Lo Que Callamos Las Mujeres
En vivo
A sus 41 años, reflexiona sobre el impacto de la fama, la pérdida de su madre y su búsqueda de autenticidad en un mundo obsesionado con la celebridad. En una entrevista con Esquire, Garfield habló con honestidad sobre el dilema que enfrenta: ser una estrella aclamada por la crítica y el público, pero rechazar la superficialidad del éxito. “Vivimos en un sistema que nos aleja del amor real, de la conexión humana genuina”, señaló.
La muerte de su madre marcó un antes y un después en su vida. “Cuando mi mamá murió, sentí que mi ambición también moría con ella”, confesó. A partir de ese momento, sus prioridades cambiaron. Lo que antes le impulsaba, la constante búsqueda de grandes proyectos, perdió sentido.
Tras protagonizar tick, tick… Boom! y la serie Por mandato del cielo, decidió alejarse de Hollywood durante un año. Necesitaba espacio para reflexionar. Se dedicó a viajar, surfear y reconectar con amigos. Garfield describe esta pausa como “observar la cosecha”, un tiempo para asimilar todo lo que había logrado sin la presión de lo que vendría después.
Aunque su papel como Peter Parker en El Sorprendente Hombre Araña lo catapultó al estrellato, Garfield nunca se conformó con ser solo un superhéroe en la pantalla. Durante la promoción de la película, propuso una “gira de prensa del renegado Garfield”, donde en lugar de seguir la ruta tradicional de marketing, visitaba organizaciones benéficas en cada ciudad.
Te puede interesar: Daddy Yankee rompe el silencio sobre su batalla personal en la canción ‘En el desierto’
Te puede interesar: Mensaje filtrado de Justin Baldoni a Blake Lively desata controversia en medio de acusaciones de acoso
Su carrera posterior lo llevó a proyectos mucho más introspectivos. En Silencio (2016), de Martin Scorsese, interpretó a un sacerdote jesuita en el Japón del siglo XVII, un papel que le exigió una transformación profunda. Su actuación conmovió incluso al Papa Francisco, quien llegó a comentar que Garfield merecía ser ordenado. Ese mismo año, su interpretación del soldado Desmond Doss en Hasta el último hombre le valió su primera nominación al Oscar.
Más recientemente, en Por mandato del cielo (2022), encarnó a un detective mormón enfrentado a un crimen que sacudía su fe, un papel que le dio su primera nominación al Emmy y consolidó su versatilidad como actor.
Aunque se alejó del mundo de los superhéroes, Garfield aceptó volver a interpretar a Peter Parker en Spider-Man: No Way Home en 2021. Para él, fue una oportunidad de cerrar un ciclo: “Fue realmente sanador”, admitió, refiriéndose al abrupto final de su saga con Sony.
Sin embargo, deja claro que no tiene interés en regresar al personaje solo por nostalgia o por complacer a los fans. “Si la historia aporta algo nuevo y valioso, lo consideraría. Pero no quiero hacerlo solo por hacerlo”, afirmó.
Garfield nunca ha encajado del todo en la maquinaria de Hollywood. Le apasiona actuar, pero rechaza la idolatría vacía que rodea a la industria. Su espiritualidad también influye en su visión del mundo. Cree que vivimos en el Kali Yuga, un concepto hindú que describe una era de decadencia moral, donde lo superficial se impone sobre lo esencial.
“Mi madre era una gran apreciadora de lo invisible, de esas pequeñas bondades y milagros que nos rodean”, recordó. Ese legado de autenticidad y conexión es lo que ahora busca en cada aspecto de su vida.
Mientras sigue explorando nuevos caminos artísticos, Andrew Garfield se mantiene fiel a su esencia: un actor que no teme alejarse del brillo de Hollywood para encontrar lo que realmente importa.