Instrucciones para perder
Los atletas no son el problema. El deporte no es el problema. Somos nosotros.
Panamá/Juegos y quimeras a un lado. Hay que abrir los ojos a la realidad nacional y buscar el oro en la competencia más importante de todas.
Somos un país de perdedores. Y no, no lo digo porque la delegación panameña regresó sin ninguna medalla de los Juegos Olímpicos Río 2016. Ellos compitieron al más alto nivel contra los mejores del mundo. Sin importar las lesiones de última hora o los vestidos de baño apretados, ellos pueden pararse con la frente en alta ante los “ñañecos” twitteros y los expertos de sillón.
Las Olimpiadas son una celebración a la excelencia individual. Saladino, nuestro único medallista de oro en la historia, debe su éxito más al sudor de su frente (y el esfuerzo de su familia) que al Comité Olímpico de Panamá. Mucho menos a la asistencia del público panameño a los eventos de atletismo.
No, el esfuerzo individual no es el problema. Es nuestro colectivo derrotismo mental.
“Todos roban, pero al menos que hagan algo”.
“¿Y qué esperaban? Si somos un país de tercer mundo”.
“Tienes que entender, es hora panameña”.
Y etcétera, y etcétera, y etcétera… Nos quejamos de la clase política, pero igual queremos que “nos resuelvan”. Nos arropamos con excusas y escudamos con culpas para evitar cualquier responsabilidad. Estamos hediondos a derrota porque nos da pereza meternos al baño.
Somos un país que planea gastar más de 1,300 millones de dólares en subsidios el próximo año, tenemos el sistema de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja del Seguro Social al borde del colapso y no tenemos ni idea de cuántas escuelas van a dar clases completas el próximo año.
Sabemos todo esto y pretendemos que nos importa. Pero la verdad es que somos indiferentes a lo que no nos afecta. O peor, nos volvemos cínicos y opinamos sin informarnos primero. Es fácil dar sermones sobre Educación Sexual cuando no tenemos hijas de 11 años embarazadas ni vivimos en poblados donde lo normal es tener más de 5 hijos antes de los 21 años de edad y el ingreso familiar es lo que encuentres en el monte.
Alonso Edward perdió en la final de los 200 metros planos, registrando su peor tiempo en toda la competencia. Siendo el atleta de talla mundial que es, seguro descansará un poco y luego seguirá entrenando, preparándose para su siguiente competición.
Eso es lo que tenemos que hacer como país. Actuar por el cambio. No va a ocurrir de la noche a la mañana. Al igual que un deportista pasa años preparando cuerpo, Panamá necesita que forjemos bases sólidas para el desarrollo, con una visión de Estado y no de partido. Votemos a conciencia, opinemos con hechos y no nos conformemos con cuentos politiqueros.
“Volveré. Y ganaré cuando menos se lo imaginen”, fueron las palabras de Edward luego de su derrota. ¿Tenemos la voluntad como país para prometer lo mismo?