¿Juegos físicos o virtuales?: El doble filo del uso de pantallas en la salud mental de los jóvenes
Salud mental
¿Las redes sociales están influyendo en la salud mental de los menores o será la falta de exposición a los juegos físicos y tiempo al aire libre?
Ciudad de Panamá/En los últimos años, las tasas de depresión, ansiedad y estrés entre los jóvenes aumentaron considerablemente, un fenómeno que en cierta parte se atribuye al uso excesivo de las redes sociales, entre otros factores. Diversos estudios han encontrado una correlación entre el tiempo que los jóvenes y niños pasan en plataformas digitales y el deterioro de su bienestar psicológico.
Un estudio realizado por Sapien Labs reveló que los adolescentes y jóvenes adultos de la generación Z son más susceptibles a tener sentimientos de soledad y depresión en niveles mucho más altos que las generaciones anteriores.
En algún momento nos hemos topado con un adolescente que a duras penas se toman el tiempo de saludar cuando llega una visita a casa, mostrando poco o ningún interés en tener una interacción con su entorno físico. También sucede con niños entre 7 a 10 años, a quienes les interesan cada vez más los videojuegos.
Cristhian Tejeira, presidente de la Asociación de Psicólogos de Panamá (APP) reconoce que las redes sociales influyen en estos problemas relacionados a la salud mental, pero advierte que no se deben “satanizar” las tecnologías ya que también suponen una gran ayuda solo “si se utilizan de la manera adecuada”.
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¿Qué es lo que ha sucedido?
El incremento en los problemas de salud mental sospechosamente coincidió con el auge del uso de smartphones y redes sociales desde principios de la década de 2010, según el estudio de Sapiens Lab denominado “El deterioro del yo social en las nuevas generaciones”, publicado en la revista Discover Magazine.
Otro estudio sugiere que tanto la generación Z como la Millennials es más propensa a reportar impactos negativos de las redes sociales en su salud mental, con efectos adversos particularmente severos en aquellos que pasan más de dos horas al día en estas plataformas.
La pandemia por COVID-19 incrementó aún más las cifras.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se estima que al menos 280 millones de personas en el mundo padecen de depresión, es decir, un incremento de un 18 % más que hace una década.
No tenemos que satanizar las redes sociales, porque de alguna u otra forma son un sistema de nuevas tecnologías de información y de comunicación en la sociedad," afirmó Tejeira.
Sin embargo, subraya que el uso excesivo y la mala utilización de estas plataformas pueden tener consecuencias graves. Los niños que acceden a redes sociales desde temprana edad se exponen a contenidos para los que no están preparados.
Quienes hoy día conforman las estadísticas de problemas de salud mental, en la década del 2010 solían estar pasando las etapas de niñez, adolescencia y juventud adulta. En ese momento también surgieron las nuevas tecnologías y el estallido de las redes sociales.
Uso adecuado
Una preocupación crítica es la falta de supervisión de los padres de familia. "Es vital que los padres controlen qué ven sus hijos, qué hacen y a qué tienen acceso," dice Tejeira. Niños tan pequeños como de cinco años no deberían tener acceso a redes sociales como Instagram o Facebook, ya que carecen del discernimiento necesario para interpretar correctamente el contenido.
Si los niños van a estar dentro de casa, es fundamental controlar que la tecnología que usen contribuya a su crecimiento y aprendizaje", sugiere el psicólogo.
Es necesario un monitoreo constante para asegurar que los niños desarrollen competencias adecuadas en un entorno seguro y estimulante.
¿Juegos físicos o videojuegos?
Por otro lado, el especialista ahondó en TVN-2.com la importancia de la interacción cara a cara y el juego físico las cuales dijo son esenciales para el desarrollo cognitivo de los niños. Estas actividades no solo fomentan habilidades sociales y emocionales, sino que también son cruciales para el desarrollo físico y mental.
"Lo importante de los juegos físicos es porque cuando un niño está en crecimiento estos le permiten desarrollar sus destrezas motoras y sus destrezas finas para el proceso por ejemplo de, poder comprender su entorno, porque también permite el desarrollo de las habilidades a nivel cerebral, la parte de cómo pensar, cómo reaccionar", indicó el experto.
Sin embargo, cada vez son más los niños que no saben saltar la cuerda, un clásico juego de todos los tiempos, pero que sí son expertos en los videojuegos, algo que a cierta edad no les ayuda tanto.
Según la Academia Americana de Pediatría, los niños menores de dos años no deben tener ninguna exposición a pantallas, y para los niños mayores de dos años, el tiempo de pantalla debe ser limitado a una hora por día de programación de alta calidad. Lo mismo opinó Tejeira respecto al uso de tecnologías en niños de pequeña edad.
El uso indebido de redes sociales en niños pequeños puede llevar a una baja autoestima y conductas agresivas, debido a la exposición a contenidos inapropiados. Algo que más adelante se puede convertir en un problema más severo como ansiedad, depresión o estrés.
Además, los juegos físicos son esenciales para el desarrollo de las habilidades motoras y cerebrales, permitiendo a los niños comprender y reaccionar adecuadamente a su entorno.
Por el contrario, algunos videojuegos captan la atención de los niños, pero pueden deteriorar sus capacidades cognitivas y emocionales al reducir la interacción con otros niños y su entorno.
Esto puede generar trastornos de ansiedad, psicóticos o de agresividad," advierte Tejeira.
La exposición excesiva a pantallas está asociada con problemas de atención, retrasos en el desarrollo del lenguaje y dificultades para dormir.
Promover un equilibrio saludable entre el tiempo en pantalla y las actividades físicas es esencial, con ello se pueden prevenir muchos de los problemas que se ven hoy en día en la sociedad, relacionados a la salud mental.
Signos de alerta o ‘banderas rojas’
La interacción humana real es fundamental para el desarrollo saludable de los niños y adolescentes. Las actividades físicas y los juegos en grupo no solo mejoran la salud física, sino que también fortalecen las habilidades sociales, la empatía y la capacidad de trabajar en equipo. Estas experiencias son irremplazables y no pueden ser sustituidas por la interacción digital.
Tanto los padres y los centros educativos deben fomentar hábitos que incluyan tiempo al aire libre, juegos físicos y oportunidades para la interacción social cara a cara, algo que se está perdiendo cada vez más.
Estas prácticas también reducirán el riesgo de desarrollar problemas de salud mental asociados con el uso excesivo de redes sociales y dispositivos digitales.
El psicólogo explicó que los primeros síntomas de problemas relacionados con la tecnología incluyen aislamiento, dificultades para concentrarse en tareas escolares, cambios de comportamiento, y alteraciones en los hábitos alimenticios. La exposición constante a pantallas puede disminuir la capacidad de los niños para responder a nuevos estímulos de aprendizaje e interacción social.
Recomendaciones
Tejeira recomienda a los padres que consideren el tiempo y la disponibilidad necesarios para la educación y el crecimiento de sus hijos. Dejar a los niños al cuidado de otras personas puede llevar a que reciban modelos de crianza distintos a los que los padres desean.
La falta de infraestructura pública de zonas de juego, obliga a los padres, en muchos casos, a tomar el camino más fácil: el del celular y la computadora, ignorando que, aunque el niño lo utiliza en un entorno seguro [la casa] está expuesto a un mundo virtual que puede ser aún mucho peor que los peligros del mundo físico.
Sin embargo, la solución a estos peligros físicos sería, según Tejeira, supervisar las actividades de los niños en un entorno abierto y estar presente ante cualquier situación.
Por otro lado, si el padre o madre decide restringir las salidas del niño de casa y reemplazar por las tecnologías, también se debe estar pendiente de cuál es el contenido qué consume y en qué le beneficia.
Si hacemos el crecimiento del niño a través de las tecnologías, ese niño no va a tener las mismas competencias que otro niño que se ha desarrollado en un ambiente de estimulación en la parte física y cognitiva”, subrayó Tejeira.
Si bien, no es correcto “satanizar” las redes sociales y las tecnologías, es crucial que los padres de las nuevas generaciones logren reconocer la importancia de la interacción real y el juego físico en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
Limitar la exposición a pantallas y fomentar actividades saludables puede ser una estrategia efectiva para combatir los efectos negativos de la tecnología en la salud mental de las futuras generaciones.