Intriga y tambores de guerra: Lo que dejó la primera temporada de House of the Dragon
House of The Dragon
La primera temporada de la precuela de 'Game of Thrones' nos llevó por el camino hacia la evolución de los magníficos dragones, el drama de las intrigas, las traiciones y los tambores de guerra de las batallas que se avecina en la casa Targaryen.
Con el peso a sus espaldas del impacto mediático que generó 'Juegos de Tronos', la precuela de la saga épica de fantasía tenía por delante la titánica tarea de llegar al mismo nivel o superar a su predecesora. Sus 10 capítulos cargados de tragedia, drama y traiciones se convirtieron en un excelente aperitivo del origen del fin de la familia Targeryan, y el desarrollo de un conflicto intrafamiliar [Danza de dragones], que deriva de la división de la realeza en dos bandos por la elección del heredero al trono de hierro.
Se puede decir que hasta aquí, la serie terminó con nota alta frente a la expectativa de la audiencia.
La reina negra, el episodio final
Para entender lo que vendrá en la siguiente temporada de 'House of the Dragon', hay que remontarse hasta el capítulo 8, cuando en su lecho de muerte y confundido por los efectos de una terrible lepra que le fue consumiendo de a poco, el rey Viserys le reveló la profecía de los Caminantes Blancos a su esposa Alicent, creyendo estar hablando con su hija y verdadera heredera, Rhaenyra Targaryen.
A partir de allí, la guerra civil que se avecina por el control del trono de hierro -que será el eje de la segunda temporada y las que vengan después- se va desarrollando en torno a las intrigas, las traiciones y las alianzas por debajo de la mesa.
El episodio 9 terminó con Aegon siendo nombrado rey de los siete reinos, no sin antes ser interrumpidos por la princesa Rhaenys, quien les dice que ella no reconoce al falso rey y termina escapando a Dragonstone para alertar a Rhaenyra sobre lo sucedido y diciéndole que los verdes van tras ella y sus hijos.
Y así, el episodio final inicia con Rhaenyhra enrterándose de la muerte de su padre y del impostor en el trono de hierro, mientras todos sus allegados la instan a que vaya a la guerra para recuperar lo que es suyo. La impresión por conocer las terribles noticias, hacen que la princesa embarazada pierda a su bebé recién nacido, el cual es cremado bajo la tradición de la casa Targaryen.
En el funeral, Ser Steffon Darklyn le entrega a Rhaenyra la corona de su padre. Daemon toma la misma y la pone en la cabeza de Rhaenyra coronandola y doblando su rodilla ante ella. Todos en el funeral doblan la rodilla ante Rhaenyra y la aceptan como tal. Ante esto, la 'reina coronada' tiene que enfrentar la decisión de arrastrar a todo el reino a la guerra o no tomar ninguna medida.
Sin embargo, Rhaenyhra, que se distinguió por ser una princesa cónsona y calmada, no está convencida de ir directamente a la guerra y más bien decide reunir aliados para mantener la unión de la casa Targaryen.
Pero, todo intento de mantener unido al reino voló por los aires cuando el dragón del príncipe Lucerys se desorientó en la tormenta y atacó al gigantesco dragón del príncipe Aemond, que lo despedazó sin oír las órdenes de su jinete.
Al final, el príncipe Daemon y Rhaenys Targaryen toman un papel preponderante. El villano resentido, ambicioso y violento, convertido en uno de los más férreos aliados de Rhaenyhra deja al descubierto sus intenciones, pues entusiasmado por la posibilidad de la guerra, Daemon no solo abandonó a su sobrina/esposa sino que la atacó cuando entendió sus intenciones de buscar una solución pacífica a la usurpación de su trono.
El final de temporada también deja claro la reivindicación de Rhaenys Targaryen como la más sabia y leal entre los pomposos y orgullosos hombres del reino. "La reina que no fue", demostró hasta el final que es la mejor aliada que el bando de los negros podría desear en la guerra civil que se aproxima.