La otra pandemia que no es reconocida y favorece las complicaciones por COVID-19
A un año de que el coronavirus SARS-CoV-2 se extendiera por el mundo, ya existen estudios internacionales que revelan lo que muchos llaman la correlación de las dos pandemias, porque existía la de sobrepeso y obesidad y llegó la COVID-19.
Ciudad de Panamá/El sobrepeso y la obesidad, una enfermedad que todavía muchos sistemas de salud del mundo no reconocen, ya se asociaba con patologías como la hipertensión y la diabetes, pero desde el año pasado por efecto de la pandemia también con las complicaciones de la COVID-19.
A un año de que el coronavirus SARS-CoV-2 se extendiera por el mundo, ya existen estudios internacionales que revelan lo que muchos llaman la correlación de las dos pandemias, porque existía la de sobrepeso y obesidad y llegó la COVID-19.
Uno de estos estudios es el dirigido por los investigadores de la Escuela de Ciencias Políticas y Nutrición Gerald J. y Dorothy R. Friedman de la Universidad de Tufts, publicado en el Journal of the American Heart Association , el cual reveló que entre las 906 mil 849 hospitalizaciones de adultos en los Estados Unidos registradas desde la aparición de la pandemia de COVID-19 hasta el 18 de noviembre del año pasado, el 30% se le puede atribuir a la obesidad, 26% a la hipertensión arterial, 21% a diabetes y 12% a insuficiencia cardiaca.
Los investigadores, quienes realizaron una simulación matemática para estimar el número y proporción de estas hospitalizaciones, concluyeron, entre otros aspectos que las hospitalizaciones se hubieran evitado si los afectados por la COVID-19 no tuvieran estas cuatro comorbilidades cardiometabólicas.
El estudio no es el único que sugiere una relación entre el sobrepeso y la obesidad y las complicaciones por la COVID-19. Uno hecho en el país vecino Colombia, entre enfermos hospitalizados de 18 hasta 60 años de edad, halló que luego de la COVID-19 la enfermedad persistente era la obesidad, explicó el especialista en Obesidad de Centroamérica y el Caribe, Víctor Nolasco.
Otros datos importantes que arrojó el estudio, mencionados por Nolasco, son que las personas con un índice de masa corporal mayor a 35 necesitan en el 85% de las veces ventilación mecánica, en comparación con una persona que no tiene este padecimiento y que el 37% de los pacientes con la COVID-19, sobrepeso y obesidad que ingresan a una unidad de Cuidados Intensivos también necesitarán de ventilación mecánica.
Nolasco explicó que esto ha pasado porque las personas que tienen enfermedades crónicas metabólicas son más propensas a tener complicaciones al momento de padecer afecciones respiratorias o de cualquier otro tipo. “Esto quiere decir que las personas que tienen una enfermedad como diabetes, hipertensión o una enfermedad crónica, en este caso sobrepeso y obesidad, tienen una mayor probabilidad de tener consecuencias al momento de contraer la enfermedad”.
Adicionalmente expresó que en las estadísticas del comportamiento de la enfermedad de todos los países se puede ver que la “gran mayoría” de los diagnosticados con la COVID-19 que necesitan una cama en salas de cuidados intensivos o necesitan un ventilador mecánico o soporte de aire para poder respirar tienen sobrepeso, obesidad o alguna enfermedad crónica como hipertensión o diabetes.
Nolasco señaló que esta asociación ocurre porque el organismo no funciona al cien por ciento cuando se padece de una enfermedad crónica, por consiguiente, cuando aparece la COVID-19 las complicaciones son más probables. “La severidad va a ser mayor en una persona que tiene una enfermedad crónica que en un individuo sano”.
Sin embargo, expresó que como la práctica de la medicina no siempre es el resultado de una ecuación matemática donde 2 más 2 son 4, habrá personas completamente sanas que sufrirán complicaciones mayores, pero serán la minoría al compararlas con las que tienen sobrepeso y obesidad.
Ahora bien, el sobrepeso y la obesidad no solo complican a quienes contraen el virus SARS -CoV-2, sino que también puede conducirlos a la cara más triste de la enfermedad; la muerte.
Informes internacionales, como un estudio de 16 mil 749 pacientes de Inglaterra, confirmó que la obesidad está asociada a un “riesgo elevado” de morir por COVID-19.
La realidad panameña
El jefe de Patología del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, Luigui Barrera, basado en su experiencia frente a la morgue, expresó que le “llama mucho la atención” que muchos de los pacientes que mueren como consecuencia de la COVID-19 presentaban obesidad, aparte de otras comorbilidades ya conocidas que agravan el padecimiento.
Barrera agregó que se trataba de personas de aproximadamente 40 años de edad, en su mayoría, aún en estas últimas semanas donde el número de fallecidos comenzó a disminuir.
Barrera sentenció que definitivamente la obesidad es un factor, científicamente comprobado, que conlleva a desarrollar complicaciones y hasta la muerte cuando se adquiere la infección por SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad de la COVID-19.
Sobrepeso y Obesidad, la otra pandemia
En la década de 1970 la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el incrementó de la población con sobrepeso y obesidad, así como su relación con enfermedades crónicas y padecimientos cardiovasculares.
En 1975 el organismo de salud mundial observó que la obesidad prácticamente se había triplicado en todo el mundo, mientras para el 2016 cerca de mil 900 millones de adultos desde los 18 años de edad padecían de sobrepeso y otro número importante era obeso.
Nolasco expresó que una de las iniciativas que se adelantan a través de la unión de varias asociaciones que trabajan en este tema de salud pública y que lidera la Federación Mundial de Obesidad es la creación de conciencia a todos los sistemas de salud y asociaciones médicas de que la obesidad es una enfermedad crónica que necesita tratamiento a largo plazo y “más que eso; necesita ser reconocida por los profesionales médicos y las personas que la padecen”.
A su juicio, las personas que padecen sobrepeso y obesidad deben comprender que es una enfermedad, no es su responsabilidad y no están solos, sino que hay un profesional de la salud capacitado para ayudarlo por medio de un manejo farmacológico, nutricional, cambios en su estilo de vida o con el procedimiento que sea necesario para controlar su enfermedad.
Cuando a su vez, las asociaciones médicas reconocen que la obesidad es una enfermedad que necesita tratamiento a largo plazo, ayudan a que los ministerios de salud puedan verla y atenderla como lo hacen con la diabetes y la hipertensión por mencionar algunas, expresó Nolasco.
Por otro lado, destacó la importancia de retomar la actividad física por muchos reprimida a raíz del confinamiento que representa cuidarse de contraer el virus, pero sin dejar de tomar en cuenta la seguridad y protección, debido a que se espera que luego de la pandemia las personas que estaban en sobrepeso estén ahora en los límites de la obesidad, así como procurar estar en contacto con su médico para que aunque no se pueda presencialmente, tengan un seguimiento por la vía virtual.