El reto del envejecimiento demográfico de Panamá
En Panamá, la tasa de reproducción ha disminuido significativamente en las últimas décadas, lo que afecta nuestra estructura poblacional. Datos censales muestran una reducción constante en el crecimiento de la población desde al menos 1990.
Ciudad de Panamá/Esta entrega explora la dinámica poblacional de Panamá durante las últimas décadas, tomando como referencia datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), así como de otros países con poblaciones comparables.
Población
El tamaño y la estructura de la población son fundamentales para la productividad y la seguridad de una nación. El crecimiento poblacional expande mercados, aumenta la demanda y reduce a largo plazo las presiones fiscales derivadas de las pensiones y de la deuda pública.
Ahora bien, cabe reconocer que el número absoluto de habitantes no se correlaciona directamente con la riqueza de un país. No obstante, sí es más probable que una población en crecimiento y educada produzca mejores resultados económicos.
Para referencia, Panamá, a nueve grados por encima del Ecuador y con una población de cerca de cuatro millones, tiene un producto interno bruto (PIB) por persona de aproximadamente $20 mil dólares.
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Liberia y Singapur también están entre los trópicos, con Liberia a cinco grados por encima del Ecuador y Singapur a un grado. Pero, a pesar de sus latitudes cercanas, Liberia, con una población de cinco millones, tiene un PIB por persona de $855, mientras que Singapur, con una población de seis millones, tiene un PIB por persona de $90 mil, más de cuatro veces el de Panamá.
Son varios los países pequeños que, como Singapur, han logrado el salto a la prosperidad. Nueva Zelanda, con una población de cinco millones, tiene un PIB por persona de $50 mil. Dinamarca, con una población de seis millones, tiene un PIB por persona de $70 mil. Irlanda, con una población de cinco millones, tiene un PIB por persona estratosférico de $103 mil.
Aunque el PIB por persona no es un indicador completo de la situación económica dentro de un país, sí sirve para tener una idea aproximada de la calidad de vida de sus habitantes.
Instituciones
Según los economistas Daron Acemoglu, del Instituto de Tecnología de Massachussets, y James Robinson, de la Universidad de Chicago, el éxito de un país no depende principalmente del tamaño de su población, sino de sus instituciones políticas y económicas.
Acemoglu y Robinson argumentan —en su famoso libro Por Qué Fracasan Las Naciones— que los países pueden tener instituciones inclusivas, basadas en participación e innovación, o instituciones extractivas, que minan a su propia población y destruyen valor. Las naciones con instituciones inclusivas son mucho más propensas a generar riqueza, mientras que las naciones con instituciones extractivas usualmente se quedan estancadas en la pobreza y la inestabilidad.
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Cabe agregar que Acemoglu y Robinson indican que los cambios institucionales —como una reforma a la Constitución o a la ley orgánica de la Caja de Seguro Social— ocurren frecuentemente en momentos críticos de la historia de los países y la calidad de las decisiones que estos tomen en tales momentos determinará su éxito o fracaso.
Por todo esto es que el fortalecimiento institucional es clave para mejorar la resiliencia económica y la estabilidad social del país.
Demografía
Un complemento al factor institucional es el crecimiento poblacional, que implica una ampliación de la fuerza laboral y un alivio a la presión de las pensiones a largo plazo. Tal crecimiento le permite a Estados Unidos apoyarse sobre un poderoso mercado interno a la par que crea las condiciones para que China robustezca su demanda doméstica y así no tenga que depender de las exportaciones.
En Panamá, la tasa de reproducción ha disminuido significativamente en las últimas décadas, lo que afecta nuestra estructura poblacional. Datos censales muestran una reducción constante en el crecimiento de la población desde al menos 1990.
De hecho, según el INEC, la tasa bruta de natalidad por cada mil habitantes era de 18.5 en 2018 para luego caer a 14.5 en 2022.
Y según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de fecundidad de Panamá es hoy día de 2.3, esperándose que baje a 1.9 en 2050.
Por esto, en parte, la OIT ha indicado que “Panamá es uno de los países con mayor envejecimiento en América Latina y el Caribe”.
Tal cambio en la estructura de la población está impulsado, en parte, por importantes avances en materia educativa y de derechos humanos, como también por las dificultades económicas de formar un hogar. Todo esto está transformando la pirámide demográfica del país, reduciendo su base.
De continuar con las tasas hoy proyectadas, la población de Panamá será de cinco millones para el 2050 y no más de siete millones para el 2100.
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Impacto
El envejecimiento de la población impacta significativamente el sistema de seguridad social y las finanzas públicas. Las pensiones dependen cada vez más del Tesoro Nacional y es probable que los costos de las jubilaciones aumenten en las próximas décadas.
Para sostener a la población pensionada, las opciones a corto plazo incluyen mejorar la productividad laboral y el ingreso de los jóvenes, a través de la capacitación, para que puedan llevar mejor el peso económico de las jubilaciones. Y también está la opción de aumentar progresivamente la edad de jubilación. Mientras tanto, a largo plazo, sería una aceleración en el crecimiento poblacional lo que podría aliviar la presión de las pensiones.
Obstáculos
Las barreras económicas influyen en el ritmo de crecimiento poblacional, dificultando la formación de nuevos hogares y limitando la conversión de parejas a familias.
De buscarse revertir la tendencia a la baja de la tasa nacional de reproducción, se necesitará de políticas públicas que fomenten la creación de tales nuevos hogares. Por ejemplo, en varios países alrededor del mundo, como en el Reino Unido, se establecen beneficios fiscales para que las familias puedan estabilizarse en sus años tempranos.
Sobre todo, impulsar la generación de empleo resulta clave para sostener el movimiento económico y así abrir nuevas oportunidades para la formación de hogares.
Migración
A pesar de ser un tema controvertido, la migración es un fenómeno humano y, en algunos casos, ha servido para que las naciones puedan avanzar económicamente.
A mediano plazo, políticas selectivas de migración podrían ayudar a mitigar el impacto de una tasa de natalidad cada vez más baja. Igualmente, la creación de incentivos para empujar la conexión de Panamá con sus países vecinos.
Aunque las cifras locales de migración son altísimas, las mismas están distorsionadas por el flujo migratorio impresionante que pasa a través de Panamá para ir a Estados Unidos.
A medida que la situación de la migración irregular se controle en el continente, estos números podrían caer, abriendo el compás a un patrón migratorio coordinado por el país mismo, con el objetivo de aumentar la piscina nacional de talento y de competencias.
Coda
Aunque, como hemos visto, la prosperidad de un país depende principalmente de sus instituciones, más que del tamaño de su población, el crecimiento poblacional es una fuente de estabilidad económica a largo plazo y ayuda a aliviar el peso de las pensiones.
Y en la medida en que Panamá avance en atender sus retos demográficos, económicos e institucionales, podrá asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo, aprovechando una renovada dinámica poblacional como un activo estratégico para el desarrollo nacional.