¿Cómo se va a financiar el aumento al Presupuesto del Estado en el 2022?

Apostando a mejorar su talón de Aquiles, las recaudaciones, y con la posibilidad de conseguir préstamos por al menos unos 2 mil 500 millones de dólares, que es la capacidad crediticia que aproximadamente tiene, la administración del presidente Laurentino Cortizo presentó ante la Asamblea Nacional el proyecto de presupuesto para el año fiscal 2022, que asciende a 25,126.6 millones de dólares, un 3,6% más que el vigente.

La meta no deja de ser ambiciosa, cuando se tiene como antecedente que hasta junio de este año las recaudaciones aumentaron en un 30% de los más de 4 mil millones de dólares proyectados, aunque el año pasado se dejaron de recaudar mil 500 millones de dólares en ingresos corrientes.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que entre mayo y junio de este año el saldo de la deuda pública aumentó en mil 337.9 millones de dólares, para un total de 39,684.4 millones de dólares, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas.

Para mejorar la economía y alcanzar la meta del proyecto de presupuesto para el año fiscal 2022 es necesario que la Dirección General de Ingresos (DGI) sea más beligerante, pues es allí donde no se logra despegar con mayor fuerza, afirmó una fuente gubernamental del sector económico, que prefirió no ser identificada.

La DGI, prosiguió, debe propiciar que se aprueben leyes de economía digital, facturación electrónica, toda vez que la evasión fiscal en el país está entre un 8% a un 9% del Producto Interno Bruto (PIB).

“La evasión fiscal en el país es muy fuerte”, afirmó el funcionario, quien reiteró que aunque el país “no tiene problema” para pedir financiamiento, la DGI debe garantizar la efectividad de los ingresos, ya que el Gobierno necesita recursos para continuar mitigando el impacto de la pandemia.

Aunque no contestó reiteradas llamadas a su celular, en declaraciones previas el director de la citada entidad, Publio De Gracia, aseguró que se trabaja para hacer más eficiente la administración tributaria.

De Gracia ha venido insistiendo en que los ingresos, comparados con lo presupuestado, reflejan un superávit.

Para el economista Raúl Moreira el problema de la economía panameña es su falta de transparencia, pues poco o nada se conoce, por ejemplo, a dónde ha ido a parar el dinero obtenido mediante financiamiento durante la pandemia.

Moreira abogó porque se le informe al pueblo hacia dónde se destinan los dineros que se piden, señalando que “así como crece la deuda, de esa misma manera crece la falta de claridad”.

“¿Si se han gastado 1,300 millones de dólares para enfrentar los gastos producto de la pandemia, en qué se ha utilizado el resto de los 9,761 millones de dólares en los cuales se ha incrementado la deuda desde el inicio del actual gobierno?”, se preguntó el economista.

Agregó que ni siquiera hay información sobre la planilla estatal, y aunque el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, ha reconocido el lastre económico que representa este renglón, no ha dado explicaciones sobre qué medidas se están tomando para controlarla.

Durante la presentación del proyecto de presupuesto para el año fiscal 2022 ante la Asamblea Nacional, Alexander indicó que en los últimos 10 años la deuda pública y los subsidios se triplicaron y la planilla se incrementó 2.7 veces.

Sin ahondar en explicaciones, sostuvo que “se continúa con la consolidación de la disciplina fiscal y el manejo responsable del recurso del Estado dentro de la política de austeridad con eficiencia”.

“Las limitaciones del presupuesto son reales y emanan de maniobras actuales, toda vez que el tamaño del presupuesto está influenciado de una forma importante por los ingresos”, manifestó.

El economista Raúl Moreira manifestó que sin duda la falta de ingresos se compensará con deuda, situación que en su opinión reduce el espacio fiscal del país ante cualquier emergencia futura.

El deterioro de las cuentas públicas de Panamá tiene su origen en la dinámica de los ingresos, sostiene por su parte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Pese al dinamismo de la economía, los ingresos tributarios han venido cayendo alrededor de tres puntos del PIB desde 2012; una caída muy superior al aumento de ingresos en los aportes del Canal tras su ampliación.

Panamá no es solo uno de los países de la región con menores ingresos tributarios, sino donde éstos se han mostrado más insensibles al crecimiento económico”, aduce el organismo internacional en un informe de julio de 2020.

El país ocupa tradicionalmente una de las últimas posiciones de América Latina en cuanto a ingresos impositivos en porcentaje del PIB. En promedio, del período 2014 / 2018 alcanzaron el 9,8% del PIB, el último de los países latinoamericanos, frente al 1 6,5 % de media regional.

Además, siempre según el BID, Panamá no solo es uno de los países con menores ingresos impositivos, sino que estos han ido disminuyendo en los últimos años, a diferencia de lo sucedido en la región. Mientras que en Panamá entre 2006/2010 y 2014/2018 bajaron 1,3 puntos del PIB, el promedio regional creció 0,8 puntos.