Sector agropecuario: un quinquenio entre manotazos, reclamos y beneficios

Ciudad de Panamá, Panamá/El retraso en el pago de los subsidios y las compensaciones, “aparte de la politiquería barata”, fueron los acontecimientos más visibles del sector agropecuario durante el gobierno saliente de Laurentino Cortizo, afirmó la Asociación de la Comunidad Productora de Tierras Altas (Acpta).

Esta asociación, calificada por los productores como aliada natural del gobierno de Cortizo, es el gremio “más representativo, más organizado y responsable de los grandes cambios estructurales en materia de seguridad jurídica en el país”, según su representante Augusto Jiménez, quien agregó que prueba de ello son los debates presidenciales que organizaron.

Manifestó que ahora toca desarrollar la Ley 352 de la Política Agroalimentaria de Estado (PADE), que los agricultores llaman la ley del “PADE…spués”, para ponerla en concordancia con la modernización del sector agropecuario, “pues al Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) se lo tragó, se lo comió el comején”.

Previamente, los arroceros de la provincia de Chiriquí y los maiceros de la provincia de Los Santos calificaron con un 2, en un rango de 1 a 5, la gestión del ministro del ramo, Augusto Valderrama, del ministro consejero para Asuntos Agropecuarios, Carlos Salcedo, y de los asesores, entre ellos “uno muy versátil que supuestamente ya pusieron como médico veterinario de escalafón para que se quede” en la entidad.

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“Fueron cinco años de irrespeto, de componendas, de manotazos sobre la mesa para doblegar a los productores”, reveló un arrocero de la provincia de Coclé, que pidió la reserva de su identidad.

No obstante estos señalamientos, Jiménez ponderó el hecho de que Valderrama haya durado cinco años al frente del MIDA, “pese a algunas diferencias con los mandos bajos, desconectado de la realidad”.

A su parecer, la duración en un puesto “muy caliente, golpeado por las importaciones” es la prueba más evidente de que su gestión fue a favor del sector primario.

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“Lo subrayo: cinco años, tercera vez, lo subrayo: cinco años. Dígame usted, desde la época de Endara hacia acá, qué ministro terminó los cinco años”, pues los importadores no permitían que estos funcionarios duraran en el puesto, puntualizó.

Precisamente, en enero de 2006 Laurentino Cortizo renunció como ministro de Desarrollo Agropecuario, pero alegando que sus vínculos con el sector no le permitían estar de acuerdo con la firma del entonces llamado Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Jiménez agregó que ahora “nos queda muchísimo por hacer, porque tenemos que continuar con lo que se propuso y que es un compromiso de la nueva administración” que tomará posesión este 1 de julio, pactado durante el segundo debate presidencial realizado el 27 de marzo en la provincia de Chiriquí.  

Para Juan Guevara, presidente de la Asociación de Porcicultores Unidos de Panamá (APUP), el mayor desacierto que tuvo la administración de Cortizo y su ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, fue el tratar de conseguir una renegociación del Tratado de Promoción Comercial con Estados Unidos.

Esto, cuando los representantes estadounidenses en reiteradas ocasiones manifestaron que no había posibilidad de reedición del tratado, aunque se debió trabajar en los mecanismos que ofrece la Organización Mundial de Comercio y que permiten la aplicación de los reglamentos técnicos.

“Nuestra asociación presentó hace más de dos años estos reglamentos técnicos, pero quedaron a medio camino, no se aplicaron, no se hicieron”, apuntó Guevara, quien también anotó algunos logros de este gobierno.

Luis Carlos Castroverde, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (Anavip), sostuvo que durante este quinquenio gubernamental que está por finalizar “hemos visto un gobierno enfocado en brindarle apoyo al sector agropecuario, darle importancia a la producción de alimentos”.

Indicó que la Anavip nunca ha dependido de la ayuda de los gobiernos para ocupar el liderazgo en la producción de productos cárnicos y todo el trabajo que han hecho para colocar la carne de pollo y los huevos como las proteínas más consumidas en el país.

Mientras que Jiménez, de Tierras Altas, aboga porque las compensaciones “tengan sus días contados”, pues sostienen que producen “ineficiencia”, para Castroverde el sector agropecuario merece apoyos, siempre y cuando estén condicionados a productividad, eficiencia y rendimiento.

“Nosotros consideramos que relativamente nos fue bien” durante el gobierno de Cortizo, dijo al ser consultado Ovidio Saavedra, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), al enumerar lo que considera logros, como la paralización de las importaciones de leche deslactosada desde Costa Rica y las de carne de Nicaragua.

Igualmente, explicó que durante la pandemia se le vendió al gobierno cerca de $5 millones en animales, que fueron pagados al día, además del programa del mejor semental y los 10 centavos de incentivo por litro de leche que se mantiene hasta el momento, entre otros.

En cuanto al descontrol del gusano barrenador del ganado, que había sido erradicado técnicamente del país en 2016, el ganadero manifestó que “eso no fue meramente un descuido del gobierno nacional”, ya que la parte científica la maneja Estados Unidos.

No obstante, en julio del año pasado el aún hoy presidente Cortizo reconoció que el resurgimiento de este flagelo se dio “porque no hubo una atención en el debido momento del brote”.

En tanto, desde la Asociación Nacional de Porcinocultores (Anapor) se informó que durante este quinquenio la pandemia favoreció el consumo de los productos derivados del cerdo, toda vez que ante las restricciones de movilidad los importadores no pudieron inundar el mercado.

“Para el 2019 la producción nacional de cerdo estaba en 540 mil unidades sacrificadas y el 2023 lo cerramos con 687 mil unidades sacrificadas, o sea, un crecimiento del 25%”, señaló Carlos Pitty, presidente del citado gremio.

Detalló que esto hizo que Panamá se colocara con 18.42 kilos por habitante, que es el consumo per cápita, entre los cuatro países de mayor consumo en Hispanoamérica: Argentina, Brasil, Chile y México.

A principios de la gestión de Cortizo, Pitty sostuvo que la Anapor solo pidió que si el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) quería repartir carne de cerdo, que por lo menos el producto fuera nacional, “lo cual se cumplió”.

Entre los pendientes, el porcicultor destacó que queda llevar a la práctica la figura del observador aduanero y la revisión en puerto de la carga refrigerada, objetivos que afirmó que no se lograron porque los grupos organizados de los importadores, apoyados por la Dirección General de Aduanas, “no quisieron llevar a la realidad”.