Protagonista de “El Juego del Calamar” demandado por fraude en Corea del Sur
Corea del Sur
Según los documentos legales, el actor es acusado de utilizar más de 14 millones de dólares de una empresa de la que es directivo para comprar una productora.
Lee Jung-jae, conocido por su papel como el jugador 456 en "El Juego del Calamar", está bajo investigación policial en Corea del Sur. La policía de Gangnam en Seúl está examinando denuncias contra Lee y Park In-kyu, ex CEO de WYSIWYG Studios, por presuntos delitos relacionados con la Ley de Crímenes Económicos Específicos del país.
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La denuncia fue presentada por Kim Dong-rae, actual CEO de RaemongRein, quien acusa a Lee y Park de haberlo engañado al hacerle creer que su participación como principales accionistas beneficiaría el crecimiento de la empresa. Kim transfirió sus acciones basándose en estas promesas, pero ahora alega que Lee y Park intentan desplazarlo del equipo directivo tras adquirir sus acciones.
Kim también sostiene que, a pesar de un acuerdo de gestión conjunta documentado, Lee y Park no han cumplido con esta cláusula. En lugar de enfocarse en el desarrollo de RaemongRein, Kim alega que han usado 20 mil millones de wones (aproximadamente 14 millones 664 mil dólares estadounidenses) de la empresa para adquirir Chorokbaem Media, una productora coreana de animación y drama.
Lee Jung-jae contrademandó a Kim por difamación y fraude. Su asesor legal ha declarado que “el contrato en cuestión establecía explícitamente que se trataba de una transferencia de derechos de gestión”, lo que, según ellos, refuta las acusaciones de Kim. La investigación sigue en curso, y se espera que pronto se realicen interrogatorios a los involucrados.
En otro incidente, O Yeong-su, actor de la misma serie que Lee, también ha estado en el centro de una controversia. O, conocido por su papel de "Jugador 001", fue acusado en 2022 de conducta sexual inapropiada por un incidente ocurrido en 2017. La acusación sostiene que O tocó indebidamente a una mujer durante una reunión. O ha negado las acusaciones, argumentando que el contacto físico fue malinterpretado, y el caso sigue siendo objeto de atención pública en Corea del Sur.
