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Unidos por el talento y el respeto mutuo, estos dos íconos han construido una relación que ha trascendido la pantalla y se ha convertido en un símbolo de camaradería en la industria cinematográfica. Un testimonio de esta conexión es la carta inédita que Pacino escribió a De Niro en 1980, un gesto que reveló la admiración profunda entre ambos.
La relación entre Pacino y De Niro se remonta a 1968, cuando se conocieron siendo jóvenes actores con aspiraciones similares. Aunque a menudo compitieron por los mismos papeles, nunca existió una rivalidad. “Desde el primer momento, Robert me pareció una persona con un carisma natural impresionante”, recordó Pacino en una entrevista con GQ. Por su parte, De Niro siempre ha destacado que, más allá de la competencia profesional, encontró en Pacino un compañero de viaje en la industria cinematográfica.
Ambos se convirtieron en figuras clave del cine estadounidense en la década de 1970. Pacino alcanzó el estrellato con su interpretación de Michael Corleone en El Padrino (1972), mientras que De Niro brilló en Taxi Driver (1976) y Mean Streets (1973). Sin embargo, a pesar de sus carreras paralelas, no compartieron escena hasta Heat (1995), donde protagonizaron una de las secuencias más icónicas del cine de los años 90.
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En 1980, De Niro ganó el Óscar al Mejor Actor por su impactante interpretación de Jake LaMotta en Toro salvaje, dirigida por Martin Scorsese. La actuación fue aclamada por la crítica y dejó una marca imborrable en Pacino, quien, conmovido, decidió escribirle una carta.
“Hola Bobby, solo quería decirte que vi tu Toro salvaje por primera vez el sábado y todavía estoy muy emocionado. Es una obra de arte monumental que me inspira”, escribió Pacino en un mensaje que nunca antes había salido a la luz. Con una humildad poco común entre las estrellas de Hollywood, agregó: “Nunca hago esto, como sabes. Y si empiezo a escribirte para este papel y no para los siguientes, pensarás que no me gustan. Lo cual no es cierto”. La carta finalizaba con un afectuoso “Con amor, Al”.
Este gesto evidenció la profunda admiración que Pacino sentía por su colega y amigo. Según GQ, la carta es una prueba de que su relación ha estado siempre basada en el respeto y el reconocimiento mutuo, más allá de cualquier competencia profesional.
Después de Heat, Pacino y De Niro volvieron a compartir pantalla en Asesinato justo (2008) y más recientemente en El irlandés (2019), dirigida nuevamente por Scorsese. En cada una de sus colaboraciones, han demostrado una química inigualable y una capacidad única para elevar cualquier producción en la que participan.
En entrevistas conjuntas, como la realizada por GQ en 2019, ambos han reflexionado sobre su impacto en la industria y la conexión que los une. “Todo en Robert es auténtico. No hay pretensiones. Es una de las personas más sinceras que conozco”, afirmó Pacino. Por su parte, De Niro ha resaltado la intensidad con la que su amigo aborda cada papel: “Siempre me ha impresionado su dedicación. Es un actor que deja todo en cada interpretación”.
A lo largo de más de cinco décadas, Pacino y De Niro han demostrado que el éxito y la admiración no tienen por qué dar paso a la competencia o el ego. Su amistad ha resistido el tiempo y se ha consolidado como una de las más emblemáticas de Hollywood.
La carta de Pacino es solo una muestra de la generosidad y el respeto que han caracterizado su relación. Según GQ, este tipo de gestos revelan que, a pesar de ser dos de los actores más importantes de la historia del cine, nunca han dejado de valorarse y apoyarse mutuamente.
En un mundo donde la competencia puede ser feroz, la historia de Pacino y De Niro es un recordatorio de que el verdadero éxito no solo se mide en premios o taquilla, sino en la calidad de las relaciones que se construyen a lo largo del camino.