Roseta Bordanea: mi mejor faceta es ser mamá
"Después de convertirme en mamá no he vuelto a dormir más nunca una noche completa", asegura la presentadora del programa Jelou!
Ciudad de Panamá/La conocemos por su rol como presentadora en Jelou!, como influencer en redes sociales, y por su experiencia en proyectos televisivos y radiales. Esta orgullosa colonense, fiel creyente en Dios, madre y esposa dedicada, está en la dulce espera de su segundo bebé y nos abrió su corazón para contarnos el cúmulo de emociones que siente por ser mamá. Desde su perspectiva, nos da su fórmula para criar hijos felices y deja un mensaje de aliento para las madres que pasan momentos difíciles en medio de la pandemia.
¿Qué es para ti ser mamá? ¿Es como te lo habías imaginado?
Ser mamá ha sido mi mayor bendición, el regalo más grande que Dios y la Guadalupana me han dado y el reto más importante de mi vida. La verdad no existe un manual para ser mamá… ha sido una experiencia inédita, todo ha sido nuevo, maravilloso y emocionante. Ha sobrepasado mis expectativas.
¿Cómo te cambia la vida tener un hijo?
Tener un hijo transformó completamente mi mundo. Cuando nació Gael nací yo como mamá, la cual considero que es mi mejor faceta (...) Mi proyecto de mayor relevancia, la vida que me dio vida, mi inspiración, mi alma, mi arcoíris, mi rayito de sol, mi motor y mi principito. Mi sueño y complemento, el fruto de nuestro amor, una entrega constante de cuidados, protección, atenciones, juegos, diversión, alegría, educación y conciencia de que tengo un delicado ser humano bajo mi tutela que depende de mí y que absorberá como esponja todo lo que yo haga o diga.
¿Cómo era tu vida antes y después de tener a Gael?
Antes de ser mamá mi día giraba en torno a mi esposo y yo, mis mandados, obligaciones, mis pasatiempos. Tenía tiempo de sobra.
Después de convertirme en mamá, trato de equilibrar mi rol de esposa y madre, no he vuelto a dormir más nunca una noche completa. Hacemos colecho así que el "Princhi Baby" duerme entre mi esposo y yo, por consiguiente, dormimos en el borde de la cama literalmente. Fueron 3 años y 6 meses de lactancia materna, acabo de destetarlo respetuosamente por órdenes médicas, después de amamantarlo varias semanas en este embarazo o sea que esto ha sido sin descanso.
Estoy más actualizada en canciones infantiles que en lo que suena en la radio hoy, me demoro un siglo para ponerme al día en las series y programas que son tendencia en las plataformas de streaming, porque cuando mi día culmina tan pronto enciendo la tele quedo rendida. Así que, opto por aprovechar los ratos cuando Gael toma siesta para dedicarme tiempo a mí. Los fines de semana son familiares y agradezco la increíble ayuda que mi esposo me brinda en todos los aspectos.
¿Qué es lo más complicado de esta faceta?
Sin duda alguna la crianza es la misión más difícil que tenemos los padres. La gran responsabilidad de moldear, guiar y orientar a una personita que crecerá y se convertirá en adulto, reflejará todo lo que le inculcamos y construimos en él en su primera infancia, porque seguirá nuestro ejemplo ya que somos sus modelos.
¿Te costó volver al trabajo luego de tener a tu primer bebé?
Por supuesto, yo me había dedicado a ser mamá 24/7 (tiempo completo) desde su nacimiento hasta cuando tenía 1 año y 9 meses de vida que empecé a trabajar en Jelou. Pasábamos todo el día juntos, me gocé al máximo su etapa de bebé y he disfrutado verlo crecer.
¿Sientes diferencias entre tu embarazo de Gael y este segundo embarazo?
Totalmente. En el embarazo de Gael estaba de ama de casa, era extranjera, lejos de toda mi familia y me la pasé con mucho temor de que algo malo pasara, porque había tenido un aborto espontáneo recién mudada a Ciudad de México. Además, a los 3 meses de haber perdido mi primer embarazo volví a quedar embarazada, pero con amenaza de aborto; así que me cambié con un doctor fabuloso que me atendió de maravilla, me empoderó, me llené de fe y Gracias a Dios y a la Morenita del Tepeyac pudimos lograr un parto sin complicaciones.
Ahora con este embarazo estoy en mi país, trabajando, muy activa, madrugando, entaconada, en medio de una pandemia, siendo mamá de un niño de 3 años y de un perro, cumpliendo compromisos y haciendo cosas totalmente diferentes a las que hice con mi otra barriga. ¡Si hablamos de achaques y antojos ni se diga!