Viajar a Cuba es subirse a una "máquina del tiempo"

La Habana, Cuba/El mundo está avanzando, las grandes potencias se pelean por estar a la vanguardia de la tecnología. El consumismo que vive la sociedad es cada vez más devorador y todos desean tener lo más novedoso y quedarse atrás es como si perdieras el estatus en una relación de clases. Pero esto no se vive en Cuba.

Tomar el avión desde Panamá, luego atravesar el mar caribe y finalmente aterrizar en el aeropuerto José Martí de la Habana, son tres experiencias totalmente diferentes. Precisamente, porque sales de un país avanzando en infraestructura para caer en un territorio que se ha quedado en los años 60.

Sin embargo, la imagen de atraso de Cuba que contrasta con el resto de las metrópolis de América es una experiencia que enamora.

Caminar por las calles de la Habana y conversar con la gente es una experiencia distinta. El gran imán del consumismo no ha atraído al cubano que vive en la isla. Lo que para nosotros significa nada, para el cubano vale mucho.

Sentarse a almorzar en un restaurante en Cuba es volver a encontrarse con esa relación cercana con los familiares y amigos, precisamente porque el celular no está presente para poner una muralla entre los seres humanos".

Sentarse a almorzar en un restaurante en Cuba es volver a encontrarse con esa relación cercana con los familiares y amigos, precisamente porque el celular no está presente para poner una muralla entre los seres humanos.

Entrar a Cuba es subirse a una maquina del tiempo, pero a la vez es reencontrarse con la persona humana y empezar a valorar lo que ya no nos importa en una sociedad de consumo.

Me contaba un periodista extranjero que el Papa Francisco visita Cuba porque los cubanos no están atrapados por el consumismo y eso a Francisco le gusta. Quizás tenga razón o de repente no, pero algo que es real y no es sacado de un estudio de Hollywood que filma una película de los años 60 es que Cuba existe y que esa isla está ahí para encantarnos, enamorarnos y volvernos a encontrar con las cosas sencillas de la vida.