¿Cómo preparan el 20 aniversario de la muerte de Diana?
El próximo 31 de agosto se cumplirán 20 años del fatídico accidente automovilístico en el Puente del Alma, en París, que le robó la vida a una joven princesa Diana de Gales. Un hecho que sumió al mundo en una tristeza incomparable e hizo temblar los cimientos de la monarquía más poderosa del planeta.
Políticos, monarcas, líderes religiosos, intelectuales, famosos, ricos y pobres, todos lloraron la partida de una mujer que olvidó el rigor de la realeza británica y puso su carisma en cientos de obras benéficas.
En un comunicado, los hijos de Diana han indicado que se encargó una estatua de su madre, con motivo de los 20 años de su muerte.
En la nota se lee lo siguiente: “Ya han pasado veinte años desde la muerte de nuestra madre y es el momento adecuado para reconocer su impacto positivo en el Reino Unido y en todo el mundo con una estatua”.
Añade el comunicado que la princesa tocó muchas vidas, por lo que esperan que la estatua, que será colocada en Kensington Palace, ayude a reflexionar sobre su vida y legado.
Aunque no se ha elegido al escultor, se informó que un comité integrado por varias personas tendrá la labor.
Incluso se preparan otros homenajes en su memoria, que tienen que ver más con la colaboración en importantes obras humanitarias.
En honor a Diana, se construyó hace unos años una moderna fuente en Hyde Park, Londres.
En 2007, en ocasión del décimo aniversario de la muerte de Diana se organizó un concierto multitudinario, retransmitido por la televisión local y que batió récord de audiencias.
¿Quién era la princesa Diana?
La vida de Lady Di, como también se le conocía fue expuesta en miles de portadas alrededor del mundo, no sólo por la triste historia de un matrimonio fallido, sino también por su inmenso legado de amor y cariño.
Lady Diana Frances Spencer nació el 1 de julio de 1961, en el seno de una familia aristocrática de Gran Bretaña.
Su padre John Spencer era VIII conde de Spencer y su madre, Frances Ruth Burke Roche, era hija de Mauricio Roche [IV barón de Fermoy].
Sin embargo, la nobleza de su sangre no fue garantía para su felicidad.
De niña recibió el duro golpe del divorcio de sus padres en 1969.
Estuvo en varios colegios y aunque no era considerada una estudiante aplicada sobresalió en natación, aunque siempre se dijo que su deseo era ser bailarina, por lo que asistió a clases de ballet durante un tiempo.
Diana, quien había pasado su niñez y juventud entre Norfolk y Kent, se mudó a Londres antes de cumplir los 17 años y vivió en la zona de Kensington y Chelsea hasta 1981.
Fue a través de su hermana, Lady Sarah Spencer que conoció a quien sería su marido, el príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono, con quien se casó el 29 de julio de 1981, en una boda sacada de un cuento de hadas y que vieron a través de los medios de comunicación millones de personas en el mundo.
Con 20 años de edad, Carlos era trece años mayor que ella, Diana comenzó a formar parte de la monarquía más importante del planeta.
Durante su vida de casada tuvo que lidiar con el rigor de la corte, el interés de la prensa por su vida y la infidelidad de su marido.
A finales de los años 80 comenzaron las fisuras de su matrimonio y en los 90 ya era visible el distanciamiento entre ambos. Un vacío que la princesa Diana sólo llenaba con el amor de sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique.
A sus hijos Diana les inculcó valores humanistas y junto a ellos realizaba labores poco típicas de la realeza, pues estaba convencida de que tuvieran una infancia normal, asistiendo por un lado a parques, restaurantes y por otro a centros de tratamiento para enfermos y albergues de necesitados.
Aunque en 1992 el matrimonio se separó, el divorcio se dio el 28 de agosto de 1996, en medio de muchas fricciones con su otrora familia política.
Desde ese momento Diana se centró en sus obras solidarias, su imagen carismática y cercana se acrecentó, fue cara de múltiples organismos humanitarios a los que apadrinaba y colaboró en actos a beneficio de los sectores más pobres de su país.
También era la imagen de muchas campañas internacionales como la lucha contra el Sida, los niños en África y la campaña antiminas. Por lo que figuraba al lado de personalidades de la talla de Nelson Mandela, la madre Teresa de Calcuta [santa de la Iglesia Católica] y el Dalái Lama.
Además, por su estilo moderno y elegante se convirtió en un ícono, lo que nunca cambió el centro de su misión, los necesitados, y al no seguir perteneciendo a la familia real tras el divorcio con Carlos, se ganó el título de “Princesa del pueblo”.
Junto a ella, en el accidente automovilístico en 1997 murieron su novio Dodi Al-Fayed y el conductor Henry Paul, sólo sobrevivió el guardaespaldas de Al-Fayed, Trevor Rees-Jones.
Tras su muerte, el mundo se conmovió e Inglaterra mostró su dolor en las calles. Miles de flores y velas fueron puestas fuera de su residencia [Kensington Palace], en el Palacio de Buckingham y en el Puente del Alma [París].
La tardía reacción de la soberana [Isabel II] ante la muerte de Diana, por no pertenecer a la familia real tras su divorcio, hizo crecer la molestia de la opinión pública, que exigía la presencia y el pronunciamiento de su reina ante su dolido pueblo.
La muerte de Diana cambió el rumbo de la monarquía británica y hoy son sus hijos, Guillermo y Enrique quienes siguen su legado y mantienen vivo su recuerdo.