¿Quién lleva los pantalones? El estado crucial de Florida lo decide
Cuando la cubana Leonor Pérez votó por Hillary Clinton bajo el nublado cielo de Miami, lo hizo sin una sombra de duda: "Este país necesita una mujer con pantalones".
Hablando del candidato republicano Donald Trump, la jubilada de 74 años añadió: "Ese viejo está loco, si pudiera lo tendría en un psiquiátrico amarrado con cadenas".
Filas de una treintena de personas se formaron desde primera hora del martes en los centros de votación de Hialeah, un enclave cubano al oeste de Miami, en Florida.
Este estado del sureste de Estados Unidos es uno de los campos de batalla más importantes en estas elecciones presidenciales, tanto por su tamaño -20 millones de habitantes- como por su oscilación entre una y otra tendencia con muy pequeño margen entre ambos candidatos.
Todos recuerdan con desasosiego cuando, en el año 2000, Florida protagonizó el aún cuestionado recuento de votos que envió al republicano George W. Bush a la presidencia con una diferencia de poco más de 500 votos sobre el demócrata Al Gore.
Y desde hace décadas, los republicanos no han ganado la presidencia si no triunfaron en Florida. La última vez que esto ocurrió fue en 1923, con la victoria de Calvin Coolidge.
- "No soy muy educado" -
Peter Fernández, un lavaplatos de 21 años originario de Hialeah, dijo que había votado por Trump.
"Me gusta lo que está poniendo sobre la mesa con sus políticas migratorias y todo eso", dijo.
"No sé mucho, no soy muy educado", añadió, con vergüenza por no poder ofrecer un análisis. "Pero él dice lo que se le pasa por la cabeza. No le da miedo opinar cosas que pueden irritar a los demás".
Las últimas encuestas mostraban que Clinton y Trump estaban prácticamente empatados en este estado.
Además, la demografía de Florida ha cambiado dramáticamente desde las elecciones de 2012. Una oleada migratoria de puertorriqueños ha dado vuelta al voto latino, que antes era dominado por los cubanos republicanos.
Unos 6,4 millones de los 14 millones de electores que tiene Florida ya emitieron su voto anticipadamente, durante las últimas dos semanas.
Aunque los votos no se cuentan hasta la noche del martes, los sufragios anticipados pueden mostrar la tendencia porque los votantes, al registrarse, optan por hacerlo como demócratas, como republicanos o sin afiliación partidista -y estos últimos suelen votar demócrata.
Así, los demócratas ya emitieron más votos que los republicanos (2,59 millones contra 2,5 millones) en las dos semanas de voto anticipado en Florida. También votaron otras 1,4 millones de personas que no registraron su simpatía política.
- El poder puertorriqueño -
En el centro de Florida, donde se concentran los inmigrantes puertorriqueños, se ha registrado una explosión de votantes demócratas y sin afiliación partidiaria.
En las últimas semanas votaron anticipadamente 87% más hispanos y 9% más negros que en 2012, según los últimos datos del profesor de ciencias políticas Daniel Smith, de la Universidad de Florida.
"Este incremento (en el voto hispano) se debe en gran parte a que los puertorriqueños están votando masivamente", escribió en su blog el analista político Steve Schale.
Los puertorriqueños, a diferencia de otros inmigrantes, son ciudadanos estadounidenses y pueden votar apenas pisan tierra firme.
Hillary Clinton cuenta con sus votos para contrarrestar a los cubanos republicanos y los blancos no hispanos del norte conservador, pero aunque los boricuas son mayoritariamente demócratas, el desafío consistía en animarlos a ir a votar.
Los esfuerzos parecen estar dando resultados.
"Estamos haciendo historia, la gente está saliendo a votar", dijo el puertorriqueño Jimmy Torres, coordinador de Boricua Vota. "Es emocionante que nos toque este rol. Nosotros podemos tirar el juego para un lado o para el otro".
Torres comentó que es un desarrollo interesante que, luego de haber emigrado por problemas financieros que según los puertorriqueños se originaron en las políticas del gobierno federal estadounidense, ahora sean los boricuas los que tengan la responsabilidad de decidir quién será el próximo presidente.
"Tuvimos una invasión en 1898, y ha habido una invasión de vuelta de parte de nosotros acá desde los 1990. Así que estamos a mano", bromeó.
En otro centro electoral en Pequeña Habana, un histórico barrio cubano cerca del centro de Miami, había una corta fila compuesta casi totalmente por hispanos.
Norma Cárcamo, una camarera nicaragüense de 58 años, dijo que, a diferencia de elecciones pasadas, esta vez sentía "una responsabilidad".
"Trump es un hombre de negocios nada más, no sabe de política. Y es muy racista. Está en contra de la inmigración, y los latinos hemos construido la base de este país".