Berlinale aplaza su festival, que será en formato virtual y luego con público
La próxima edición de la Berlinale no se celebrará en febrero, como estaba programada, sino que se ofrecerá en un formato virtual en marzo, restringido a profesionales del sector, y luego pasará a una modalidad con público, en junio.
La dirección del festival dio a conocer este nuevo concepto hoy, después de que ya desde hace unas semanas las autoridades de la capital y ciudad-estado dieran por hecho que no podría tener lugar como evento presencial por la situación de la pandemia.
La fórmula presentada por los dos co-directores del festival, el italiano Carlo Chatrian y la holandesa Mariette Rissenbeek, es una solución de compromiso ante la evolución de la pandemia en Alemania, donde desde hace semanas se han disparado los contagios y víctimas mortales.
Implicará celebrar esa primera edición virtual, en marzo, orientada a los profesionales del sector, a la que seguirá un apartado presencial, destinado al público, en junio.
A diferencia de otros festivales de su categoría, como su directa rival Cannes (Francia), la Berlinale se ha distinguido por ser un festival popular, en que cada una de las películas de sus distintos apartados, incluida la competición, se ofrece al público común.
"La actual situación de la pandemia no permite celebrar el festival en febrero", apunta Rissenbeek, en un comunicado. La nueva doble fórmula permitirá "cumplir las garantías sanitarias y proteger a nuestros visitantes", además de ofrecer al sector una plataforma de "relanzamiento" en medio de la situación creada por la pandemia.
La Berlinale del pasado año, celebrada de acuerdo a lo habitual en febrero, fue el último gran festival europeo que aún se pudo celebrar sin restricciones. Afectó la presencia de delegaciones asiáticas, y especialmente del cine chino, pero en lo que concierne a Europa "salvó" su representación.
Hace unas semanas, desde el Senado berlinés -gobierno regional del "Land"- se cuestionó ya que se pudiera celebrar la edición de 2021 acuerdo a lo previsto, del 11 al 21 de febrero.
Las restricciones han implicado en Alemania el cierre total desde el 2 de noviembre de la vida cultural, del ocio nocturno y la gastronomía, además de limitarse al máximo los contactos personales y reuniones, públicas o privadas.
El pasado miércoles entraron en vigor restricciones más drásticas, con el cierre de la vida comercial -salvo supermercados, farmacias, droguerías y otros establecimientos considerados esenciales-.
Estas medidas seguirán en vigor, al menos, hasta el 10 de enero, aunque desde el Gobierno alemán ya se ha advertido que la situación será dura al menos todo el resto de ese mes y entrado febrero, a la luz de los altísimos niveles de nuevos contagios actuales.
En las últimas 24 horas se contabilizaron 33.777 nuevos contagios con coronavirus, un nuevo máximo diario, además de 813 muertos. A mediados de semana se habían reportado más de 952 víctimas mortales, el máximo en un día desde el inicio de la pandemia.
El número de positivos en toda la pandemia es de 1.439.938, con 24.938 muertos. En el conjunto de Alemania, la incidencia acumulada en los últimos siete días se sitúa en 184,8 casos por cada 100.000 habitantes. A partir de 50 casos semanales, por ese cómputo de población, se considera que se está en zona de riesgo.