John Lasseter con Disney, hasta el infinito y más allá
Entre sus créditos como director se cuentan "Toy Story" y "Cars".
Cuando John Lasseter estaba en secundaria tomó prestado un libro pesado titulado "El arte de la animación" y se quedó sorprendido al descubrir que había gente que dibujando podía ganarse la vida.
La revelación lo inspiró a convertirse en uno de los más exitosos animadores de la historia, en el nivel tal vez del legendario japonés Hayao Miyazaki y el propio Walt Disney.
A Lasseter se le atribuye el rescate de Walt Disney Animation al asumir en 2007 como su jefe creativo cuando la compañía compró Pixar, donde trabajaba.
Parece lejano ahora, con "Frozen" (2013) entre las 10 películas más taquilleras en la historia, pero Disney tenía entonces grandes fracasos como "Atlantis: El imperio perdido" (2001), "Tierra de osos" (2003) y "Chicken Little" (2005).
Azotada por Pixar, la división de animación de Disney estuvo a punto de cerrar cuando el estudio recobró su mojo bajo la dirección de Lasseter y comenzó a producir clásicos como "Enredados" y "Ralph, el demoledor" para volver a sus días de gloria.
"Crecí amando las películas de Disney, tenían mucho significado para mi, había magia en ellas, belleza", dijo el directivo de 60 años en un encuentro con la prensa internacional durante la conferencia de D23, que organizó la compañía la semana pasada.
El aporte de Lasseter al mundo no es nada pequeño.
Desde que en 1995 se estrenó su "Toy Story", Pixar suma 13 Óscars y 11,000 millones de dólares en taquilla con 18 películas.
Y al entrar a Walt Disney Animation Studios, lo sacó de la debacle y recaudó 5,000 millones en ocho cintas con cuatro premios de la academia.
Sin favoritos
Criado en Whittier, California, Lasseter se dejó seducir por la magia del ratón Mickey con visitas regulares a Disneylandia, cerca de su casa.
"Walt Disney, con sus películas y Disneylandia entretuvo a la gente como nadie en este mundo", dijo el cineasta, que también recuerda cuando vio en el cine "La espada y la piedra" (1963).
Lasseter entró en el California Institute of Arts en 1975 y, junto a sus contemporáneos Tim Burton y Brad Bird, vio clases del legendario equipo de animación de Disney, "Los nueve ancianos".
Al graduarse entró en Disney, pero fue despedido poco después por trabajar en una temprana versión de animación computarizada sin pedir autorización de sus jefes.
En 1984, lo contrató The Graphics Group, la división de Lucasfilm de imágenes generadas por computadoras (CGI, en inglés) antes de que fuera vendida a Apple de Steve Jobs, que la renombró Pixar y la transformó, con ayuda de Lasseter, en un completo estudio de animación.
The Walt Disney Company compró Pixar en 2006 y desde entonces Lasseter ha supervisado las producciones de ambos estudios.
Su éxito le ha permitido pagar por un viñedo, una colección de autos clásicos y 1,000 camisas hawaianas.
Entre sus créditos como director se cuentan "Toy Story" (1995) y su primera secuela, un año después; "Bichos: una aventura en miniatura" (1998); y "Cars" 1 (2006) y 2 (2011).
Y aseguró que entre todas no tiene una favorita. "Son como hijas, las amo y todas son diferentes", dijo.
Cerebro colectivo
Lasseter desarrolló un modelo de colaboración que lo diferencia de otros jefes de estudios.
Sus creativos forman parte de lo que llaman un gran cerebro colectivo, en el que todos generan ideas y ayudan a resolver problemas de trama de todas las películas.
Defiende además una intensa investigación en cada producción, dejando que sus cineastas inviertan años en sus proyectos, especialmente si son sensibles como "Moana" o el próximo estreno "Coco", centrado en el día de los muertos de México.
Y una de sus grandes innovaciones fue desmontar el estereotipo de la princesa en aprietos de Disney esperando al príncipe que venga a salvarlas, para dar paso a una versión femenina más interesante --como Tiana en "La princesa y el sapo" y la propia Moana, heredera de un jefe polinesio-- que las chicas pudieran adoptar de modelo.
"Es duro trabajar así, pero no tomamos la vía rápida. No hacemos una secuela al carbón con la misma historia solo para ganar dinero. Comenzamos de cero, con nuevas emociones. Queremos hacer algo que tenga sentido", subrayó. "Y hoy día estoy orgulloso de llevar alegría al mundo".