Pique y repique: Barclays pide venta de bonos panameños

Economía panameña

La deuda pública, seguridad social y disciplina fiscal en Panamá son parte de los temas que este importante banco pone bajo la lupa. ¿Quieres saber más del tema? Abajo te contamos la información completa.

Bandera de Panamá ondeando en una embarcación panameña a la entrada del Canal de Panamá. / AFP.

Ciudad de Panamá, Panamá/Ya se comienzan a sentir las secuelas del reciente cambio de perspectiva por Fitch Ratings sobre la deuda soberana de Panamá, alertando sobre la débil posición económica a la que se dirigiría el país, con el legendario banco británico Barclays emitiendo su propio reporte e incluso sugiriendo a los inversionistas soltar parte de su deuda panameña. Veamos de qué se trata.

Diagnóstico

El horizonte fiscal de Panamá es retador, con múltiples retos apilándose para 2024 y más adelante,” inicia la opinión del banco.

El presupuesto para 2024 del país depende de un ajuste no identificado de $4 mil millones (o 4.7% del producto interno bruto) para poder cumplir con la Ley de Responsabilidad Social Fiscal, una magnitud que parece ser muy grande para compensar tácticamente a través de acciones one-off o de un solo uso, particularmente en un año electoral”.

Hasta ahora, tales acciones one-off incluyen, entre otros, un canje de flujo de efectivo de Citibank y una venta de tierras a la Autoridad del Canal de Panamá por alrededor de $500 millones.

“Aunque mantenemos nuestra previsión del déficit fiscal para 2023 a 3% del producto interno bruto, revisamos nuestra proyección para 2024 a 4.5% del producto interno bruto”, dice el banco. Esto es 1.5 puntos porcentuales por encima de su proyección anterior y 2.5 puntos porcentuales por encima de lo que permite hoy día la ley de responsabilidad fiscal.

Ya que el gobierno tendrá que financiar la mayor parte de su déficit en los mercados internacionales de capital, prevemos una oferta para 2024 de seis mil millones de dólares en bonos [panameños]”.

Además, “el miércoles pasado, Panamá emitió $1.4 mil millones de bonos globales, $600 millones más de lo que habíamos esperado [en el total de emisión]”.

Con elecciones presidenciales contenciosas acercándose en mayo de 2024, no esperamos una estrategia clara de manejo fiscal prudente hasta el próximo verano boreal [y] si la próxima administración falla en entregar una estrategia fiscal creíble de manera oportuna, Panamá podrá perder su estatus de grado de inversión”.

Señales

Con su estatus de grado de inversión bajo cuestionamiento, ya no vemos el relativo bajo costo de Panamá como un ancla convincente,” dice Barclays, trayendo imágenes a la mente de un barco empezando a estar a la deriva.

Por todo esto, el banco “rebaja a Panamá a underweight”. Esta clasificación, que se traduce en debajo de peso, es una señal a los inversionistas para que bajen el peso de las inversiones de Panamá en sus portafolios, algo que habíamos anticipado en la edición anterior.

Recomendamos vender los belly bonds, particularmente el bono de Panamá con vencimiento a 2032 e interés a 2.25%”.

Belly bonds, o bonos panza, se refiere a los bonos que se encuentran entre el mediano y largo plazo, llamados así por localizarse en el centro —o panza— de la curva de rendimiento. Usualmente se refiere a bonos con vencimientos entre dos y diez años en el futuro.

Y el bono de 2032 de Panamá se refiere a una emisión hoy activa por $2,500 millones, con intereses anuales corrientes alrededor de los $30 millones.

Impacto

Los bonos son como las acciones en que, una vez se tiene el dinero de este lado, el cambio en el valor de tales instrumentos de deuda no impacta directamente la posición financiera del país o empresa.

No obstante, tal cambio si tiene un impacto fuertísimo indirecto, ya que, si el país o empresa va a recurrir nuevamente a los mercados de deuda, el precio de sus instrumentos emitidos determinará en gran medida su capacidad de obtener nuevo dinero.

Ciudad de Panamá / TVN Noticias

No solo eso, sino que la venta súbita de todos estos bonos con vencimiento a mediano plazo podría saciar por un rato el apetito de los mercados por la deuda panameña, limitando aún más tal capacidad de financiamiento.

Si llegamos a perder el grado de inversión, el problema solo se aceleraría.

Una eventual pérdida del grado de inversión podría llevar a más de $2.3 mil millones en ventas obligadas por cuentas estadounidenses e inversionistas en mercados emergentes”, dice Barclays.

Oportunidad

No todo el reporte es color de hormiga.

Uno de los elementos fundamentales que destaca Barclays sobre Panamá es su resiliencia, expresada en términos de su crecimiento económico.

El indicador económico mensual muestra que la economía creció 7.8% durante la primera mitad del año corriente. Después de tan impresionante resultado, hemos aumentado nuestra proyección de crecimiento para 2023 de 5.8% a 6.2%”.

Claro está, parte de este crecimiento económico tiene que ver con las exportaciones del cobre de Donoso al extranjero, cuyo valor masivo se registra en la cuenta del producto interno bruto, pero no implica necesariamente un desarrollo proporcional en la capacidad productiva del país a largo plazo.

Barclays no es nada sutil con sus implicaciones.

Panamá debe aprovechar los vientos favorables que aún tiene para arreglar su casa, pero no ve que haya un plan. “No hay claridad sobre qué harán las autoridades en 2024,” dice el banco.

¿Y qué tiene que arreglar Panamá?

[Debe] recuperar [su] disciplina fiscal, reformar el sistema de pensiones y manejar su deuda pública”.

Mientras que el país dependa de inversionistas extranjeros para financiar sus costos operativos —y quizás pronto un déficit en la reserva para pagar pensiones— la opinión de grandes bancos como Barclays y casas calificadoras como Fitch tendrán un peso importante.

De no atender el repique de las campanas, Panamá enfrentará una fuerte liquidación en el mediano plazo y tendrá que recorrer un largo trayecto para obtener su nivel de crédito nuevamente.

El sistema de pensiones en mano de la Caja de Seguro Social es objeto de cuestionamientos por este banco inglés.

Por todo esto, en las palabras del poeta metafísico británico John Donne de 1623 —aún más antiguo que Barclays— “no envíes a averiguar por quién suenan las campanas. Suenan por ti”.

¿Quién es Barclays?

Barclays no es cualquier banco. Sus orígenes se remontan a las primeras casas de depósito y moneda establecidas por los orfebres londinenses a finales del Siglo 17, las cuales resultaron ser el semillero de la banca moderna.

Tomando el nombre de uno de sus socios, James Barclays, en 1736, el banco vio el inicio de los primeros billetes modernos y ha sobrevivido las turbulencias de las revoluciones de la Ilustración, las guerras napoleónicas, dos guerras mundiales, el fin del estándar de oro y decenas de crisis financieras.

Desde sus inicios, una de sus estrategias ha sido extender su red de capital a través de la compra de otros bancos. Desde la compra de pequeñas casas financieras inglesas en la década de 1900 hasta ser el banco que compró al caído gigante financiero estadounidense Lehman Brothers en 2008, Barclays siempre ha sabido como mantenerse en el juego.

Otra de sus estrategias ha sido estar delante de los tiempos e innovar. 

En el ámbito social, por ejemplo, Barclays nombró a la primera gerente mujer de banco en el Reino Unido en 1958, Hilda Harding. En el campo tecnológico, fue el primer banco del mundo en instalar un cajero automático, en 1967.

También tiene su lado oscuro. Barclays ha sido acusado de ayudar, en la década de 1990, al gobierno despótico de Robert Mugabe en Zimbabue, gobierno que estuvo detrás de un genocidio que acabó con la vida de al menos 20 mil personas. Adicionalmente, Barclays fue uno de los bancos multados durante el escándalo LIBOR, cuando se reveló que la tasa LIBOR —supuestamente sin sesgos— estaba siendo fijada.

No obstante, el banco ha sabido corregir el rumbo y ha hecho más que sobrevivir. Hoy día mantiene operaciones en más de 40 países, siendo uno de los diez bancos más grandes de Europa, con más de 85 mil empleados y siendo considerada una de las firmas financieras más poderosas del mundo.

Por todo esto, cuando Barclays emite una opinión, vale la pena escuchar.

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