Más de 30 familiares de los hermanos Menéndez piden que sean liberados: 'Su padre era un monstruo'
El fiscal de distrito del condado de Los Ángeles anunció recientemente que el caso de los hermanos podría entrar en revisión tras la aparición de nuevas pruebas.
Una treintena de familiares entre tíos, primos y sobrinos pidieron ante un tribunal de Los Ángeles la liberación de los hermanos Menéndez, condenados a cadena perpetua en 1996 luego de matar a tiros a sus padres José y Kitty Menéndez, en uno de los casos criminales que sacudió a Estados Unidos durante la década de los noventa.
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Frente al Centro de Justicia Penal Clara Shortridge Foltz en el centro de Los Ángeles, los familiares de Lyle y Erik Menéndez ofrecieron una conferencia de prensa donde volvieron a recordar los episodios de abusos que los hermanos afirman haber sufrido a manos de su padre, José, y los describieron como víctimas y no como asesinos.
Karen VanderMolen, sobrina de Kitty Menéndez, los describió en el momento de los asesinatos ocurridos en 1989 como "jóvenes, asustados y abusados". "Vivían con miedo constante" de su padre, José, dijo VanderMolen, agregando que "la atmósfera en su casa y las interacciones entre padre e hijo estaban mal".
Por su parte, Mark Geragos, abogado de los hermanos que se ocupó de la investigación posterior a la condena, dijo que la comprensión que tiene la sociedad sobre el abuso sexual ha evolucionado en las décadas transcurridas desde los asesinatos y el juicio posterior. En aquel entonces, dijo, la gente estaba menos dispuesta a aceptar que los hombres pudieran ser víctimas de abuso sexual. "Si fueran las hermanas Menéndez, no estarían detenidas", aseguró.
Los familiares pidieron a quienes creen en la versión de los hermanos firmar una petición en línea que aboga por su liberación.
La conferencia de prensa de la familia Menéndez se produce casi dos semanas después de que el fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, anunciara que su oficina "mantenía la mente abierta" sobre la solicitud de los hermanos Menéndez de tener un nuevo juicio. En una entrevista con el programana norteamericano IMPACT x Nightline , Gascón señaló que "dada la totalidad de las circunstancias, no creo que merezcan estar en prisión hasta que mueran".
Como fiscal de distrito, Gascón podría recomendar que los hermanos sean sentenciados nuevamente, pero en última instancia, un juez tendrá que aprobar cualquier recomendación.
En mayo de 2023, los abogados de los hermanos presentaron una petición de hábeas corpus ante el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, citando nueva evidencia en el caso.
La nueva evidencia incluyó acusaciones de abuso sexual por parte de Roy Rosselló, un exMenudo, contra José Meéndez, de quien afirma haberlo violado en la década de 1980, así como una carta recién descubierta que Erik le escribió a su ahora fallecido primo Andy Cano describiendo el supuesto abuso sexual de su padre meses antes de los asesinatos.
El caso
El caso de los hermanos Menéndez es uno de los crímenes más notorios de la historia de Estados Unidos. El 20 de agosto de 1989, Lyle y Erik asesinaron a tiros a sus padres con escopetas mientras estos descansaban en la sala de su casa. José Menéndez, un ejecutivo de entretenimiento cubanoestadounidense, fue acribillado en la cabeza, mientras que Kitty fue alcanzada por varios disparos mientras intentaba escapar. Tras el asesinato, los hermanos finalmente descubrieron los cuerpos y llamaron al 911 con una actuación de desesperación.
Inicialmente, la policía no sospechaba de los hermanos debido a la falta de pruebas y porque estos habían declarado que la mafia era la responsable de los asesinatos. Sin embargo, sus comportamientos posterior a los crímenes generó sospechas. En lugar de mostrar dolor o retiro, comenzaron a gastar grandes sumas de dinero en lujos como coches deportivos, relojes caros y vacaciones. Este comportamiento extravagante, junto con la confesión de Erik a su terapeuta, llevó a su arresto en 1990.
El primer juicio de los hermanos en 1993 fue ampliamente televisado y dividido a la opinión pública. Los hermanos se defendieron alegando haber sido víctimas de abusos físicos y sexuales por parte de su padre durante años, y que el asesinato fue un acto de desesperación. Según su testimonio, el abuso emocional y la amenaza de más agresiones los llevaron a temer por sus vidas. Este argumento de defensa provocó un desacuerdo entre los jurados, y el juicio se declaró nulo debido a la falta de consenso.
En 1996, se llevó a cabo un segundo juicio, con un enfoque diferente. Esta vez, el juez limitó las pruebas relacionadas con el presunto abuso, y el caso se centró en si los asesinatos fueron premeditados. Los fiscales argumentaron que los hermanos no actuaron en defensa propia, sino por codicia , ya que querían obtener la herencia de sus padres. El jurado en este segundo juicio los encontró culpables de asesinato en primer grado, y ambos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.