Italia crea nueva ruta para los cruceros que atraviesan Venecia
Italia adoptó un plan para proteger a Venecia, que incluye una nueva ruta para los cruceros gigantes que atraviesan la ciudad, los cuales dejarán de pasar frente a la célebre plaza de San Marcos, lo que generaba protestas y críticas.
"Los grandes cruceros no pasarán más por la plaza de San Marcos, ahora atracarán en el puerto de Marghera (al otro lado de la laguna). Un comité interministerial ha dado luz verde a la propuesta del gobierno", anunció en Twitter el Ministro de Infraestructura y Transporte, Graziano Delrio.
El plan fue adoptado tras 18 meses de estudios y negociaciones, aunque no satisface a algunas asociaciones, que consideran que el desvío de los cruceros no soluciona el impacto devastador sobre el medio ambiente que causan en esa delicada.
"Se trata de un gran resultado para los venecianos", comentó por su parte el alcalde de Venecia, Luigi Brunaro.
A partir de 2019, los cruceros dejarán de transitar gradualmente por el canal de la Giudecca, que atraviesa Venecia y sus mayores monumentos, como la plaza de San Marcos y el palacio Ducal, para atracar en el costoso terminal construido para ello a la entrada de la ciudad de Marco Polo.
Ahora accederán a la laguna desde el sur, por la ruta que utilizan actualmente los buques de carga.
Los más grandes, de más de 55.000 toneladas, deberán atracar en el puerto de Marghera, en Mestre, un área industrial frente a Venecia, donde se construirá un terminal para pasajeros especial.
Los cruceros mas pequeños podrán acceder al terminal actual a través de un canal que será adecuado para su paso.
Las autoridades no precisaron el costo del nuevo plan, presentado por el gobierno, la ciudad de Venecia y la región Veneto.
El comité ciudadano contra las grandes naves criticó la decisión y pide que se impida la construcción de nuevos canales y terminales marítimos que multiplican el tráfico por la laguna veneciana.
Desde hace años existe una fuerte controversia entre los defensores del patrimonio de la Serenísima, preocupados por el impacto de los cruceros en el medio ambiente, y los partidarios de esos gigantes de los mares, que representan un importante aporte a la economía de una ciudad que vive fundamentalmente del turismo.
Después del hundimiento en Toscana del Costa Concordia, que dejó un saldo de 32 muertos, el gobierno italiano decidió limitar el flujo de grandes cruceros, especialmente en Venecia.
Sucesivamente prohibió la entrada de naves de más de 96.000 toneladas y redujo el número de embarcaciones que ingresan a la laguna, por lo que disminuyó el número de visitantes.
Según la Asociación Internacional de Empresas de Cruceros (Clia), "Venecia pasó de perder medio millón de pasajeros, a perder 1,8 millones en 2013 y 1,4 millones en 2017".
Los barcos que transitan por Venecia generan a Italia beneficios económicos anuales por 436 millones de euros, de los cuales 283 millones de euros son destinados a Venecia y sus alrededores, según Clia.