Gran despliegue policial, arrestos y disturbios en la India por una película
La película "Padmaavat" fue estrenada hoy en medio del despliegue de miles de policías frente a salas de cine del norte de la India, tras días de protestas por parte de hinduistas radicales que han protagonizado actos de vandalismo, mientras las autoridades han realizado dos decenas de arrestos.
El director general de la Policía de Haryana, B.S. Sandhu, anunció hoy en una rueda de prensa el arresto por el momento de 18 personas implicadas en el ataque ayer a un autobús escolar y el incendio de otro autobús urbano a las afueras de Gurgaon, ciudad del estado de Haryana y que forma parte del suburbio de Nueva Delhi.
"Si descubrimos a alguien implicado en actividades ilegales, éste será inmediatamente arrestado y se tomará acciones estrictas contra él", aseguró Sandhu.
Las escenas de un grupo niños agachándose en un autobús escolar ante el asedio de los radicales se han repetido hoy una y otra vez en los medios indios, indignados por la supuesta pasividad de las autoridades.
En varios puntos del norte de la India ha habido a lo largo de la semana protestas con vehículos y material urbano quemado.
Hoy en Jaipur, capital de Rajastán donde la película no ha sido estrenada, miembros del extremista Karni Sena, grupo que encabeza las protestas, se manifestaban patrullando la ciudad en motos y en Lucknow, capital de Uttar Pradesh, simpatizantes de esta misma formación se apostaban en cines para llamar al público a boicotear la película, según informaron medios locales.
El film cuenta la historia (o leyenda) de una reina rajput del siglo XIII que se suicidó para proteger su honor y el de su familia tras la muerte de su marido, el rey Rana Ratan Singh, a manos del sultán musulmán Allaudin Khilji.
La controversia surgió por una supuesta escena en la que el rey musulmán sueña con lograr el amor de la reina y que ha indignado a los rajput y a sectores del hinduismo radical. Sin embargo, los autores del filme aseguran que esa escena no existe.
La película debía haber sido estrenada en noviembre, pero entonces se paralizó tras días de protestas y después de que Surajpal Amu, entonces coordinador de prensa del BJP en Haryana, ofreciera 1,5 millones de dólares por la cabeza del director de la película, Sanjay Leela Bhansali, y la intérprete Deepika Padukone.
Ahora, tras pasar la nada flexible censura india y recibir el respaldo del Tribunal Supremo, la película, inicialmente llamada "Padmavati", fue proyectada hoy como "Padmaavat" entre fuertes medidas de seguridad.
A las puertas del pequeño cine Delite Diamond de la capital, hasta 60 policías hacían hoy guardia mientras algunos curiosos se acercaban a tirar fotos para inmortalizar la llamativa estampa. En cuanto se reunía un pequeño grupo de más de cinco personas, los agentes de seguridad los separaban rápidamente y les hacían alejarse.
"El productor y el director (de "Padmaavat") también son hindúes, ¿por qué deberían deshonrar a su propia religión?", indicó a Efe el joven Mohammed Zaid, de 18 años, justo después de comprar su entrada.
Sameer Asif, de 22 años, tampoco entiende las protestas de los extremistas, pues solo se trata de una película "basada en un poema".
"Todavía no he visto la película, pero he leído críticas que dicen que han representado con orgullo a los rajputs", explicó Asif, quien cree que puede que lo hagan "para ganar popularidad". Los políticos tampoco han huido de la polémica. El jefe de Gobierno de Delhi, Arvind Kejriwal, del Partido del Hombre Común, tildó el evento del autobús escolar de "vergonzoso".
"Más desagradable es la complicidad de los gobiernos (estatales) que están permitiéndolo mediante su inacción", dijo Kejriwal en Twitter.
Por su parte el viceministro de Asuntos Exteriores, V K Singh, dijo hoy que la "libertad de expresión no da el derecho de falsificar la historia".
"Nos deberíamos calmar y resolver la situación hablando con quienes están protestando contra la película, debería ser preguntado por sus preocupaciones y objeciones", agregó.
El Tribunal Supremo anunció hoy que oirá una demanda de desacato contra las autoridades de Haryana, Rajastán, Gujarat y Madhya Pradesh, todos gobernados por el nacionalista hinduista BJP del primer ministro, Narendra Modi, a los que el máximo tribunal advirtió esta semana que debía garantizar el orden público.