Roberto Musso del Cuarteto de Nos: de música profunda, reflexiva y liberadora
El uruguayo Roberto Musso, vocalista de El Cuarteto de Nos, conversa sobre música con preocupación social, de canciones construidas desde la ética y la estética, de los abusos del poder y sobre los sinsabores de la pandemia.
El Cuarteto de Nos vive viajando. El 90% de sus shows son en el extranjero. Ese ir y venir les ha comprobado que su repertorio cala no solo en la generación latinoamericana que los vio nacer en Uruguay en 1984, sino también entre jóvenes que podrían ser sus hijos, y hasta sus nietos.
“Aunque nunca me pongo a pensar en el destinatario final de las canciones, sí es impresionante la cantidad de pibes (muchachos) que han conectado con nosotros, sobre todo, con los dos últimos discos (Jueves, 2019 y Lámina Once, 2022), que traen una temática más filosófica y psicológica. Esto no me lo hubiera imaginado, ver esa energía juvenil que le ponen a los conciertos”, comenta vía zoom Roberto Musso, miembro fundador del Cuarteto de Nos, así como su voz y su guitarra rítmica.
En retrospectiva, uno de los aportes que ha brindado esta banda al rock en español es acercarse sin prejuicios a otros géneros musicales (del punk al rap pasando por el hip hop) y construir letras existencialistas como queda en evidencia en ese álbum tan bien calibrado que es Lámina Once, cuyas canciones han armado la estructura narrativa de esta entrevista.
Rorschach
Desde que eran unos chicos de secundaria que se reunieron para crear Cuarteto de Nos, siempre se han inclinado por discos reflexivos y profundos. Parafraseando la letra de su tema Rorschach, ellos hacen un trabajo ingenioso que busca alejarse del rebaño de cierta música industrial que a veces dice poco o nada.
“Nunca nos has gustado estar a la moda. Siempre hemos sido outsiders. En nuestras canciones pensamos que nada es bueno o malo. Somos gente contradictoria y escribimos y cantamos desde esa ambigüedad”, comparte Roberto Daniel Musso Focaccio, nacido en Montevideo el 20 de noviembre de 1961.
Maldito show
Jugando con la letra de su irónico tema Maldito show, El Cuarteto de Nos funciona a la perfección como un entretenimiento que se desenvuelve desde la hondura del arte en mayúscula. Por eso logran un equilibrio al ofrecer una propuesta musical que tiene una posición clara ante las diferentes capas que tiene la vida, desde la ética del trabajo y desde la preocupación social.
“Lo has resumido muy bien, Daniel. Eso es lo que intentamos hacer. Realmente hacemos todo desde el acierto y el error. No queremos una frontera entre el artista y su público. Ambos debemos estar conscientes que estamos en un concierto. Nos encanta que a los conciertos vaya un sector del público vestidos como los personajes de nuestras canciones. Es muy loco todo eso. Queremos hacer cosas fuera de lo común y cómo la gente lo recibe con un respeto y una atención increíble”, anota este compositor que estudió ingeniería de sistemas.
Frankenstein Posmo
Jueves, el disco anterior del Cuarteto de Nos, salió a finales del 2019, por lo que tuvo poco margen de vida en presentaciones. Brindaron algunas en Suramérica, otras en México y el resto del tour quedó truncado por la pandemia.
Así, todos los temas de Lámina Once fueron compuest0s por Roberto Musso entre el 2020 y el 2021 durante el azote del coronavirus.
Él no puede escribir en otra parte que no sea en el estudio que tiene en su casa en la capital uruguaya. “Soy una persona muy estructurada y rutinaria. Me gusta prestarle atención a cada palabra y a cada letra de una canción”.
Nunca se sabe cómo sería, por ejemplo, una canción si en el entorno del artista los factores externos hubieran sido distintos a los planteados, digamos, por el Covid-19. “Es otro signo de interrogación en mi cabeza. Somos una especie de resumen de la sumatoria de experiencias ocurridas un segundo atrás”.
Lo cierto es que la pandemia sí marcó un punto de inflexión para el concepto estético de Lámina Doce. Todo esto viene a cuento porque en su tema Frankenstein Posmo se habla de absorber todo lo que uno ve, escucha y lee por ahí para volcarlo en nuestra existencia o para estar dominados por la distorsión o el engaño.
“Sí, Frankenstein Posmo es sobre ese collage de bombardeo informativo que siempre recibimos, pero que en la pandemia nos explotó en la cara. Nuestro cerebro y nuestras emociones no estaban capacitadas para codificar lo que nos estaba pasando. Nos parecíamos un poco al monstruo de carnes y vísceras de Mary Shelley”.
Flan
Flan es una reflexión política y social muy poderosa que lleva a quien la escucha a preguntarse: ¿cómo podemos colaborar a cambiar el mundo?
“Si tuviera esa respuesta sería increíble”, suspira y sonríe. Algunas frases de Flan las tenía escritas desde hacia tiempo en un archivo donde va recogiendo ideas para futuras canciones.
Cuando quedó encerrado por la cuarentena vio cómo esas frases tenían un sentido distinto al día en que se le ocurrieron, aunque funcionaban ante esta nueva perspectiva sanitaria. “Después apareció la simbología de la publicidad del hombre comiendo un flan. Me pareció interesante el paralelismo entre un tembloroso flan y la realidad frágil de la pandemia”.
Chivo Expiatorio
La canción Chivo Expiatorio narra cómo Pandora camina sola por las calles con su jarrón en búsqueda de alguien a quien cargarle la culpa de todo el caos que anda suelto. Es atemporal su mensaje de que es humano echarle la bronca a otro por lo que hago yo o sobre los sospechosos de siempre a los que hacemos culpables de interrumpir la paz y la armonía.
¿Quién carga la culpa de tanto desmadre post pandemia? “Siempre andamos buscando culpables como primer paso, incluso antes, desde la autocrítica. Luego pasamos al coronavirus: ¿Quién lo hizo? ¿Fue en un laboratorio chino? ¿Provino de Occidente o de Oriente? ¿Quién tenía la culpa? Nadie se hizo responsable de nada”.
Fiesta en lo del Dr. Hermes
En la Fiesta en lo del Dr. Hermes se habla del abuso de poder, de la corrupción y de un sistema cimentado en un favor con otro favor se paga. El poder no puede ser la última palabra en el desenvolvimiento de las relaciones sociales, pero pasa.
¿Todo poder es un abuso? “Creo que no. Aunque la gran mayoría de los poderes sí lo son. Aunque el buen uso del poder sí es positivo. Obvio que hay seres humanos que lo vuelven negativo porque quieren sacar el mejor provecho de cualquier situación”.
Esta canción desentraña al poder y qué se hace cuando se tiene y se ejerce. “Nos preguntamos: ¿qué piensa el que no tiene poder y qué pasa cuando lo intenta poseer? Eso lo dejamos en evidencia en el punto final cuando incluimos tenores y barítonos, quienes son dos bandos: los que están dentro de la fiesta y los otros que no fueron invitados, pero que quisieran tomar la misma champaña. Es sobre los que se perpetúan en el poder con su nepotismo”.
Hablamos de un continente americano que sabe de dictaduras, tiranías y modernas democracias dictatoriales. “A mí, con el Cuarteto de Nos, haber podido recorrer toda Latinoamérica, sin excepciones, ha sido un aprendizaje muy grande. Uruguay y Argentina, acá en el sur, hemos sido muchas veces, quizás por nuestra descendencia, sobre todo española e italiana, más dados a mirar hacia Europa. Ahora, por suerte, es al revés. Por eso canciones nuestras como la Fiesta en lo del Dr. Hermes conectan mucho, sobre todo, con un público joven y latinoamericano, ya que conocemos mucho de preocupantes situaciones sociales y políticas”.
La ciudad sin alma
El álbum Lámina Once inicia entre tinieblas ante la interrogante de cómo cambiará el rumbo de este planeta y cierra con destellos de luz con el tema La ciudad sin alma. Porque, fuera de la desolación, la soledad y la incomprensión que respiramos, el Cuarteto de Nos cantan que “algo renacerá en un mejor lugar”.
Parafrasean al filósofo Erich Fromm: ¿estamos ante la esperanza como un acto revolucionario? “Lo planteas súper bien, Daniel, la verdad. Así mismo es. No es caprichoso o coincidencia que la última canción del disco sea La ciudad sin alma. Me encanta que tú y yo seamos de las generaciones que nos gusta plantear un orden lógico para escuchar las canciones de un disco”.
Roberto Musso la califica como “una canción esperanzadoramente desesperada”, sobre un lugar que no tiene que ser un sitio físico, sino también funciona un espacio sensorial, imaginativo, espiritual o el que nos haga feliz.