Susto de noche de brujas: ¿Qué significa la reducción de calificación de Moody’s?
Economía en Panamá
La casa calificadora Moody´s levantó una alerta importante para Panamá. ¿Qué significa y por qué es considerado un susto en noche de brujas? Aquí te lo contamos...
Ciudad de Panamá, Panamá/La casa calificadora Moody’s emitió ayer su más reciente reporte sobre la capacidad de repago de la deuda de Panamá, reduciendo su calificación de los bonos internacionales del país al nivel —o muesca— justo por encima de la deuda basura.
La decisión casi que era de esperar, aunque permanecía un debate en la plaza local sobre si el cambio sería en la calificación en sí, o en la perspectiva, similar a lo que hizo Fitch a inicios del mes.
Bajando un peldaño
Con este cambio de calificación de Baa2 a Baa3, Moody’s Investor Services nos pone en el mismo nivel comparativo en el que nos tiene Fitch Ratings, que llama a la misma calificación BBB-. Solo S&P Global Ratings nos tiene una muesca por encima, en BBB y ya.
Para referencia, estas tres casas manejan 95% del mercado mundial de calificaciones crediticias, con S&P y Moody's basados en Estados Unidos mientras que Fitch también tiene oficinas en Londres.
Ya la narrativa se ha consolidado entre las tres: Panamá es un país relativamente fuerte con alto potencial económico pero su manejo irregular de las finanzas y su desgana de enfrentar una amenazante crisis de pensiones ponen en riesgo su perfil crediticio, con fuertes consecuencias posibles a la baja.
No obstante, escuchemos la versión más reciente del cuento.
“Moody’s considera que el perfil crediticio de Panamá continuará siendo socavado por presiones persistentes,” dice la casa calificadora.
Una de estas presiones persistentes es “la inhabilidad de Panamá de abordar efectivamente los desafíos fiscales, aunado a una transparencia limitada sobre la dirección de su administración fiscal a mediano plazo”.
Tal inhabilidad denota, para Moody’s, “la presencia relativa de una debilitada institucionalidad y fuerza gubernativa”.
Catálogo de retos
¿Cuáles son los desafíos fiscales a lo que se refiere la casa calificadora?
Uno, por no usar el obvio del déficit del Fondo de Invalidez, Vejez y Muerte, es la rigidez presupuestaria: “Los retos relacionados al gasto tienen que ver con una nómina salarial grande que representa más de 30% del gasto gubernamental y que se espera crecerá en línea con el producto interno bruto debido a aumentos ordenados por leyes especiales”.
Tal situación “contribuye a un incremento en la rigidez de la estructura de gasto del gobierno”.
Esa rigidez presupuestaria viene asentándose desde antes de 2020, cuando S&P Global Ratings la citó para reducir su calificación de Panamá de BBB+ a BBB.
Y la lista de desafíos no se acaba allí.
Sigue Moody’s: “los desafíos relacionados a la provisión y calidad de educación también implican riesgos debido a una escasez de trabajadores calificados que pesará sobre el crecimiento de la productividad”.
Estudios internacionales apuntan que, debido a la pandemia y el cierre prolongado de escuelas, los estudiantes panameños habrían perdido —salvo correcciones futuras— al menos 10% de sus ingresos esperados a futuro.
También hay desafíos financieros: “el peso de los pagos de interés [de Panamá] subirá [y] se mantendrá alto en los próximos años”.
Si Panamá pierde el grado de inversión —como fue el caso de Brasil en 2015 y Colombia en 2021— tal peso de intereses aumentará de forma sustancial, ya que a menos acreedores disponibles, más cara la deuda. Como referencia, según una investigación de la base de datos El Tabulario, hacia el cierre del año pasado, el crédito al grado de inversión, en general, podía estar pagando por debajo del 5%, mientras que los bonos basura tenían que pagar alrededor del 8%.
Por lo tanto, posibles ingresos adicionales “no serían suficientes para abordar presiones fiscales más fuertes producto de tal aumento del peso de los pagos de interés y el deterioro continuo de las finanzas de la seguridad social”.
Agrega Moody’s sobre este último tema que “la falta de políticas públicas para enfrentar la debilitación del sistema de seguridad social contribuirá también a un deterioro acelerado” de nuestro perfil crediticio.
Y a esto hay que sumarle el desafío de una posible disputa minera.
Crecer por destino
No todo el reporte son nubes negras. Moody’s tenía bastante que decir sobre las fortalezas básicas del sistema económico panameño.
“Los prospectos de crecimiento económico robusto de Panamá continuarán […] durante los próximos años con tasas anuales de crecimiento en el rango de 4% a 5%, lo cual provee sustento clave al perfil crediticio del país”.
Y el viejo dólar sigue cargando parte importante del peso. Dice Moody’s: “La dolarización continuará apoyando el perfil crediticio de Panamá limitando su exposición a impactos externos [con] los riesgos derivados de desequilibrios externos siendo bajos”.
La diversificación es otro elemento clave que sostiene al país: “Panamá no está expuesto a un único recurso o sector productivo”.
De hecho, casi todos los elementos económicos del país son factores positivos, con excepción de la habilidad de la gestión pública.
Prueba de tal excepción sería, para Moody’s, el impago al Fondo de Ahorro de Panamá: “El gobierno no ha cumplido con mandatos fiscales que involucran transferencias al fondo nacional, con el saldo de los pagos debidos acumulados superando los $900 millones entre 2018 y 2022”.
Otra perspectiva
Moody’s no fue el único observador financiero que comentó sobre Panamá recientemente. El banco centenario de inversiones —y administrador de activos— J.P. Morgan & Co. también sacó un comunicado sobre la situación del país.
“Si la percepción de Panamá como un destino amigable a los negocios fuera a ser cuestionada,” dice la Casa de Morgan “la tasa de crecimiento del producto interno bruto a mediano plazo estaría en riesgo, poniendo el escenario para reducciones en [la] calificación crediticia, potencialmente al punto que el país perdería su grado de inversión”.
Tal escenario potencial también incluye un posible conflicto con la mina: “si el contrato es revocado, pensamos que la probabilidad de que Panamá pierda su grado de inversión a corto plazo aumenta significativamente, ya que una menor confianza en el marco institucional del país reduciría las inversiones y el crecimiento proyectado”.
“Esto, a su vez, pondría una presión significativa sobre las finanzas del país, perdiendo lo que hasta ahora hemos considerado su ancla”.
Coda
Todos estos reportes demuestran la atención importante de los inversionistas internacionales sobre el país, los cuales ahora deben tomar la decisión de si comenzar a vender sus bonos antes de una degradación general de la deuda nacional o confiar en que Panamá logrará enfrentar sus desafíos de manera hábil.
Existe un enorme interés del capital internacional de que sea lo segundo, pero Panamá necesitará demostrar, según lo que dicen tales reportes, una importante evolución en la habilidad de sus gobernantes en el corto y mediano plazo.