El difícil camino para adquirir una vivienda propia en Panamá ¿Qué está pasando?
Viviendas en Panamá
El alto costo de la vida, bajos salarios y la estabilidad laboral, se erigen como los principales obstáculos de quienes buscan adquirir un nuevo hogar.
Ciudad de Panamá/A lo largo de los años, los mercados inmobiliarios se vuelven cada vez más desafiantes para aquellos que aspiran adquirir una vivienda propia. Este reto se ha convertido en un objetivo casi “inalcanzable” para una gran parte de la población. En particular, aquellos que ganan salario mínimo, pertenecen a grupos vulnerables o viven en condiciones con altos índices de pobreza.
El alto costo de la vida y los bajos salarios, parecen ser el mayor reto que afrontan quienes se encuentran en esta situación.
La inflación que se ha experimentado con el pasar de los años es uno de los factores que influye en el costo de las soluciones habitacionales para los que tienen un menor nivel de ingresos.
El VIII Censo Nacional de Vivienda reveló que la población general en el país pasó, durante esta última década, de 3,405,813 a 4,064,780 personas, lo que representó un incremento poblacional, en trece años, de 658,967 personas.
Sin embargo, solo se tienen registro de unas 1,592,168 viviendas censadas, de las cuales el 75.5% estaban ocupadas y solo
Los obstáculos
Actualmente, los precios del mercado inmobiliario para adquirir vivienda que aplican al interés preferencial con bono solidario rondan entre 40,000 mil hasta 70,000 mil dólares.
La principal característica en estos casos es que la mayoría de las viviendas se sitúan en las periferias del país, generando a su vez altos costos en gastos de pasajes, dejando casi en números rojos a una persona que gana salario mínimo y debe costear vivienda, educación, pasajes y alimentación. En el caso de los proyectos urbanos en zonas céntricas, los precios exceden el nivel de ingresos mínimo.
Por un lado, el salario mínimo promedio según el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social (Mitradel) se sitúa en 636.80. dólares al mes, pero, también existen sectores como el agrícola y el del trabajo doméstico cuyos salarios mínimos rondan entre 340.00 y 315.00 dólares. Además de los bajos salarios, la permanencia laboral también forma parte de los retos que afrontan las personas al momento de buscar un hogar definitivo.
Ese es el caso de Nedelka Álvarez, quien lleva años tratando de adquirir una vivienda propia, pero no lo ha logrado no solo por su nivel de ingresos, sino también por la falta de un empleo permanente.
En Panamá es muy difícil conseguir un trabajo con estabilidad laboral, la mayoría de las empresas solo ofrecen entre ocho y diez meses, y las promotoras de vivienda piden un año de estabilidad laboral”, subrayó.
Las soluciones
Para Maycol Núñez, analista de inversiones, la adquisición de una propiedad es una decisión que se debe tomar y analizar con cautela, puesto que la “situación macroeconómica del país está complicada”.
Considera que a pesar de los altos costos que tiene el mercado, una propiedad inmobiliaria es “inversión justificada”, no obstante, recomienda que, antes de tomar la decisión, los interesados realicen una investigación de mercado para conocer las mejores ofertas que ofrecen las instituciones bancarias en préstamos hipotecarios, toda vez que con la situación económica que atraviesa el país se prevé una subida en los precios y eso se verá reflejado en el mercado.
La inflación mundial y la pérdida del grado de inversión tendrán un impacto directo en el costo de las viviendas y la variación de la tasa de interés en los productos hipotecarios”, explicó.
Desde el Gobierno, la solución para ayudar a las personas en la adquisición de su primera vivienda ha sido la creación de un bono de 10 mil dólares, la ley de interés preferencial, construcción de viviendas de interés social, legalización de tierras, entre otros programas establecidos.
Respecto al bono de 10 mil dólares que otorga el Miviot, actualmente adeudan más de $100 millones de dólares a las promotoras cuyas construcciones aplican al fondo, hasta el momento se desconoce si la nueva administración que tomará posesión el próximo 1 de julio continue con estos programas.
A pesar de los variados programas que existen en el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) para ayudar a las familias a tener un techo asequible, existe una serie de requisitos con los que debe cumplir la persona que quiera aplicar a este apoyo.
Posteriormente, la documentación presentada por el interesado será analizada por funcionarios del Miviot para determinar si la persona es elegible o no de la ayuda social.
Interés preferencial
En el caso de la extensión de la ley de interés preferencial, Núñez señaló que, es un mecanismo que ayuda en el corto plazo a los trabajos activos, sin embargo, en el largo plazo “distorsiona los precios del mercado, encareciendo los precios de los hogares más de lo que debería ser”.
Actualmente, la ley de interés preferencial con vigencia hasta 2025, establece una cobertura al 100% de intereses preferenciales para las viviendas con un valor hasta 45 mil dólares, además establece los siguientes rangos:
- En el rango de 45 mil a 80 mil dólares el Estado absorberá el 4% de los intereses. Esto significa que los solicitantes de préstamos para viviendas dentro de este rango podrán beneficiarse de una tasa de interés del 4% durante un período de 10 años no renovables.
- De 80 mil a 120 mil se financia el 4%. En este caso, los prestatarios que soliciten financiamiento dentro de este rango podrán disfrutar de una tasa de interés del 4% durante un período de 8 años no renovables.
- Mientras que de 120 mil a 150 mil el Estado financia el 2%. Igualmente se ajusta el 2% de los préstamos para vivienda plurifamiliar vertical a nivel nacional, por un período de 5 años no renovables.
- Por último, el monto de 150 mil a 180 mil en préstamos de viviendas plurifamiliar vertical sería el 1.5% del total de intereses. Esto solo será por un período de 5 años no renovables.
Si bien, existen “soluciones” para quienes sufren los obstáculos habitacionales, en áreas urbanas, donde la demanda de vivienda supera con creces la oferta, los altos niveles de pobreza solo agravan la situación.
Las personas y familias que luchan por llegar a fin de mes encuentran casi imposible ahorrar lo suficiente para un pago inicial o cumplir con los requisitos exigidos por los prestamistas.