Verdad, memoria, justicia y reparación: dónde estamos a 31 años de la Invasión
Los expedientes legales abiertos a las víctimas cuidan mucho su lenguaje. No se habla de homicidio, ni asesinato, a pesar que algunos contienen testimonios dónde es evidente que soldados estadounidenses fueron responsables de las muertes.
Verdad, memoria, justicia y reparación. Este domingo 20 de diciembre se cumplen 31 años de la Invasión de Estados Unidos a Panamá. Más de tres décadas después, todavía hay fosas comunes con cuerpos sin identificar, no se ha aprobado una ley para decretar el Día de Duelo Nacional, y la historia sobrevive de boca en boca, con solo un par de párrafos o ninguno en los textos escolares.
¿Qué fue la Invasión? Muerte, destrucción, pérdida. El viernes 18 de diciembre, la Comisión 20 de Diciembre presentó un informe con los avances y hallazgos en el proceso de identificar restos exhumados en el Jardín de Paz. Mostraron ropa de mujeres y niños, fragmentos de bala, huesos perforados por municiones de grueso calibre, todo empaquetado en bolsas negras etiquetadas en inglés por el ejército de Estados Unidos.
La Invasión es injusticia y desigualdad. Lenin Ulate es miembro del equipo multidisciplinario que trabaja en identificar cuerpos exhumados de una fosa común en el cementerio Jardín de Paz. Cuenta como tropas estadounidenses abrieron en 1989 10 bolsas de cadáveres buscando el cuerpo de un estadounidense arrojado por error junto a los panameños. Lo buscaban porque era importante para ellos que su familia lo pudiera enterrar dignamente. Lo encontraron, y volvieron a arrojar las bolsas con cuerpos de panameños a la fosa donde permanecerían treinta años.
Tal vez nunca se sepa el número exacto de muertos, pero El Chorrillo recuerda las llamas que consumieron sus edificios y a su gente, Colón recuerda las multifamiliares impactadas por proyectiles, Río Hato los paracaidistas descendiendo sobre sus playas como una nube negra.
Hay quiénes justifican la intervención militar. Pero no hay forma de justificar la muerte de panameños inocentes en retenes, fuera de sus comercios o dentro de sus casas. No hay argumento político para consolar a quien perdió a su padre, madre, esposa, amigo, hermana, a manos de un ejército invasor.
¿Qué debe hacer un país que sufrió una tragedia así?
Verdad, memoria, justicia y reparación.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluso tiene un relator especial asignado para este fin. ¿Cuál es el propósito? Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos:
- Garantizar la rendición de cuentas y hacer justicia;
- Fomentar la verdad y la memoria sobre violaciones pasadas;
- Ofrecer reparación a las víctimas;
- Reformar el marco nacional institucional y legal además de promover el estado de derecho de acuerdo con la normativa internacional de derechos humanos, y restablecer la confianza en las instituciones del Estado;
- Asegurar la cohesión social, la consolidación nacional, la participación y la inclusión a nivel nacional y local; además de promover la pacificación y reconciliación;
- Prevenir la repetición de crisis y violaciones futuras de derechos humanos.
He aquí la gran deuda de Panamá con su historia, con su gente.
¿Se ha hecho rendición de cuentas y justicia por la Invasión?
Los expedientes legales abiertos a las víctimas cuidan mucho su lenguaje. No se habla de homicidio, ni asesinato, a pesar que algunos contienen testimonios dónde es evidente que soldados estadounidenses fueron responsables de las muertes.
Gracias a los trabajos de la Comisión, se han logrado reabrir 14 expedientes. El objetivo principal es la identificación de los cuerpos para dar paz a las familias y que reciban digna sepultura.
“Esos expedientes que están reabiertos, en su momento fueron sumarias en averiguación por muerte o desaparición. Sin embargo, cuando solicitamos la reapertura, lo hicimos principalmente para identificación. En esos 14 casos hay personas desaparecidas y personas desconocidas”, explicó José Luis Sosa, secretario ejecutivo de la Comisión.
Pero, ¿cómo se están llevando adelante estos procesos? ¿qué tipo de justicia o reparación pueden esperar las familias?
“Es un homicidio, todos están catalogados como homicidio. Pero sabemos que no vamos a tener un responsable en si", respondió la Fiscal Maribel Caballero de la Sección de Descarga de la Fiscalía Metropolitana. Explicó que el objetivo es recopilar las evidencias para que en un futuro se pueda buscar indemnizaciones por parte del gobierno estadounidense.
Fomentar la verdad y la memoria sobre violaciones pasadas
Las hermanas Briggitte y Brenda Bethancourt perdieron a su padre, Braulio Bethancourt, en la Invasión. Compartieron un video con un mensaje en nombre de las familias de los caídos.
“No debe haber más llanto sin memoria. Cada lágrima derramada por una familia se convertirá en ejemplo de sacrificio y constituirá una alerta para quiénes se atrevan a intentar profanar la obra forjada en nuestra tierra con la sangre de tantos héroes olvidados”, manifestaron.
Mucho se ha escrito sobre la Invasión. Pero en las escuelas, el tema pasa desapercibido. Hay iniciativas, como el Museo de Memoria Histórica de Río Hato, que han buscado preservar algo de la historia. Pero no fue hasta la creación de la Comisión en 2016 que el Gobierno Nacional se comprometió a destinar recursos para descubrir la verdad y preservar la memoria.
“Muchos habían perdido la esperanza de encontrar a sus familiares caídos. Familias volvieron a despertar sus esperanzas”, compartió Trinidad Ayola, presidenta de la Asociación de Familiares de los Caídos del 20 de Diciembre.
La Comisión no está trabajando sola. Es un equipo conjunto de varias instituciones y personas dentro y fuera del Gobierno. El Ministerio Público ha reabierto procesos y facilitado expedientes, el Registro Público armó árboles genealógicos de las víctimas y rastreó toda la documentación existente, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses aportó sus peritos y facilidades para identificar los cuerpos en conjunto con especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF), estudiantes de la Universidad de Panamá y la Universidad Santa María la Antigua trabajan como voluntarios contactando a los familiares y organizando expedientes.
Los fondos se manejan a través de la Fundación Ciudad del Saber de forma independiente y transparente. La responsabilidad de otorgar esos recursos recae en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y el vicepresidente de la República, José Gabriel Carrizo, declaró (luego de cuestionamientos porque no se habían completado los trámites) que se aseguraría que se cumpliera con los compromisos para que se continúen los trabajos.
Preservar la memoria histórica
Los medios de comunicación han jugado un papel importante en preservar la memoria. TVN Investiga presenta cada año un programa especial con imágenes exclusivas y entrevistas. El colectivo Concolón realizó un proceso de desclasificación de archivos en conjunto con la Universidad de Georgetown llamado Panama Files en el que aparecen conversaciones de Guillermo Endara y George Bush, así como detalles de las tácticas militares empleadas. Universidades, escritores, historiadores, artistas y cineastas han contribuido a lo largo de los años a preservar esta memoria histórica. Y aún queda mucho por registrar.
Restablecer la confianza en las instituciones del Estado
“La destrucción de la institucionalidad que hoy vivimos bien puede originarse en la ruptura que surgió con los hechos de la Invasión”, comentó Juan Planells, presidente de la Comisión durante su informe.
La Invasión fue un punto de inflexión en la historia panameña. Oficialmente, el presidente Endara viajó a Washington y agradeció la “liberación”. Regresamos a la democracia, pero de la mano de una brutal intervención militar que cobró miles de vidas y millones en daños materiales. Las instituciones tuvieron que reinventarse y se diseñó una estrategia económica bajo la tutela de una potencia extranjera. El Panamá que tenemos hoy en día es el resultado del proceso democrático que se desarrolló a partir de ese momento. Contradictoriamente, forjamos nuestra historia moderna tratando de dar la espalda a los hechos que nos llevaron aquí.
Una gran pregunta queda: ¿Qué es Panamá y quiénes somos los panameños?
“Estamos empeñados en descubrir para conocer la identidad de esta nación que tiene grandes aspiraciones por justicia, por paz, armonía y riqueza”, concluyó Planells.