El nuevo canal de Suez sin despegar tras dos años de su apertura

El presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi durante la inauguración de las nuevas instalaciones del canal de Suez, el 6 de agosto de 2015 / EFE
Efe
05 2017 - 09:11

Dos años después de que Egipto inaugurara el nuevo canal de Suez con grandes fastos y promesas de crecimiento económico, el paso artificial no ha cumplido los pronósticos de las autoridades y las modestas cifras registradas hasta ahora no hacen prever un repunte en el futuro próximo.

"El proyecto nunca ha despegado", asegura a Efe Amr Adly, economista político egipcio, el cual considera que no ha arrojado los resultados deseados a medio plazo (2-3 años).

Cuando se inauguró el nuevo canal de Suez el 6 de agosto de 2015, las autoridades previeron que el número de barcos se duplicaría en menos de 10 años y que los ingresos pasarían de 5.300 millones de dólares de 2014, a más de 13.000 millones en 2023.

"No nos hemos acercado a los pronósticos hechos hace tres años", cuando se puso en marcha el gran proyecto, explica Adly, que destaca que los ingresos generados por el canal "están estancados en términos relativos".

En junio de 2017, fueron de 427,2 millones de dólares, un 2% más que el mismo mes que el año anterior, pero menos que el pasado mayo, cuando el canal ingresó 439,8 millones, según la prensa egipcia, porque la Autoridad del canal de Suez ya no difunde esta información, tal y como solía hacer anteriormente.

Uno de los principales problemas para analizar los resultados económicos es, en opinión del experto, "la falta de información" respecto al total de la inversión inicial y a otros indicadores.

El ente gestor del canal informa mensualmente del número de barcos y toneladas que transitan por el mismo, que el pasado mes de junio fueron 1.384 embarcaciones, con 84.634.000 toneladas a bordo, comparado con los 1.350 barcos y 80.031.000 toneladas en junio de 2016 y 1.485 barcos con 82.843.000 toneladas en junio de 2015, antes de la ampliación del pasaje.

El organismo estatal ha destacado en numerosas ocasiones que la ampliación del canal en un tramo de 37 kilómetros y la construcción de uno nuevo paralelo de 35 kilómetros de longitud ha permitido el paso de barcos de más calado y con más tonelaje, puesto que la profundidad era una de las limitaciones del canal hasta 2015.

Por ejemplo, el barco mercante más grande del mundo, el Madrid Maersk, atravesó el pasado mayo el canal de Suez procedente de Malasia, en dirección a España.

La embarcación tiene 399 metros de largo y 59 de ancho, y capacidad para transportar 20.586 contenedores.

Ante el tráfico marítimo que no ha crecido tal y como esperaba el Gobierno egipcio, este dirige ahora la atención al desarrollo de la zona económica del canal de Suez, ambicioso proyecto lanzado también en 2015 y que prevé la creación de varios puertos, almacenes y astilleros, además de zonas industriales y residenciales, para convertir las orillas del paso artificial en un centro logístico.

Según Adly, esto podría tener un impacto positivo sobre la economía egipcia, más que las entradas del canal de Suez, cuyo "peso ha sido exagerado" por parte de las autoridades con fines políticos y propagandísticos.

En los pasados diez a quince años, los ingresos del canal han representado en torno al 2,5% de las divisas que entran de forma directa a las arcas del Estado, añade el experto económico, después de que este mes las reservas de dólares se hayan situado por encima de los 36.000 millones, tras haber bajado hasta los 16.000 después de la revolución egipcia de 2011.

Ante unas promesas que no se han cumplido para el gran público, algunos ciudadanos han vertido dudas incluso sobre el impacto medioambiental del nuevo canal, después de que el pasado junio, coincidiendo con el comienzo de la temporada estival, las playas de la costa norte de Egipto -una de las más populares del país- fueron invadidas por medusas.

El Ministerio de Medioambiente y la Autoridad del canal de Suez negaron que este tuviera algo que ver en el aumento de esos animales molestos para los bañistas, mientras que activistas y expertos habían advertido hace dos años de que no se había realizado un estudio medioambiental antes de ampliar el paso de agua artificial, que une el mar Rojo con el Mediterráneo.

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