Los actores no profesionales a la conquista de Cannes
Junto a las estrellas que atraen todos los flashes, una legión de actores no profesionales tomó la gran pantalla del Festival de Cannes, una apuesta para los cineastas en busca de realismo.
La italiana Alice Rohrwacher, una de las pocas mujeres en haberse alzado con una de las principales recompensas de Cannes (Gran Premio en 2014 por "El país de las maravillas"), halló el protagonista de "Lazzaro Felice" en un centro de formación de contables.
"No, gracias", respondió Adriano Tardiolo, entonces de 18 años, a la invitación de la directora a actuar en esta fábula espiritual que suena entre las favoritas a la Palma de Oro. Rohrwacher contó a la AFP que le costó horrores convencerlo.
"Empezamos a ensayar. Estaba aterrorizado". Un mes después, aceptó finalmente el papel de Lazzaro, un joven inocente explotado por quienes le rodean. "Pero no creo que quiera dedicarse a ello", según la cineasta.
A Tardiolo se suma otro protagonista en la máxima competición: Rady Gamal, un leproso egipcio, papel que encarna en "Yomeddine", ópera prima de A. B Shawky.
"Cuando uno vive en una leprosería aislada, no está acostumbrado a que la gente le mire todo el tiempo y a actuar frente a 60 personas". "Pero al final del rodaje, era la estrella", contó el cineasta.
La fórmula del francés Stéphane Brizé que "En guerra" relata la lucha de unos obreros por evitar el cierre de su fábrica, fue contar con un actor consagrado para el rol principal, Vincent Lindon, y apostar para el resto por actores no profesionales, la mayoría miembros de sindicatos.
"Son capaces de cosas que la mayoría de actores profesionales no sabría hacer, pero tampoco podrían hacer lo que los profesionales sí saben", resumió a la AFP Brizé tras presentar su película, en competición.
Casting en Facebook
Estos intérpretes noveles son mucho más frecuentes en las secciones paralelas del Festival de Cannes, donde se suelen seleccionar cineastas debutantes o que empiezan a hacerse un hueco en la industria. Pero el imperativo económico no es el único.
Los no profesionales "dan verosimilitud a la historia. Muchas veces no interpretan ningún papel porque hacen de sí mismos. Solamente tienes que rozar un poco su corazoncito para que salga", dijo a la AFP la cineasta española Arantxa Echevarría, cuya ópera prima "Carmen y Lola" fue seleccionada en la Quincena de Realizadores.
Echevarría estuvo años buscando a dos adolescentes gitanas que pudieran encarnar el papel de amantes en una comunidad donde la homosexualidad es tabú. Tras un primer intento de dar con ellas a través de chats lésbicos en internet, acabó haciendo un casting entre 1,000 gitanas.
Los actores no profesionales "son muy necesarios para contar historias con trasfondo social. Hice una prueba con una paya (no gitana), pero aquello era una locura. No funcionaba en absoluto", dijo.
El guatemalteco-mexicano Julio Hernández Cordón decidió que actuaran sus dos hijas e hizo un casting en Facebook para "Cómprame un revólver", una película sobre el narcotráfico contada desde la mirada de una niña, presentada en la Quincena de Realizadores.
"Busqué a boxeadores para encarnar a los narcotraficantes. Quería que tuvieran una mirada dura. Solo conté con tres actores profesionales, son los tres que mato en la película".