Empresarios catalanes denuncian consecuencias económicas del independentismo
Una delegación de "Empresaris de Catalunya" (EC) expresó hoy su apuesta "por un marco jurídico estable en el marco constitucional español y de la Unión Europea (UE)" en contraposición a "las consecuencias económicas del populismo nacionalista".
Su presidente, Josep Bou, afirmó en el Parlamento Europeo de Bruselas que "ha sido un error mostrarse silentes durante tanto tiempo".
Bou también apuntó que con el expresidente autonómico Artur Mas al frente de la Generalitat "las cosas hubieran cambiado", pero que "con Puigdemont es imposible, está totalmente fanatizado".
La rueda de prensa contó también con la presencia del vicepresidente de EC, Carlos Ribadulla, y representantes en el Parlamento Europeo de PP, PSOE, Ciudadanos y UPyD.
Durante su intervención, Josep Bou señaló que se siente "catalán de pies a cabeza", pero que en los últimos años "se ha adoptado el lenguaje del totalitarismo, según el cual sólo los nacionalistas son catalanes", situación que achaca "al control de los medios de comunicación públicos y privados".
El presidente de la asociación también defendió la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permite "evitar la sangría a la que estaba sometida Cataluña, que estaba dirigida a una situación terrible en lo económico".
"El 155 no es un artículo represor ni tiene nada que ver con las detenciones de los exconsejeros, que son un tema totalmente judicial", sentenció Bou, quien entiende que "sólo se ha intervenido parcialmente la autonomía, cuando se podía haber hecho totalmente".
Tras ser preguntado por "una solución satisfactoria para todos en Cataluña", el empresario respondió que ésta "pasa por una victoria de las fuerzas constitucionalistas -PP, PSOE o Ciudadanos- en las elecciones del 21 de diciembre".
"Si el 21-D ganan los independentistas se pondrá el sol en Cataluña y las empresas se irán no a cientos, sino a miles", afirmó Bou, que defendió que "una situación política estable traería una situación económica estable".
Por su parte, Carlos Rivadulla puso el acento sobre "un éxodo de empresas sin precedentes en Cataluña, equivalente al 30% del PIB de la región".
"En el segundo cuatrimestre de 2017 la inversión ha caído un 10,2 % en Cataluña, mientras que en el conjunto de España se ha incrementando un 2,8 %", afirmó Rivadulla, quien lamentó que "la región más rica de España esté perdiendo inversión cuando el resto está ganando".
El empresario también advirtió sobre "una contracción del consumo, con una caída del 30% en las reservas de hoteles, bares y restaurantes y una bajada en el turismo del 25%.
Rivadulla también denunció "un incremento sin precedentes del desempleo el pasado mes de octubre, con 15.000 parados más que el mismo mes del año anterior".
"Populismo, nacionalismo, egoísmo y exclusión hacen una combinación que no queremos repetir y que ya hemos visto en otros lugares, como en Quebec, que dejó de ser la región más rica de Canadá tras su proceso independentista", denunció Rivadulla.
En tal sentido, también señaló que "el Gobierno no tiene la obligación de satisfacer a todos" y que "si los independentistas quieren cambiar las cosas tienen que seguir las leyes y los procedimientos".
"En cualquier país de Europa haría falta una mayoría parlamentaria del 70 o el 80 % para cambios tan profundos", apuntó el empresario.
El vicepresidente de EC alabó también la actitud de la Unión Europea, que "se ha posicionado a favor de la legalidad", y recalcó que un apoyo "como el que está ofreciendo el Gobierno español" es "fundamental para salvar a los catalanes del nacionalismo".