El famoso actor de Juego de Tronos que terminó en Haití ¿Qué le sucedió?
Juego de Tronos
Con 19 años, el actor irlandés Jack Gleeson logró consagrarse por su papel de Joffrey Baratheon, el cruel, déspota y sádico hijo del rey Robert Baratheon en la exitosa serie Juego de Tronos. Su impresionante capacidad para transmitir "odio y desprecio" con su personaje lo catapultó rápidamente al estrellato hollywoodense. Sin embargo, aquella fama que no buscó terminó agobiándolo a tal punto que decidió abandonar su prominente carrera actoral con la única intención de desaparecer del foco mediático.
Nacido en mayo de 1992, Jack Gleeson inició carrera actoral desde que era un niño. Sin embargo, la decisión de elegir este camino llegó por pura casualidad y sin quererlo. El irlandés empezó a tomar clases de actuación junto a sus dos hermanas mayores en el centro comunitario local, ya que este no contaba con muchas otras opciones de actividades recreativas. Así lo reveló el propio Gleeson en una entrevista con Vulture: “Estaba cerca. Lo hice porque parecía divertido. Si el centro comunitario hubiera tenido clases de karate en su lugar, podría ser un karateca, pero por alguna razón resulta que tenían clases de actuación, así que fui a ellas”.
Hizo sus primeras apariciones con papeles menores en Reign of Fire (2002), Batman Begins (2005) y El brillo del arcoiris (2009). En ese mismo año, participaría del casting para un ambicioso proyecto que preparaba HBO: se trataba de "Juego de Tronos", la adaptación de las novelas de fantasía “Canción de hielo y fuego”. Su talento y especialmente sus expresiones faciales lograron convencer a los productores y fue así como en 2010 obtuvo el papel del despiadado niño rey Joffrey Baratheon.
No obstante, pese a formar parte de una de las series más importantes de la industria televisiva, Jack nunca mostró interés en adoptar el típico estilo de vida de un actor. En una entrevista con el Irish Independent expresó: “Cuando empecé a hacer Juego de Tronos, quizás la realidad se hizo demasiado real para mí. El estilo de vida que conlleva ser un actor en una serie de televisión de éxito no es algo que me atraiga”.
Y aunque su fama y éxito fueron rotundos, no fue un trabajo que le trajo felicidad. Gleeson percibía que realizar su labor era casi completamente insatisfactorio y extremadamente aburrido: “Vas a maquillarte, te pones el traje, esperas en tu remolque por una hora, luego vas al set, filmas por tres minutos y luego cambian las luces y el ángulo de la cámara, esperas una hora, y luego filmas otros tres minutos. Es un proceso muy aburrido y tedioso”.
Al actor no le agradaba su trabajo: confesó que no le gusta decir malas palabras y normalmente evitaba decirlas en los ensayos para hacerlo sólo en la toma. “Creo que al público siempre le gustarán los tipos malos que matan sin razón aparente. Simplemente nos gusta odiarlos”, comentó renegando de su personaje. Hasta el punto de que su momento preferido durante el rodaje fue cuando interpretó a un cadáver en el funeral de Joffrey, simplemente porque le permitió dormir durante todo el día. “Fue una experiencia divertida”, sostuvo con gracia.
Gleeson no sintió una conexión especial con la serie que lo catapultó a la fama. De hecho, no le interesó ni en la serie ni las novelas en las que se fundamenta, de las cuales sólo llegó a leer una antes de darse cuenta de que no tenía la capacidad de atención necesaria para continuar.
La realidad es que se fue de Hollywood por maltrato del público. Encarnó a uno de los villanos más crueles de la TV, y su trabajo fue tan creíble que la audiencia lo odió. Jack tuvo que desaparecer del ojo público: era el rostro más despreciable de la pantalla. Los fans no pudieron separar la realidad de la ficción y amenazaron con quitarle la vida. Fue tratado como la peor de las personas, cuando en la vida real era muy diferente, según sus propios colegas, “era un chico muy dulce”. Pero él seguía recibiendo agresiones en la vía pública. Logró crear un ser detestable con tanto talento que los mensajes odiosos inundaban su correo y le dieron dolores de cabeza por cuatro años. “Me incomodaba ver mi cara en carteles o buses”, expresó.
Después de terminar su participación en la serie en 2014, Gleeson optó por alejarse de la actuación: viajó a Haití para hacer trabajo humanitario y decidió enfocarse en sus estudios. Estudió filosofía y teología en el Trinity College de Dublín, donde se graduó con honores en 2015. A diferencia de Joffrey, Jack es conocido por ser una persona amable y reflexiva. Ha expresado en entrevistas que la actuación no era su pasión definitiva y que prefería explorar otros intereses académicos y creativos. Aunque ha hecho algunas apariciones ocasionales en eventos públicos y convenciones relacionadas con Juego de Tronos, Gleeson ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con otros actores de su nivel de fama. Ha hablado abiertamente sobre su decisión de retirarse de la actuación y su interés en explorar otros campos creativos y académicos.
Sin embargo, Jack Gleeson volvió al foco público tras participar en la cuarta temporada de Sex Education, donde interpretó el papel de Dodgy Mo en dos episodios, mostrando una apariencia completamente diferente.
*Con información de www.infobae.com/Cynthia Serebrinsky*