La crisis política mantiene a Brasil en recesión
La incertidumbre generada por la actual crisis política brasileña alimentó la recesión que sufre el país desde el año pasado y provocará tanto una fuerte caída en el PIB en 2016 como un salto del desempleo a niveles récords, alertó hoy la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
"El predominio de un ambiente de incertidumbre política, generadora de inestabilidad económica y de baja confianza de los agentes económicos, mantiene la economía brasileña en fuerte recesión en los primeros meses de 2016", advirtió la patronal de los industriales en el Informe Coyuntural que divulgó este martes.
El estudio fue divulgado un día después de que una comisión parlamentaria le diera luz verde a la apertura de un juicio político con fines destituyentes contra la presidenta Dilma Rousseff, cuyo proceso ahora depende de una votación el domingo del pleno de la Cámara de Diputados.
La crisis que amenaza el mandato no sólo de la presidenta sino también de otras autoridades tiene como caldo de cultivo la investigación de la corrupción en la estatal Petrobras, que ha salpicado a decenas de políticos y empresarios.
Según las proyecciones del sector industrial, tras la contracción económica del 3,8 % que sufrió Brasil en 2015, lo que supuso el peor resultado en los últimos 25 años, el producto interior bruto (PIB) se encogerá otro 3,1 % en 2016.
De confirmarse ese pronóstico, será la primera vez que la mayor economía de Suramérica encadenará dos años seguidos de crecimiento negativo desde la década de 1930.
Pese a que los industriales empeoraron su proyección para el crecimiento en comparación con la que habían divulgado en diciembre pasado, cuando esperaban una contracción del 2,6 % en 2016, su previsión aún es más optimista que la de los economistas del mercado y que la del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los economistas del mercado financiero consultados semanalmente por el Banco Central prevén que la economía brasileña se contraerá un 3,77 % este año y que crecerá un 0,30 % en 2017.
El FMI, por su parte, en el informe de "Perspectivas Económicas Globales" divulgado hoy, prevé que la economía brasileña se contraerá este año un 3,8 %.
El organismo multilateral también considera que, tras una recesión más profunda que la prevista, Brasil puede volver a crecer una vez se despeje la "incertidumbre política".
"La concentración en los asuntos políticos hace inviable la superación de los problemas estructurales que limitan la retomada de la economía y las acciones indispensables para la corrección de la ruta", asegura la CNI en su informe al advertir que, ante la crisis política, el Gobierno dejó de lado el ajuste fiscal que anunció el año pasado para impulsar la economía.
Los industriales también alertaron que la incertidumbre y la gran ociosidad del parque productivo ahuyentan las inversiones y que, sin perspectivas de alteración de este escenario, el ciclo recesivo persistirá.
Igualmente prevén que el desempleo alcanzará un récord del 11,5 % en promedio este año, frente al 8,3 % en 2015 y al 6,8 % en 2014.
Según su análisis, la caída de la actividad económica "golpeó con fuerza el mercado de trabajo y agravó el nivel de desempleo", y la reducción de los empleos y de la renta de los trabajadores disminuye el poder de compra de las familias, "ya deteriorado por la inflación y las dificultades de crédito, lo que contrae aún más el consumo".
Sobre el sector industrial, el informe prevé que la producción de las fábricas se contraerá este año un 5,0 %, con lo que completará tres años consecutivos de retroceso (-1,2 % en 2014 y -6,2 % en 2015), así como una caída acumulada del 12 %.
Según las proyecciones del sector industrial, tras la contracción económica del 3,8 % que sufrió Brasil en 2015, lo que supuso el peor resultado en los últimos 25 años, el producto interior bruto (PIB) se encogerá otro 3,1 % en 2016.