Los sonidos del Casco, 350 años después

Ciudad de Panamá/Este fin de semana el Casco Antiguo de Panamá cumple 350 años de su fundación. Dos investigadores históricos nos llevan a un recorrido sensorial por tres siglos de historia: "Los sonidos del Casco, 350 años después".

A veces solemos pensar que el pasado no tiene sonido, que todo va de imágenes en movimiento como estas y que lo único que nos transporta al lado izquierdo del tiempo es la imaginación, pero la realidad es otra.

En el centro de investigaciones históricas, antropológicas y culturales un grupo de especialistas intentan reconstruir, como en 1673, la Ciudad de Panamá, pero esta vez no es piedra a piedra sino a través de la música.

Tres siglos de historia, desde luego no es sencillo levantarlo, hay mucha documentación que revisar; y sí, también escuchar. Samuel Robles, investigador especialista en música se encarga de esta tarea.

 

En su búsqueda ha encontrado una pista, tiene nombre, apellido y apodo se trata de Miguel Iturrado, uno de los violinistas panameños más aclamados del pasado.

Miguel Iturrado ha sido el punto de partida para una investigación que llena de sonido y descripción a una ciudad levantada hace 350 años, un 21 de noviembre, de entre las cenizas.

El Casco fue como lo conocemos hoy día. Investigadores como Alfredo Castillero Calvo y Eduardo Tejeira Davis en sus documentos nos narran cómo era la arquitectura y nos aporta un rastro sobre la acústica. Además, estas fotografías que encontramos en los archivos de la Panama Canal Company y Edward Muybridge nos da un reflejo de la evolución visual y sonora de nuestro centro histórico.

En la época de las aplicaciones móviles, audífonos y Tik Tok, el Casco Viejo está muy lejos de sonar como antes.

El ruido y el caos se ha apoderado de sus rincones, pero en la Plaza de Francia, por el Paseo de las Bóvedas, un grupo de músicos, de la red de orquestas juveniles trabajan para que esa música, que un día llenaba las calles del Casco Antiguo no desaparezca

Josefap que vive en el barrio de Barraza, muy cerca del Casco Antiguo recuerda cómo su abuela le contaba los sonidos del casco, ahora con su trompeta intenta evocar lo que ocurría tiempo atrás.

 

Así, tanto como ayer el Casco Viejo continúa seduciendo a quienes viven fuera de sus límites, como a dora, que reside en san miguelito y está enamorada de esta zona. A sus 17 años, toca perfectamente la viola y dice que hacer música aquí en esta plaza es recuperar la historia que una vez se escuchó

 

Aun así, con todo lo romántico que puede ser imaginar cómo se escuchaba el casco, la evolución no puede detenerse y 350 años después la reflexión sobre la ciudad que queremos emana de todos.