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Tras reunirse por primera vez con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el presidente José Raúl Mulino, atendiendo a la preocupación de EEUU sobre la influencia de China en Panamá, anunció que no renovaría el memorándum de entendimiento que tiene Panamá con ese país asiático “Sobre la Cooperación en el marco de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI”, el cual fue firmado en 2017 durante la administración del expresidente panameñista Juan Carlos Varela, tras establecer las relaciones diplomáticas entre Panamá y China, lo que abrió paso a una mayor cooperación bilateral.
Sobre esto, Rubio dijo que la decisión de Mulino significaba un "gran paso adelante" para las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. Sin embargo, el embajador de China ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Fu Cong, calificó esta decisión como "lamentable".
“La campaña de desprestigio lanzada por Estados Unidos y otros países occidentales contra la Iniciativa de la Franja y la Ruta es totalmente infundada”, declaró Cong este lunes 3 de enero en una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York.
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La Ruta de la Seda es una red histórica de rutas comerciales que conectaba Asia con Europa y África, facilitando el intercambio de bienes, culturas y conocimientos durante siglos. Su origen se remonta a la dinastía Han (siglo II a.C.), y se consolidó como una vía clave para la expansión de productos como la seda, especias, porcelana y otros bienes valiosos, de allí su nombre. Aunque su uso tradicional decayó con el tiempo, el concepto fue revitalizado en el siglo XXI mediante la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), promovida por China.
En 2013, el presidente chino Xi Jinping lanzó la BRI con el objetivo de desarrollar infraestructura y fortalecer el comercio entre Asia, Europa, África y América Latina mediante inversiones en puertos, carreteras, ferrocarriles y otras infraestructuras estratégicas. Panamá se consolidó como el primer país latinoamericano que respaldó esta iniciativa.
Fue en junio de 2017, cuando Juan Carlos Valera era el presidente de Panamá, que se establecieron las relaciones diplomáticas con China, lo que marcó el inicio de una mayor cooperación bilateral. En 2017, cinco meses después de establecer las relaciones diplomáticas, Panamá firmó el memorándum de entendimiento con China para formar parte de la BRI, con el objetivo de atraer inversiones y mejorar sus capacidades logísticas y comerciales.
El acuerdo tenía como propósito fortalecer la cooperación en comercio, inversión, infraestructura y logística, aprovechando la posición estratégica del canal de Panamá como un punto clave en el comercio global. A través del memorándum, China se comprometía a fomentar inversiones en proyectos de infraestructura y transporte en el país, además de promover el intercambio comercial y financiero.
En el acuerdo se establecen diversas áreas de cooperación, que tenían como objetivo mejorar las relaciones políticas, vínculos económicos, cooperación en materia de seguridad y los intercambios de persona a persona.
En ese sentido, el memorándum habla de los siguientes puntos de cooperación:
Desde su lanzamiento en 2013, y según datos compartidos por la Embajada de China en Panamá, más de 150 países y 30 organizaciones internacionales han firmado documentos de cooperación.
En 9 años, las importaciones y exportaciones de China con los países dentro del memorándum de la Franja y la Ruta registraron un crecimiento de 8.6%; se lograron 3,000 proyectos de cooperación, con 1 billón de dólares de inversión, lo que a su vez se tradujo en la creación de miles de empleos.
Para 2024, casi el 54% de las importaciones hechas por China en el año pasado provinieron de países socios de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. En el caso de Panamá, productos como el café, la piña, la carne de res, cerdo y pollo, la harina de pescado, entre otros, han logrado posicionarse en el mercado chino, que cuenta con 1,400 millones de consumidores, según la Embajada China en Panamá.
La adhesión a la BRI ofrecía la posibilidad de mejorar la conectividad y atraer inversiones chinas para el desarrollo de puertos, carreteras y otras infraestructuras claves. También abrió oportunidades para el aumento del comercio bilateral y la cooperación financiera.
No obstante, algunos sectores expresaron preocupaciones sobre la dependencia económica de China, el posible endeudamiento por financiamientos a gran escala y la transparencia de los acuerdos. Uno de estos países fue precisamente Estados Unidos, quien ha sido insistente en la influencia china sobre Panamá.
La participación en la BRI también tenía implicaciones diplomáticas, particularmente en la relación con Estados Unidos, que ha dejado claro su desacuerdo sobre la expansión de la influencia china en América Latina.
En su visita a nuestro país, Rubio detalló que en su reunión con Mulino dejó claro que "Estados Unidos no puede permitir, y no permitirá, que el Partido Comunista Chino continúe con su control efectivo y creciente sobre el área del Canal de Panamá".
En su último párrafo, se establece la vigencia, enmienda y terminación del acuerdo, que entró a regir a partir de la fecha de su firma.
En este punto se establece que el acuerdo permanecerá vigente por tres años y se prorrogará automáticamente por períodos subsiguientes de tres años. Entendiendo este punto, el acuerdo se ha renovado en dos ocasiones: 2020 y 2023.
Se detalla que, para dar por terminado este MOU, un participante debe notificar por escrito a la otra parte a través de los canales diplomáticos por lo menos con tres meses de anticipación.
Puede leer el documento completo:
Conozca la información completa de los acuerdos en el siguiente enlace: Resumen de acuerdos suscritos entre la República de Panamá y la República Popular China