¿Subirá sus tasas el banco central de EEUU? Los analistas apuestan a que no
¿Subirá sus tasas el banco central de Estados Unidos? La Reserva Federal (FED) se reúne el martes y miércoles de esta semana pero, según los analistas, probablemente espere a tener más certezas sobre la economía antes de subir sus tasas, cercanas a cero desde fines de 2008.
Los miembros del comité de Política Monetaria (FOMC) darán su veredicto el miércoles a las 6:00 p.m. y dirán si la economía está suficientemente sólida como para soportar un alza de las tasas directrices. Una decisión que podría tener un impacto sobre el costo del crédito otorgado por los bancos a los particulares.
Pero los expertos y los mercados, que están alertas ante la posibilidad de un cambio de la política monetaria, están seguros de que la FED no modificará sus tasas en esta oportunidad.
La probabilidad de un alza el miércoles es "cero", asegura Zach Pandl, economista de Goldman Sachs, resumiendo el consenso casi generalizado.
"Los dirigentes de la Fed buscan más señales de que el crecimiento económico es suficientemente fuerte y de que las condiciones del mercado laboral mejoran lo suficiente como para que la inflación se vuelva a situar" en el objetivo de 2% anual, estimaron a su vez los analistas de Crédit Agricole.
Mejoras e incertidumbres
En sus últimas intervenciones la presidenta de la Fed, Janet Yellen, se limitó a indicar que está a favor de un alza "en algún momento del año" 2015 pero evitó dar cualquier precisión sobre cuándo sería.
El banco central busca así conservar un margen de maniobra y ajustar las tasas en función de la evolución de la mayor economía mundial.
La Fed puede celebrar una franca mejora del mercado laboral tras registrarse una tasa de desempleo de 5,3% en junio, su nivel más bajo en siete años y cercana a su objetivo de pleno empleo.
Pero los precios al consumo le preocupan más. Deprimidos por la caída de los precios mundiales del petróleo, apenas han subido en los últimos meses en Estados Unidos (+0,2% en mayo en relación al mismo mes del año anterior).
Al final de su última reunión de política monetaria, a mediados de junio, la Fed había reiterado que no subirá sus tasas hasta que tenga una "confianza razonable" en que la inflación llegará al objetivo de 2% anual.
A mediados de julio, Yellen aseguró de todas formas que la inflación iba a subir "progresivamente" en Estados Unidos.
Antes de la tormenta
Probablemente los miembros del FOMC se sientan tentados a esperar a saber más sobre la salud de la economía estadounidense, a partir de dos indicadores que serán difundidos luego de su reunión.
El jueves el gobierno dará las cifras sobre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre, que se espera confirmen que el freno del primer trimestre, cuando el PIB se contrajo 0,2%, era solo pasajero.
La semana próxima será el turno de los datos de desempleo en julio.
Pero sobre la FED pesan también otras incertidumbres, como la crisis griega y la volatilidad de los mercados bursátiles chinos.
"La situación en el extranjero en particular hace pesar algunos riesgos sobre la economía estadounidense", indicó el 15 de julio la jefa de la Fed, que hizo referencia principalmente a la "difícil" situación en Grecia y a la "volatilidad" financiera en China.
En ese contexto, algunos piden paciencia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) llamó en junio a la FED a esperar a la primera mitad de 2016 para cambiar el rumbo monetario.
Más recientemente, el premio Nobel de economía Paul Krugman aseguró que la economía estadounidense podría conocer una nueva "década perdida" si se suben las tasas demasiado pronto.
Los países emergentes, en tanto, podrían sufrir por un alza de las tasas estadounidenses que, al atraer a los inversores que buscan colocaciones más seguras, podría alimentar olas de inestabilidad financiera, recordó el FMI en un informe publicado el jueves.
¿El alza será en setiembre? ¿En diciembre? Las especulaciones continuarán y se espera que la reunión del miércoles sea solo una etapa más antes del aumento.
"La reunión se anuncia como la calma antes de la tormenta", resumió Zach Pandl, de Goldman Sachs.