Repunte de casos del COVID-19: riesgos para la recuperación económica

Ciudad de Panamá/Panamá superó las 3 mil defunciones por la COVID-19 este miércoles 25 de noviembre de 2020 y también registró 1,602 casos nuevos este mismo día, informó el Ministerio de Salud (Minsa). En las últimas semanas, las autoridades sanitarias han advertido sobre el aumento acelerado de contagios y no descartan un repunte antes de que termine 2020.

De ser así, el Minsa podría ejecutar el “plan de contingencia” que consiste en tomar medidas en función de cada etapa de alertas previamente definidas. Hay cuatro indicadores que ayudarán a identificar cada etapa: Rt de 1 o menor, letalidad menor de 3%, disponibilidad de camas en sala de 20% y disponibilidad de camas en UCI de 15%. En la medida que cada indicador sea mayor del esperado, se irán activando distintas etapas de alertas definidas.

De las cuatro etapas de alerta, la de mayor impacto sería la cuarta que trata sobre el desborde (más del límite antes señalado) de los cuatro indicadores y que implicaría: cierres y cercos sanitarios, toque de queda extendido y que solo podrán operar empresas de servicios esenciales de alimentos, entre otras medidas. Lo que para la recuperación económica panameña tendría un alto impacto, según el sector empresarial.

Sobre el tema de la situación económica debido a la pandemia, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) ya ha planteado su posición: hay que atender de forma inmediata la recuperación y reactivación económica del país.

“La situación nos exige enfocarnos en medidas inmediatas y a mediano plazo que atiendan los aspectos tanto laborales como socioeconómicos de forma transversal”, según Jean-Pierre Leignadier, presidente de la Cámara de Comercio.

A la Cciap no deja de preocuparle la situación. Este 25 de noviembre presentó el Índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP), el cual, según la medición del mes de noviembre 2020, marcó 92 puntos, 3 puntos por debajo de la medición de septiembre 2020, informó la Cámara. Según el estudio, el punto de equilibrio o neutralidad es de 100 puntos, más de eso representa la “zona de confianza” del consumidor y menos de eso se encuentra la “zona de desconfianza”.

La percepción sobre el desempleo marcó un índice de 79 puntos, influenciado por la incertidumbre de los consumidores frente a la situación del empleo, mientras que la expectativa de los consumidores sobre la situación económica de sus hogares pasó de 113 puntos (septiembre) a 108 puntos (noviembre), con una disminución de 5 puntos, informó el gremio empresarial.

Situación de la pandemia en el país

El Rt o índice de reproducción efectiva del virus está en 1.17 (hasta el 24 de noviembre, según datos oficiales). De acuerdo con el Informe de situación - Reporte No. 41 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al inicio de la epidemia se partió de un Rt efectivo de más de 5.5 que descendió progresivamente y se mantuvo alrededor de 1.0 durante el mes de mayo hasta el 11 de junio, en donde se tuvo un Rt de 1.63, uno de los más altos registrados en el periodo. Desde entonces y hasta el 26 de julio, el Rt fluctuó con valores ligeramente superiores a 1.

A partir de la primera semana de agosto se observó una tendencia cercana a 1, con variaciones del Rt de 1.13 (al 1 de agosto) a un Rt de 0.96 (el 29 de agosto). En septiembre, el Rt varió entre 0.87 y 1.0; en octubre, un Rt permaneció muy cerca de 1. Después, se ha tenido un incremento gradual del Rt, pasando de 1.04 a un Rt de 1.17.

“Continúa aumentando la tasa de transmisión a más de una persona y por consiguiente, el ritmo o velocidad de propagación de la epidemia”, destaca el Informe de situación de la OPS, del 24 de noviembre de 2020.

En efecto, las autoridades de Salud han advertido en las últimas semanas sobre el aumento de contagios de la enfermedad y no descartan un repunte para fines del mes de noviembre o diciembre de 2020.

La directora general de Salud, Nadja Porcell, insistió en la necesidad de fortalecer las medidas de bioseguridad y recordó la prohibición de todo tipo de actividades festivas, por lo que pidió mantener la “burbuja del hogar”, que consiste en mantenerse en un solo círculo social, en este caso, la familia.

Las autoridades de Salud también insisten en el uso de la mascarilla y otras medidas sanitarias como el lavado frecuente de manos.

Según la OPS, en Panamá −hasta el 22 de noviembre− el porcentaje total de muertes entre quienes se confirmaron con la COVID-19 es del 1.9%, continuando entre los países de las Américas con más baja letalidad, incluso inferior a la letalidad para la región que es de 2.8%. Sin embargo, el país canalero ocupa el primer lugar con la mayor tasa de mortalidad entre los países de Centroamérica, con una tasa de 69.1 x 100,000 habitantes.

La diferencia entre mortalidad y letalidad es que con la primera se toma como referencia a la población total, mientras que la segunda solo tiene en cuenta a las personas afectadas por una determinada enfermedad, en este caso la Covid-19.

La OPS destaca que si bien Panamá muestra la incidencia más alta de COVID-19 en América, es de los países que más pruebas de diagnóstico realiza (194,479 pruebas por millón de habitantes).

El análisis a gran escala de la población del país permite tener una cifra más cercana a la real de infectados −añade la OPS−, al tiempo que recuerda la importancia de ubicar los casos para poder “geolocalizarlos”.

Con relación a la distribución geográfica de los casos, hasta el pasado 21 de noviembre, el 71.8% se encuentran en: la región Metropolitana, con 24.4% (37,510 casos); Panamá Oeste. con 18.2% (27,895 casos); San Miguelito, con 11.3% (17,425 casos); Panamá Norte, con 7.3% (11,178); Veraguas, con 6.0% (9,200 casos) y Panamá Este, con 4.6% (7,068 casos). Las regiones restantes contribuyen con el 28.2% de los casos, se indica en el reporte de la OPS.

¿Opciones a considerar?

Con este panorama, la OPS no duda al señalar que hay una “apreciable tendencia al incremento de casos”, lo cual repercute en la presión sobre la atención hospitalaria de pacientes COVID y no COVID, debido a la reducción en la disponibilidad de camas a nivel general y en las UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).

Mientras que los miembros de la Mesa de Reapertura Comercial, conformada por ministros de Estado y líderes del sector privado, estudian el Plan de Contingencia elaborado por las autoridades de Salud para enfrentar cualquier escenario derivado del repunte en los casos de la COVID-19.

“Estamos siempre dispuestos a dialogar y facilitar el intercambio de ideas o propuestas que aporten a la reactivación económica y, con ese objetivo, nos reuniremos en próximos días”, aseguró Ramón E. Martínez, titular del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici).

De hecho, el ministro Martínez señaló que se dará seguimiento al Plan Actualizado de Reapertura Nacional y Provincial, el cual ha avanzado de “forma gradual”, permitiendo la reactivación de más de 7 mil 500 empresas y el retorno laboral de 93 mil 560 trabajadores, informó el Mici en un comunicado. Según el ministro, hay que lograr el “equilibrio entre la reactivación de la economía y la salud”.

A propósito de las medidas para la reactivación económica, el presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Panamá (Camtur), Ernesto Orillac, ha reiterado también que el sector requiere mucho apoyo del gobierno y de la banca.

“La ocupación hotelera es del 8%, esto con el 40% de la plaza hotelera de 32 mil habitaciones. El sector genera unos 60 mil empleos, de los cuales sólo se han reactivado cerca de 20%”, aseguró Orillac durante su intervención en el Foro Empresarial “Estrategias Público- Privadas para la Reactivación Económica”, el pasado 19 de noviembre, transmitido por internet.

"Nosotros no vamos a poder recuperarnos el próximo año. El 2021 va a ser un año difícil, donde podremos recuperar un 30% o 40% de la demanda, pero estaremos por debajo del 50%”, dijo Orillac en el evento virtual.

En esa misma línea se expresó el presidente de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac), Jorge Luis Lara, quien agregó que en este sector es necesario “agilizar la tramitología en los proyectos de construcción para así acelerar la contratación y generación de empleos”. Para los líderes empresariales es imperativo continuar con la reactivación económica del país.

Latinoamérica en apuros

Al igual que Panamá en el resto de Latinoamérica también están pasando momentos de incertidumbre por los rebrotes de casos del COVID-19. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) manifestaron en conjunto que en la región latinoamericana la reactivación “post COVID-19 será lenta y se necesitará mucho tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles previos a la crisis sanitaria”.

En el informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, publicado este mes de noviembre, la Cepal y la OIT plantean que “si se mantuviera una tasa de crecimiento promedio del producto interno bruto (PIB) regional de 3.0%, sólo se alcanzaría en 2023 el nivel de PIB que existía en 2019”.

Sin embargo, “con la tasa promedio mostrada en la última década (1.8%), se alcanzaría recién en 2025 el nivel de PIB de 2019. Y con la tasa promedio anotada durante el último sexenio (0.4%) no se alcanzaría en la próxima década”, advierten la Cepal y la OIT. Es por ello que nuevas medidas restrictivas pudieran afectar el desarrollo económico.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, señaló en sus más recientes perspectivas económicas: “La Covid-19 en América Latina y el Caribe”, que los avances en los tratamientos y el pronto desarrollo de una vacuna podrían mejorar las perspectivas en un escenario favorable.

‘Hay que reevaluar cómo organizaremos la economía’

Mientras las vacunas llegan, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, planteó −el pasado 10 de noviembre, en un evento online organizado por el Congreso Bancario Europeo− que ante la pandemia y los rebrotes que se siguen registrando hay que “reevaluar cómo organizaremos nuestra economía en el futuro”.

De hecho, en esa misma línea se ha manifestado la Fundación del Trabajo en Panamá. “Las organizaciones empresariales y sindicales deben asumir un máximo grado de responsabilidad y compromiso social para resolver el conflicto latente por la suspensión de los contratos y su desenlace a partir del 1 de enero de 2021”, dijo Miguel Del Cid, asesor general de la fundación.

“Entendiendo que la crisis no termina el 31 de diciembre de 2020, empresarios y trabajadores deberían sentarse ya en una mesa bipartita para conversar inicialmente sobre las opciones para minimizar los costos de la crisis laboral que se cierne sobre el país y las condiciones para el retorno de los trabajadores con contratos suspendidos”, Miguel Del Cid, Fundación del Trabajo.

Ahora bien, añadió, “se debe tener en cuenta que la solución de muchos de esos desafíos requiere de la intervención del gobierno, por lo cual en algún momento, luego de algunos consensos bipartitos, se “tendrá que ampliar la mesa de diálogo a nivel tripartito”, puntualizó.