Temer dice que en 2017 Brasil 'vencerá' la crisis
El presidente de Brasil, Michel Temer, dijo este jueves 29 de diciembre, que 2017 será un "año nuevo" para el país, en el que se conseguirá "vencer" la grave crisis económica en la que se encuentra sumergido el gigante suramericano.
"El año de 2017 será un año nuevo, no será una prórroga de 2016", aseguró Temer en un pronunciamiento de final de año, en el que realizó un balance de sus siete meses al frente del Ejecutivo.
Temer llegó la Presidencia el pasado mayo, después de que la mandataria Dilma Rousseff fuera apartada por el Senado para el inicio de un juicio político, y asumió de forma efectiva el 31 de agosto, cuando la jefa de Estado fue finalmente destituida.
El mandatario resaltó el apoyo prestado por el Congreso, el cual consideró "fundamental" para dar luz verde un severo paquete de ajuste fiscal propuesto por el Ejecutivo para reequilibrar las maltrechas cuentas públicas en el país.
"Hemos tenido un 88% de fidelidad de la base gubernamental, eso es algo importantísimo para llevar adelante las reformas", subrayó.
El Legislativo aprobó este año un polémico proyecto de ley presentado por el Gobierno que limitará el aumento del gasto público durante los próximos 20 años y discute otras medidas propuestas por Temer, como la reforma del sistema de pensiones brasileño, que cuenta con el rechazo de una parte de la población.
El presidente brasileño recalcó que el Gobierno también trabajará por la aprobación de la reformas tributaria y laboral e "incentivará" cambios en el sistema político.
"No vamos a parar. Este gobierno tiene que ser un Gobierno de récords", señaló Temer, quien cuenta con una baja popularidad entre los brasileños.
Destacó que, además de la "responsabilidad fiscal", el Gobierno ha cumplido a lo largo de 2016 su "responsabilidad social" con los más desfavorecidos, en medio de las críticas vertidas por los movimientos sociales y las centrales sindicales.
Temer también se refirió al veto parcial realizado la víspera contra un proyecto de ley que permitía a los estados brasileños renegociar sus deudas con el Gobierno Federal sin que estos contrajeran las contrapartidas planteadas por el Ejecutivo.
"No vamos abandonar a los estados, vamos a negociar con cada estado que tenga dificultades", puntualizó.