Tres temas de la alianza entre Panamá y Estados Unidos

Tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano han buscado colaborar con Panamá en materia de seguridad fronteriza, cada uno con elementos a destacar.

Foto ilustrativa: Las banderas de Panamá y Estados Unidos ondean / Archivo

Ciudad de Panamá, Panamá/En esta nota, repasamos tres temas notables que distinguen la relación entre Panamá y Estados Unidos y que podrían verse afectados por los resultados de las elecciones generales en ese país, que terminaron ayer. Estos temas son la migración irregular, el Tratado de Promoción Comercial y el patrullaje de las costas panameñas.

Migración

Desde julio del año corriente —con la entrada de la nueva administración de José Raúl Mulino— Panamá y Estados Unidos llegaron a un pacto que confirmó que Estados Unidos pagaría el coste de las deportaciones que hace Panamá de personas migrantes detenidas en la frontera oriental del Darién.

El programa se desarrollaría en conjunto con los Departamentos de Estado y de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en coordinación con el Ministerio de Seguridad Pública en Panamá.

El apoyo estadounidense resultará clave para que Panamá pueda enfrentar el impacto del flujo de personas migrantes que cruzan a través de la frontera con Colombia.

En 2021, más de 130 mil personas migrantes llegaron a esa frontera. En 2022, el número subió a cerca de 250 mil. En 2023, se disparó a más de 520 mil. Y para octubre de este año, ya van cerca de 300 mil personas migrantes, menos que en 2023, pero más que en todo 2022.

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El principal origen de personas migrantes a Panamá es Venezuela, con 63% de las personas que llegaron a la frontera el año pasado procediendo de este país. También hay una cantidad importante de personas migrantes de Haití, Ecuador y China.

Las primeras deportaciones financiadas por Estados Unidos comenzaron en agosto pasado, con la deportación de cerca de una treintena de personas a Colombia.

Migrantes cruzando la selva de Darién / AFP

Para el martes, 22 de octubre, se habían deportado a 787 personas a un costo de $1.1 millones —$1,400 por persona— con destinos desde Colombia hasta India.

Y en el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos quedan aún cinco millones de dólares adicionales para financiar más deportaciones.

A un costo de $1,400 por persona, Estados Unidos aún tiene presupuesto para que Panamá deporte a cerca de 3,500 personas.

Tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano han buscado colaborar con Panamá en materia de seguridad fronteriza, cada uno con elementos a destacar.

Del lado Republicano, el enfoque tiene más que ver con controles migratorios estrictos, mientras que los Demócratas se han enfocado en construcción de estabilidad regional mediante programas de inversión social.

Por lo tanto, una expectativa es que estos programas de asistencia para controlar la migración —y la atención estadounidense correspondiente— continúen.

Tratados

El Tratado de Promoción Comercial (TPC) entre Panamá y Estados Unidos ha sido una piedra en el zapato de varios gremios agrícolas en el país, cuyas capacidades productivas no se han desarrollado suficiente para competir con la imponente máquina productiva de alimentos que es Estados Unidos.

El TPC fue firmado por el gobierno de Martín Torrijos en 2007, pero comenzó a operar en 2012, bajo la presidencia de Ricardo Martinelli.

Bajo las reglas del tratado, una cantidad importante de bienes industriales y consumibles estadounidenses comenzaron a entrar en el país, en algunos casos, con aranceles que paulatinamente se iban reduciendo, y en otros, sin aranceles del todo.

Para los productos alimenticios se estableció una reducción escalonada de aranceles bajo la lógica de que los productores panameños aprovecharían el tratado para importar maquinaría de avanzada e incrementar su productividad y así competir con las exportaciones de Estados Unidos.

Esto resultó no ser el caso y la desgravación constante de productos alimenticios estadounidenses está generando una fuerte presión sobre la mayoría de los productores panameños que, por varios motivos, no se actualizaron con nuevas tecnologías agrícolas o sistemas estructurados de cooperativismo.

Varios gremios productores han insistido ante los últimos presidentes de Panamá en reformar tal tratado, pero tal decisión escapa al Gobierno Nacional.

Estados Unidos solo modifica sus tratados con aprobación del presidente y de dos tercios del Senado y ambas administraciones —tanto republicanas como demócratas— no han considerado tal reforma como relevante de su atención.

Del lado panameño, tampoco se ha articulado un argumento que pueda motivar a Estados Unidos a sentarse en la mesa de negociación, aunque existen varios, como la necesidad de modificar el tratado para apuntalar la estabilidad social a largo plazo.

Para referencia, en el año 2000, el valor de las importaciones estadounidenses a Panamá era de $1,112 millones. Para 2023, fue de $2,738 millones, un aumento de 146%.

En comparación, las exportaciones de Panamá a Estados Unidos en el año 2000 eran de $337 millones y en 2023 fueron de $148 millones, una caída de 56%.

Patrullaje

Desde el cierre del siglo pasado, Estados Unidos no opera bases militares marítimas en Panamá de acuerdo a los tratados Torrijos–Carter.

No obstante, el ejército estadounidense interactúa de forma continua con el Gobierno Nacional, anteriormente a través del Ministerio de Gobierno, pero hoy bajo el Ministerio de Seguridad.

Por ejemplo, Estados Unidos ha participado en el entrenamiento y el aprovisionamiento del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y del Servicio Nacional Aeronaval (Senan). En el 2021, donó equipo operativo a ambas entidades.

El Ministerio de Seguridad Pública, a través del Senan, opera un Centro Regional de Operaciones Aeronavales, el cual ha sido apoyado por Estados Unidos con equipo, asistencia técnica y programas de entrenamiento. Esto en base a un memorando de entendimiento que fue firmado en el año 2021.

Uno de los temas de mayor interés entre Panamá y Estados Unidos en cuanto al patrullaje marítimo es la prevención de la pesca irregular por parte de pesqueros chinos en el Pacífico. Panamá robusteció un centro para el monitoreo de tal pesca a inicios del año pasado.

Y estos esfuerzos tienen como intermediaria a la Guardia Costera Estadounidense, que es la que hace el enlace con Panamá.

Estados Unidos también ha hecho recomendaciones a Panamá para desarrollar aún más su capacidad de monitoreo e interdicción naval, con la expectativa implícita de mayor entrenamiento y equipamiento, por lo que la cooperación entre ambos países se mantendrá sólida en el mediano plazo.

Las fuerzas armadas estadounidenses tienen una agenda de prioridades bastante autónoma, en muchos casos aislada de los vaivenes políticos de Washington, D.C., por lo que es muy probable que tanto los republicanos como los demócratas mantengan la colaboración estratégica de seguridad con Panamá.

Coda

Al final, los esfuerzos de la alianza entre Panamá y Estados Unidos se manifiestan principalmente en temas de migración, comercio y seguridad marítima. Y a pesar del cambio en las dinámicas políticas en la nación norteña, Panamá probablemente mantendrá una cooperación pragmática con ese país para abordar desafíos compartidos en la región, con la estabilidad como la estrella del norte.

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