La ESA lanza con éxito un nuevo satélite de la constelación Copérnico
La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó hoy con éxito el satélite Sentinel-2A, segundo de los "centinelas" del ambicioso programa europeo Copérnico para vigilar el medio ambiente y observar los cambios en la superficie terrestre.
El despegue tuvo lugar a las 03:52 hora local desde el centro espacial de Kurú, en la Guayana francesa, y a bordo de un cohete Vega.
El programa Copérnico completo cuenta con un presupuesto de unos 7.500 millones de euros (8.496 millones de dólares) y será el mayor sistema civil de la historia dedicado a escudriñar los rincones del planeta, lo que se espera que se traduzca en ingresos directos e indirectos de unos 30.000 millones de euros.
Este proyecto único de vigilancia medioambiental tiene programadas seis misiones y cada una está formada por varios satélites.
Sentinel-2 está dotado de dos satélites, el segundo de los cuales se lanzará a mediados de 2016, y tiene por objetivo proporcionar datos sobre la gestión del medio ambiente y de las zonas agrícolas, para caracterizar cultivos y a partir de ahí establecer por ejemplo estrategias para optimizar los fertilizantes.
También permitirá, según la ESA, hacer seguimiento de la deforestación o desertificación de algunas zonas y estudiar el impacto del cambio climático, por ejemplo analizando el retroceso de los glaciares.
Este complejo despliegue alertará igualmente de la contaminación en lagos y aguas costeras y sus imágenes de inundaciones, erupciones volcánicas y deslizamientos contribuirán a gestionar las consecuencias de estos desastres y ayudarán en las tareas de ayuda humanitaria.
El Sentinel-2A lanzado hoy incorpora una cámara multiespectral con 13 bandas de alta resolución, con un campo de visión que barrerá 290 kilómetros de anchura.
Su contratista principal ha sido Airbus Defense and Space en Alemania, con la participación de empresas españolas, francesas, británicas, austríacas, suecas, suizas, portuguesas y holandesas, entre otras.
Este satélite, de 3,4 metros de largo, 1,8 metros de ancho y 2,35 de alto, tiene una masa de 1,1 toneladas, peso en el que se incluyen los 123 kilogramos previstos de combustible.
La ESA detalló que aporta visión en color al programa Copérnico y que por tanto es "un complemento perfecto" a las imágenes de radar -adquiridas en cualquier condición climática, de día y de noche- que proporciona el primer satélite de la flota, el Sentinel-1A, lanzado el 3 de abril del año pasado.