Teatristas piden ayuda al gobierno para que salas de teatro no desaparezcan
El mes de julio es decisivo para el futuro del teatro en Panamá. Las industrias culturales, entre ellas las artes escénicas, que dependen de venta de boletos para funciones, bajaron el telón el pasado mes de marzo a causa de la crisis del coronavirus y, luego de cuatro meses en cuarentena, estos trabajadores no vislumbran un feliz futuro para esta actividad cultural.
En una conversación con TVN, Rodrigo Farrugia, Sandy Correa de Asociación de Teatristas de Panamá (Astep) y Hannia Woodman del Teatro en Círculo –en representación de la Red de Teatros– afirman que las salas de teatro van a desaparecer permanentemete si no reciben ayuda del gobierno para sufragar algunos gastos que, a pesar del cierre de actividades, se han estado acumulando en estos meses de cuarentena.
De acuerdo con los representantes de los teatristas, la deuda que tienen las salas de teatro se calcula cerca de los 75 mil dólares mensuales en gastos fijos como alquileres de salas, pagos a bancos, pagos de servicios y planillas.
Campaña #NoMirenParaOtroLado
Hace algunas semanas en las redes sociales surgió la campaña #NoMirenParaOtroLado #NoDejemosCerrarLosTeatros a cargo de un grupo de teatristas que ven que próximamente se quedarán sin los teatros.
A la misma se han sumado dueños de salas, personal administrativo, trabajadores manuales, productores, dramaturgos, directores y asistentes de dirección; actrices y actores; diseñadores de luces, sonido, vestuario, maquillaje y escenografía; operadores de luces y sonido; escenógrafos, vestuaristas, coreógrafos, bailarines; cantantes y músicos; personal técnico y de atención en la taquilla; y demás personal tras bastidores; así como estudiantes de la Facultad de Bellas Artes y estudiantes y egresados de los cursos de teatro de las diversas salas; además de amantes del teatro en general.
“Es un mensaje para todos: la sociedad, nuestros teatristas, el gobierno, los empresarios de que tenemos que mirar hacia donde está el peligro, porque las salas están a punto de desaparecer, por eso miren para acá, donde estamos nosotros: el teatro”, afirmó Rodrigo Farrugia, Presidente de Astep en una entrevista.
Aporte a la economía
De acuerdo con esta asociación, la actividad teatral realiza un importante aporte a la economía del país. Solo en el 2019 se generaron 1,996 empleos directos con la puesta en escena de 115 obras de teatro.
En la actualidad existen 12 salas agrupadas en la Red de Teatros Privados e Independientes —ABA, El Ángel, Bambalinas, D’ Raquel, Teatro en Círculo, La Estación, Inida, Pacific, Paseo de las Artes, La Plaza, Planta Baja Art Studio y Guild Theater (sala donde se presentan obras en inglés)—, las cuales se encuentran cerradas desde 12 de marzo.
En ese momento quedaron suspendidas 20 producciones teatrales que estaban en cartelera y que involucraban a más de 150 trabajadores teatrales. A esto se suman grandes pérdidas en proyectos que estaban en proceso de producción.
La actividad teatral involucra una planificación avanzada por lo que muchos productores reservan salas desde un año antes e inician los preparativos de una puesta en escena varios meses previos al estreno, por lo que muchos en el sector han quedado con proyectos en los que inviertieron dinero que no podrán recuperar.
De acuerdo con las autoridades de salud la actividad teatral retomará su actividad en el Bloque 5, ya que está considerada como esparcimiento.
Lo que no está muy claro todavía son las condiciones en las que se activará la apertura de las salas de teatro. Por ahora se habla de un 25% de aforo para las mismas.
De acuerdo con los representantes del sector, este porcentaje hace imposible pensar en saldar las deudas acumuladas y seguir un funcionamiento “medianamente normal” en los teatros cuando reabran.
A esto también se suman los costos por las adecuaciones que tendrían que hacerse en los locales y las nuevas normas de limpieza y desinfección que entrarían a formar parte de los presupuestos de operación.
Por todo esto, algunos dueños de salas han manifestado que de no conseguirse un apoyo económico de parte del gobierno, la opción sería el cierre permanente de los teatros.
Acciones desde MiCultura
De acuerdo con Daniel Domínguez, Director de las Artes del Ministerio de Cultura, son conscientes de la situación por la que están pasando los artistas de Panamá a raíz de las consecuencias mundiales de la pandemia del coronavirus.
Confirmó que desde el gobierno se ha implementado la ayuda a los artistas de manera planificada, y utilizando como referencia la base que armó MiCultura, producto de la encuesta de Súmate Ya.
Esta base de datos permitió recolectar desde mucho antes de la aparición del Covid-19, información del sector cultural para saber cuántos artistas son, en qué provincias residen y a qué sector de las artes pertenecen.
MiCultura informa que como parte del plan Panamá Solidario, se hicieron pagos a los artistas registrados a través del Vale Digital para enviar un alivio al sector artístico, y a la fecha se ha apoyado a más de 5 mil artistas en todo el país.
“Los teatristas, que forman parte de los artistas de nuestro país, específicamente, han manifestado algunas inquietudes al Ministerio de Cultura sobre la actividad económica que realizan. Para dar respuestas a sus inquietudes, se han establecido mesas de trabajo entre MiCultura, la Asociacion de Teatristas de Panamá (ASTEP) y los responsables de las salas de teatro para ver los temas de arrendamiento con el acompañamiento del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial”, afirmó Domínguez.
Por otra parte, Domínguez también señaló que “contamos con mesas de trabajo para colaborar con el sector teatral y así ayudarles a promocionar sus montajes y otras colaboraciones que podemos brindarles entre la Astep y el Ministerio de Cultura que incluso han llevado a la posibilidad les brinde acompañamiento para otras medidas del plan Panamá Solidario, como por ejemplo, los hemos invitado a participar en las actividades que llevan a cabo el Ministerio de Cultura”.
Cierre permanente de salas de teatro
Por su parte, los integrantes de Astep se mantienen preocupados. Ya enviaron a las autoridades culturales una propuesta preliminar de “protocolos sanitarios”, así como un plan con proyectos específico con los que contribuir a la reactivación económica del sector.
En esta propuesta se incluyen becas de capacitación, así como la participación en todas las iniciativas de reactivación de la actividad teatral por diversas plataformas en todo el país, ya que ellos afirman que pueden contribuir de muchas maneras.
“Sin embargo, queda pendiente para nosotros un tema fundamental, que es el apoyo económico o fondo de emergencia para salvar las salas de teatro. Lo que necesitamos es que nos apoyen monetariamente, porque las personas que nos dedicamos a esto no lo hacemos como pasatiempo, sino como trabajo y hay muchos que dependen de esto para comer”, declaró Sandy Correa, Vicepresidenta de Astep.
En la propuesta presentada a las autoridades solicitan una moratoria para las salas de teatro en el pago de alquileres, préstamos bancarios, energía eléctrica y otros rubros. Además, deducciones de impuestos o algunos otros beneficios para los empresarios que patrocinen actividades teatrales.
En la actualidad Astep utiliza la plataforma digital Ver Teatro en el que varias compañías y productores ofrecen obras de teatro para llevar entretenimiento a los hogares durante el confinamiento.
Sin embargo, ellos insisten en que “esto no es teatro como tal y no contribuye al rescate económico del sector”.
Sin duda alguna, la cultura está siendo fuertemente afectada por la crisis que está generando la pandemia. No solamente quienes viven de ella como son los artistas, sino también quienes disfrutamos de ella.
En estos momentos, el acceso de forma digital es la forma en la que la mayoría de la población está consumiendo aunque sea un poco de cultura.
Sin embargo, es importante que el gobierno tome en consideración a este sector de la economía, que sí que impacta en las cuentas nacionales, pero que también refuerza el tejido social y es una parte importantísima en la construcción de una narrativa que apoya nuestra identidad nacional.