Mujer es condenada a 11 años de prisión por el asesinato de su violador

Estados Unidos

La decisión de los jueces ha desatado una ola de indignación debido a que la víctima habría actuado en defensa propia.

Mujer esposada / AFP

Chrystul Kizer, de 24 años, ha sido condenada a 11 años de prisión en Estados Unidos por el asesinato de Randall Volar III, un hombre de 34 años que, según las acusaciones, la sometió a explotación sexual. La sentencia, que también incluye cinco años de libertad condicional, ha desencadenado un intenso debate sobre si el sistema judicial trató adecuadamente el caso de Kizer, quien era víctima de abuso y explotación.

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En 2016, cuando Kizer tenía 16 años, conoció a Volar, quien inicialmente se presentó como un interés romántico. No obstante, la relación rápidamente se tornó en un ciclo de abuso. Volar grabó encuentros sexuales y utilizó el material para chantajear a Kizer, obligándola a prostituirse bajo coacción y violencia.

El 2018 marcó un punto crítico cuando Kizer, a los 18 años, disparó a Volar en lo que ella describió como un acto desesperado para evitar un abuso inminente. La defensa argumentó que Kizer actuó en legítima defensa debido al prolongado abuso y explotación.

Sin embargo, el tribunal determinó que no cumplía con los requisitos para una defensa afirmativa, imponiéndole una sentencia de 11 años en prisión más cinco años de libertad condicional.

El Instituto Nacional de Justicia para Mujeres Negras había pedido que la joven no fuera sentenciada a prisión. “Los tribunales de todo el país criminalizan a las mujeres y niñas negras por sobrevivir a los abusos y la violencia sexual”, dijo en un comunicado en junio la presidenta de la organización, Sydney McKinney.

“Enviar a Chrystul Kizer a prisión por el tiempo que sea es una decisión equivocada; no sanará a nadie y solo causará más daño”, puntualizó.

El caso ha suscitado una ola de críticas y ha resaltado las dificultades del sistema judicial para manejar casos en los que las víctimas recurren a la violencia como último recurso para escapar de sus agresores.

La condena de Kizer ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor comprensión y reformas en el tratamiento de víctimas de explotación y abuso dentro del sistema legal.

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