Siete meses después de su muerte, la chimpancé Natalia finalmente soltó el cadáver de su bebé
El mundo animal, a menudo lleno de comportamientos que reflejan emociones humanas, nos brinda historias extraordinarias como desgarradoras.
Natalia, una chimpancé de la subespecie Pan troglodytes verus, vivió uno de los momentos más difíciles que una madre puede enfrentar: la pérdida de su bebé. Sin embargo, su forma de enfrentarse a este duelo sorprendió tanto a los especialistas como a los visitantes del parque.
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En febrero, Natalia perdió a su cría recién nacida, pero no se separó de su pequeño cuerpo durante meses. Abrazada a su bebé fallecido, la chimpancé recorría el parque con una imagen que estremeció a quienes la vieron. El equipo del zoológico, conmovido por su dolor, decidió no intervenir de inmediato y permitió que Natalia enfrentara su pérdida a su manera, tomando en cuenta el bienestar emocional del animal.
El Bioparc, que participa en programas internacionales de conservación de especies en peligro, como los chimpancés, se vio ante un reto inusual. Sus especialistas decidieron no forzar la separación entre Natalia y su bebé fallecido, respetando el instinto natural de la madre. Explicar esta compleja situación a los visitantes fue también un desafío. La dirección del parque emitió un comunicado, explicando lo ocurrido y compartiendo material visual para sensibilizar a los espectadores sobre el proceso que la madre estaba viviendo.
“Arrebatarle el cuerpo hubiera roto la confianza entre los chimpancés y sus cuidadores”, explicó el equipo del parque, que optó por dar prioridad al bienestar emocional de la madre. Además, había otro chimpancé recién nacido y uno de cuatro años cuya estabilidad era crucial para el grupo, por lo que cualquier decisión debía tomarse con extremo cuidado.
El Bioparc señaló en su comunicado que “resultó emocionante descubrir la empatía de los ciudadanos hacia la madre. Hubo discrepancias, pero el grueso de los visitantes, y en particular las mujeres, mostró una gran empatía con el comportamiento de la madre y respetó su decisión”. Esto refleja el profundo vínculo que seres humanos y animales pueden compartir en situaciones de duelo.
Pasaron siete largos meses hasta que Natalia, finalmente, dejó de cargar a su bebé. De un momento a otro, simplemente lo depositó en el suelo y no volvió a recogerlo. Los profesionales del zoológico aprovecharon la ocasión para recuperar el cuerpo, señalando que esta etapa fue clave en el proceso de duelo de la chimpancé.
“De pronto se desprendió de él y dejó de atenderlo. Lo depositó y no regresó, de modo que los profesionales pudieron recuperar el cuerpo”, detalló el parque en su comunicado, describiendo la acción de la madre como un paso natural en su duelo. Esta fase fue especialmente relevante para los cuidadores, ya que temían cómo podría reaccionar Natalia ante la muerte de su segunda cría, tras haber perdido previamente a otros bebés en 2018.