El terrible final que sufrió San Valentín y que dio pie al Día de los Enamorados

San Valentín

Imagen con fines ilustrativas
Imagen con fines ilustrativas / Pixabay

Como es costumbre, en varios países de los 5 continentes, cada 14 de febrero se celebrar el famoso Día de San Valentín, una fecha que para muchos es el motivo perfecto para expresar el amor y sorprender a su pareja, aunque para otros no deja de ser un simple evento comercial promovido por el capitalismo.

Aun así, varios países del mundo acogen esta fecha para rememorar la importancia de sentirse enamorados o en compañía de alguien especial, resaltando el amor. Pero, es importante aclarar que la fecha tiene cabida histórica por un dato de siglos atrás, lo que no deja de tomar relevancia ahora que se acerca este día tan importante, al que también se le atribuyen otros títulos como el de el Día de los Enamorados.

¿Quién es San Valentín?

Nos remontamos a Roma, Italia, durante el siglo III, cuando un sacerdote fue sentenciado a muerte por oficiar en secreto los matrimonios de jóvenes enamorados. Este sacerdote, llamado Valentín, se opuso fervorosamente a una orden emitida por el emperador Claudio II según la cual se prohibía la celebración de los matrimonios en los jóvenes, argumentando que los hombres de esas edades debían prestar su servicio a los ejércitos romanos y no estar atados a vínculos emocionales ni sentimentales.

Valentín no estuvo de acuerdo con la decisión, por lo que comenzó a oficiar los matrimonios de los enamorados jóvenes.

Cuando el emperador Claudio II se enteró del suceso que estaba ocurriendo a su espalda sentenció a muerte, por desobediencia y rebeldía, a Valentín, poniendo en su calendario como fecha de ejecución el 14 de febrero del año 270. Día desde el que se le otorgó el nombre de San Valentín, patrón de los enamorados.

Siglos más tarde, la comercialización de la celebración llegó a Norteamérica, donde Esther A. Howland fue la precursora de la venta de las tarjetas de regalo con diagramas y frases románticas en la década de 1840, vendiéndolos por centavos en la librería de su padre en Massachusetts.

Dicha comercialización fue todo un éxito y se popularizó al punto en el que cada año, por la misma fecha, los comerciantes emprendían en sus negocios la venta de artículos cada vez más elaborados para que los enamorados reforzaran su amor con un detalle a su pareja.

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