) lo que hizo aceptar esta nueva propuesta y que "ni en un millón de años" hubiera pensado que iba a vestirse de nuevo de Skywalker: "¿Quién iba a pensar que había un plan de pensiones para los Jedi?", bromeó el intérprete, de 66 años.
"Tuve un inicio, un desarrollo y un final en Star Wars, y nuestra historia había terminado. A mí eso me parecía bien. De hecho, pensé que si se hacían más películas sería con nuevos personajes. Por eso me sorprendió tanto cuando me pidieron que regresara", manifestó Hamill, protagonista del filme más esperado del año.
Ataviado con un chaqueta de punto de color gris marengo, camiseta negra y pantalones oscuros, el actor, con marcadas ojeras y visiblemente cansado, atendió a Efe en un céntrico y lujoso hotel de la capital británica, pocas horas antes del preestreno europeo.
Tras dos años de espera -"The Force Awakens" se estrenó en 2015-, la saga que inició George Lucas en 1977 vuelve con su octava y penúltima entrega, esta vez dirigida por Rian Johnson ("Brick" o "Looper").
"Recibí una llamada totalmente inesperada y me preguntaron si quería participar. ¡No me lo podía creer! No supe dar una respuesta en el momento, contrariamente a lo que hizo Carrie (Fisher), que dijo sin pensarlo: '¡Estoy dentro!", contó Hamill.
"'Mark, ¿qué papeles hay ahora en Hollywood para mujeres mayores de 50 años?', me regañó Carrie cuando le dije que tenía que haber esperado un poco, puesto cara de póquer y, quizá, negociado más dinero", explicó. "¡Pero no era solo eso, teníamos una responsabilidad enorme!", apuntó.
El actor reconoció que tenía "miedo de decepcionar" a los seguidores incondicionales de la saga, aunque admite ahora que volver a encarnar a Luke Skywalker era "algo irresistible": "Si no te diviertes haciendo una película de Star Wars es que algo pasa contigo", ríe.
"Como dije antes, ya tuve un comienzo, un desarrollo y un final, y me daba miedo volver y decepcionar, ya sea con una historia que no fuera buena o con Luke", aseguró. "Tengo algo de dinero ahorrado, una casa pequeña y soy feliz con mi mujer y mis perros... ¿Por qué arriesgar todo eso", contó.
"Pero esto era irresistible. Me divertí tanto, tantísimo, haciendo las primeras películas que solo por tener una parte de esa diversión merecía la pena, subrayó Hamill, protagonista de esta octava entrega junto a su antigua compañera de reparto, Carrie Fisher, los jóvenes Daisy Ridley (Rey), John Boyega (Finn) y Adam Driver (Kylo Ren/Ben Solo) y al entrañable Chewbacca.
En la cinta, que se desarrolla inmediatamente después de los sucesos acontecidos en "The Force Awakens", Rey ha viajado en el Halcón Milenario con Chewbacca y R2-D2 al lejano planeta Ahch-To para buscar al maestro Jedi Luke Skywalker, en un encuentro con el que finalizó el anterior filme.
El objetivo, convertirse en su aprendiz, empezar a entrenarse e iniciarse en los caminos de la Fuerza para hacer frente así al tenebroso Kylo Ren y al Líder Supremo Snoke (Andy Serkis).
"Tenemos un desafío por delante, que es seguir sorprendiendo a los seguidores. Hemos puesto el listón tan alto que no es fácil, ya que los fans son gente que saben de la saga más que yo. ¡No he visto las películas desde que las ponían en el cine! Creo que la nueva entrega ofrece todo lo que los seguidores quieren, y eso es gracias a Rian", aseguró.
En "The Last Jedi", Rian Johnson tomó el testigo de J.J. Abrams, director de la última entrega y quien será el encargado de llevar al cine en dos años el esperadísimo episodio IX, que echará el cierre a la saga intergaláctica por excelencia 40 después de la primera, "Star Wars", estrenada en 1977.
"La primera cinta costó 9 millones de dólares. ¡Ahora solo una escena cuesta más! Recuerdo que George (Lucas) llamó a Star Wars la película de bajo presupuesto más cara que se ha hecho nunca", bromeó Hamill. "En años se convirtió en un fenómeno. Nunca pensé que iba a tener la inmensa fortuna de vivir eso tan de cerca", añadió.
"No estaría aquí hablando contigo si no fuera por Luke, y ahora, a mi edad, debería estar en casa cuidando el jardín. Sin embargo, estoy disfrutando como un niño. Y espero seguir disfrutando mucho más", concluyó.