El recinto en Panamá que rescata a las ranas de un mortal hongo
Frenar la extinción de algunas especies de ranas de los bosques de Panamá a causa del hongo quítrido es la ardua tarea de un grupo de científicos expertos en la reproducción en cautiverio de estos animales en el Centro de Rescate y Conservación de Anfibios en Panamá.
El recinto establecido en la comunidad de Gamboa, cerca del área protegida de la Cuenca del Canal de Panamá, fue inaugurado en el 2015, y está compuesto por 7 contenedores con sistemas automatizados, junto a un laboratorio y área de cuarentena.
En ese lugar especialistas llevan a cabo un Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá (PARC) en el que colabora el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle de Antón (EVACC), a unos cien kilómetros al oeste de la capital, en los que también se crían diversas especies de ranas para su preservación.
El director del proyecto e investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), Roberto Ibáñez, dijo a Acan-Efe que el propósito del proyecto es tratar de rescatar ciertos anfibios en peligro por la presencia de la quitridiomicosis, enfermedad causada por un hongo que les infecta la piel.
Batrachochytrium dendrobatidis (Bd) es el nombre del hongo causante de la enfermedad que afecta ya a más de 700 especies de anfibios y ha provocado el declive de poblaciones en todo el mundo, así como la extinción de casi 200 especies.
El científico indicó que es una enfermedad nueva en la región que está atacando a los anfibios hace más de 15 años, avanzando desde Costa Rica hacia el este de Panamá.
"Está enfermedad ha ido extendiéndose desde el oeste hacia el este del país, ya está identificada en sitios de la provincia selvática de Darién, colindante con la frontera con Colombia", señaló.
Ibáñez contó que el proyecto identificó casos de especies en donde llegó el hongo a un sitio donde habitaban los anfibios y desaparecieron, como la rana arlequín, abundante en las tierras altas de Cerro Punta de la provincia de Chiriquí y que desde 1987 ya no se ven en el área.
"Estamos tratando de incorporar ciertos individuos de las especies que son más susceptibles a esta enfermedad a un programa de conservación de cría y cautiverio donde se reproducen las especies aisladas con el propósito de reintroducir individuos en aquellos sitios donde han desaparecido a causa de la enfermedad", manifestó.
Algunas de las especies que tiene en las instalaciones del centro para tales fines son: la Rana Dorada (Atelopus zeteki), rana arlequín de Cerro Sapo (Atelopus certus), Serrania de Pirre (Atelopus glyphus) y la Rana variable (Atelopus varius).
El investigador declaró que no se han realizado suficientes estudios para determinar que todas las especies son susceptibles o no al hongo.
"Nos basamos en ver que algunas especies persisten en los sitios donde el hongo ha llegado, suponemos que esas especies son resistentes de alguna forma a ellos", relató.
El experto calculó que un 50% de las especies están en peligro a causa de ese hongo.
Ibáñez dijo que un tercio del territorio nacional esta protegido, pero que en el caso de los anfibios el hongo que los está afectando no conoce de límites de áreas protegidas, por lo que va avanzando y acabando con especies que son susceptibles.
"En realidad ese hongo no se puede controlar por ahora, una vez que llega permanece ahí, por lo que tenemos que buscar como podemos limitar el impacto de este hongo en los individuos que liberemos en el futuro", dijo Ibáñez.
Por ahora el científico se concentra en el material biológico para poder trabajar en las investigaciones del centro, una oportunidad para salvar a las especies panameñas.