Chanel presenta colección de Alta Costura Primavera-Verano 2019

Esta temporada el Grand Palais se convierte en el amplio jardín mediterráneo de una hermosa casa. Una piscina de agua está rodeada de árboles y especies de plantas del Sur en harmonía con limpias líneas. Caminos casi "à la française", como jardines del siglo dieciocho.

Sin duda, es este siglo, el favorito, que ha inspirado a Karl Lagerfeld, y en particular los talentos de los marchands-merciers y el savoir-faire de los artesanos del lujo francés.

Entre los temas artísticos de ese siglo, las flores juegan un papel importante. Ahora están en el corazón de la colección Alta Costura Primavera-Verano 2019, bordadas, pintadas, en encaje, en plumas, en resina y también en cerámica, aparecen hasta en la joyería del cabello.

Explotan en ramos de rosado pastel, verde pradera y azul cielo, y en juegos de negro, blanco, beige, azul marino, dorado iridiscente y plateado.

“Es una colección serena, ideal y eterna, que es absolutamente hoy, con nuevas formas,” dice Karl Lagerfeld.

Destacan dos siluetas, que caminan sobre tacones de tiras que revisitan un zapato del siglo dieciocho. La primera es larga y delgada: la cabeza se sostiene por encima de escotes anchos que se apoyan en hombros divididos con un pliegue hueco, ambos ligeramente redondeados y puntiagudos, altamente gráficos.

Siguiendo la línea del cuerpo, las longitudes se extienden hasta la mitad de la pantorrilla. La segunda es más fluida con voluminosas formas de campana y corola, faldas completas y el busto envuelto con mangas rectas o de globos. A veces, la plenitud de un busto cruza la línea tubular de una falda o pantalón y viceversa.

Como un tema central, siempre aparece un detalle de construcción: un collar o panel de un vestido vuelto del revés, un pliegue redondo que adorna una chaqueta, una falda o un escote, creando trompe-l’oeil y nuevos volúmenes. Los vestidos y los trajes son muy refinados.

En las chaquetas con hombros descubiertos y en las faldas con cremalleras que caen hasta la mitad de la pantorrilla, o las faldas envolventes cortadas a la rodilla, la trenza se funde literalmente en la tela: bordada en tweed, la lana o el grano de poudre, amplía aún más la línea pura de lo que Karl Lagerfeld está llamando "el nuevo CHANEL".

Ciertas chaquetas se alargan como túnicas, mientras que otras sin cuello, pero con una solapa doblada, geométrica o asimétrica, adoptan una doble fila de botones.

Algunos, con el cinturón alto, se extienden desde un péplum o, a la inversa, se acortan como chaquetas spencer o chaquetas de cuero envejecido, que ocasionalmente se calientan con plumas. En los vestidos, los cuellos invertidos dan la impresión de un bolero.

Aquí el trenzado resalta la estructura híper gráfica de la silueta. El pliegue invertido reaparece en el busto y en el dobladillo de los vestidos con grandes faldas acampanadas en satén mate: tirado hasta la cintura, abierto como pétalos en la parte delantera o sobre las caderas, está forrado con un segundo color o con plántulas florales.

Otros vestidos en faille de seda con lentejuelas están adornados con un tren lateral invertido y con volantes en encaje, levantado hasta la cintura. Un vestido grande con una falda de encaje rosa pintada a mano tiene mangas de globo terminadas con arcos planos y volantes cortados en el borde dentado del encaje.

Otro encaje azul pintado a mano está bordado con cintas dispuestas como rayas. Un godet volante alarga una falda que se usa con un top péplum. La falda de un traje en crêpe lamé está adornada con una explosión de tul rasgado.

En sintonía con la frivolidad del estilo del siglo XVIII, los vestidos de "lencería" en gasa blanca plisada se

entremezclan con encajes ennoblecidos, volantes y encaje de escalera. Un vestido en raja de gasa plisada

con encaje entre-deux se lleva con una chaqueta de cuero muy estructurada, para una silueta contrastante

y ultra gráfica. En el mismo principio, una falda de tweed con lentejuelas se combina con una pequeña

capa cubierta con plumas y se sujeta al cuello con un lazo de cuero.

Los talleres revelan aquí los tesoros que resultan de tanta paciencia y destreza: en estos vestidos, todos

los pliegues ciegos horizontales se completan a mano, con un máximo de 350 horas de trabajo.

En un vestido de organza bordado con flores hechas de plumas, los pliegues del órgano que animan los volantes se reúnen hilo por hilo. Los rombos de una blusa de seda se cosen a mano y se sostienen con 650

perlas.

Un vestido de cuero negro cortado en espirales es aireado por una escalera de encaje. Un verdadero traje blanco con lentejuelas bordado con motivos inspirados en la porcelana de la Manufacture

de Vincennes es una verdadera obra de arte.

Un vestido de organza con efecto bolero está bordado con flores reales inmortalizadas en resina. Finalmente, un vestido largo de lentejuelas color verde está bordado con flores de cerámica pintadas a mano.

La novia rompe todas las reglas. Debajo de un velo blanco de lentejuelas plateadas, sale con un traje de

baño bordado y un gorro de baño.

El desfile Alta Costura Primavera-Verano 2019 fue aplaudido por los embajadores Pharrell Williams,

Kristen Stewart, Tilda Swinton, Marine Vacth, Anna Mouglalis, Alma Jodorowsky y Caroline de Maigret,