Reagan vs Wayne: El duelo republicano por el canal de Panamá

Historia de Panamá

El pasado 7 de septiembre se cumplieron 47 años de la firma de los tratados Torrijos-Carter. La historia de su negociación está llena de detalles interesantes con personajes singulares como el choque de dos astros de Hollywood.

Jimmy Carter y Ronald Reagan durante un debate como parte de la campaña presidencial. / ACP Biblioteca Roberto F. Chiari

En la política estadounidense, hay pocos temas que despiertan tanta pasión como la soberanía, la seguridad nacional y, por supuesto, el orgullo patriótico. Y en el caso de nuestro país, la combinación de estos tres elementos explotó en un enfrentamiento sorprendente entre dos titanes republicanos: Ronald Reagan, el exgobernador de California en plena campaña presidencial, y John Wayne, el legendario ícono de Hollywood, defensor de la justicia y símbolo del "verdadero estadounidense". A finales de los años 70, ambos hombres se encontraron en bandos opuestos de un debate candente: el futuro del canal de Panamá.

El canal de Panamá y los tratados Torrijos-Carter

Para entender el enfrentamiento entre Reagan y Wayne, primero hay que contextualizar los eventos que los llevaron a cruzar caminos en un campo de batalla político. El 7 de septiembre de 1977, hace 47 años, el presidente Jimmy Carter firmó los tratados Torrijos-Carter con el líder panameño Omar Torrijos, estableciendo la devolución progresiva del control del canal de Panamá a manos panameñas. 

Carter inauguró la defensa de los derechos humanos como nueva doctrina de su política exterior, como ruptura a la anterior basada en el apoyo de Estados Unidos a dictadores y regímenes sangrientos en el poder.

Con este acuerdo se sellaba el fin de una época en la que Estados Unidos había ejercido dominio sobre la vital vía marítima, un símbolo no solo de poderío económico, sino también de control geopolítico, tal y como lo cuenta el historiador y parte del equipo negociador Omar Jaén Suárez en la obra Las negociaciones de los tratados Torrijos-Carter.

Muchos estadounidenses, especialmente en los círculos conservadores, consideraban el canal de Panamácomo una joya estratégica que no debía ser entregada. Para estos sectores, ceder el Canal a una nación pequeña y en desarrollo era una pérdida inaceptable. Y en este marco, el actor de Hollywood y dos veces gobernador de California por el partido Republicano Ronald Reagan emergió como el abanderado de los opositores a los tratados.

Firma de los tratados Torrijos-Carter. / ACP Biblioteca Roberto F. Chiari

Reagan: líder de la oposición  

Reagan, quien ya había ganado popularidad por su postura firme contra el comunismo y sus llamados al retorno de una “América más fuerte”, vio en el tema del canal de Panamá una oportunidad perfecta para fortalecer a su base de votantes. Durante su campaña presidencial de 1976 y más intensamente en la de 1980, aprovechó la preocupación generalizada sobre la seguridad nacional y la soberanía para posicionarse como el defensor de los intereses estadounidenses.

Una de las frases más conocidas durante su campaña fue: "En el tema del Canal, nosotros lo construimos, nosotros lo pagamos, es nuestro, y debemos decirle a Torrijos y compañía que nosotros lo vamos a mantener como nuestro”, apunta Zoilo G. Martínez de la Vega en el libro Las guerras del general Torrijos: la reconquista del Canal de Panamá.

Esta frase resonaba con una parte importante del electorado que temía que entregar el canal a Panamá debilitara el poderío estadounidense en la región. Según Reagan, devolver la vía no solo socavaba la influencia de Estados Unidos en América Latina, sino que también exponía la vía marítima a posibles influencias comunistas, en plena Guerra Fría.

 Uno de los argumentos más contundentes de los republicanos contra los tratados era que el canal de Panamá representaba una vía marítima estratégica esencial para la defensa y los intereses comerciales de Estados Unidos. 

Durante la Guerra Fría, cuando el enfrentamiento con la Unión Soviética estaba en su punto álgido, Reagan sostenía que entregar el Canal a un país más pequeño y con menos capacidades militares debilitaba la capacidad de Estados Unidos para controlar una ruta vital. Temía que Panamá, al asumir su control, no pudiera garantizar su seguridad frente a posibles amenazas externas, incluyendo la influencia comunista en América Latina.

En sus discursos, constantemente expresaba que el paso marítimo era esencial para la proyección de poder militar y económico de Estados Unidos en el mundo, y que cederlo a los panameños podría comprometer la posición global del país.

Reagan apeló a un sentido profundo de patriotismo estadounidense al argumentar que el canal de Panamá era una obra monumental construida por Estados Unidos. Desde su punto de vista, el país había hecho grandes sacrificios en términos de dinero, recursos y vidas humanas para construir la vía interoceánica. Por lo tanto, ceder el control del Canal era equivalente a "dar algo que pertenecía legítimamente a los Estados Unidos".

Caricatura / La Estrella de Panamá

Influencia comunista en América Latina

Por otra parte, el político también sostenía que los tratados podrían abrir la puerta a la inestabilidad política en nuestro país y, potencialmente, a la infiltración comunista en el país. En pleno contexto de la Guerra Fría, la política exterior estadounidense estaba enfocada en frenar la expansión del comunismo, especialmente en el hemisferio occidental. 

Este temor se exacerbaba por la relación de algunos países de América Latina con la Unión Soviética y por la presencia de movimientos insurgentes y de izquierda en la región. Reagan utilizó este argumento para afirmar que el Canal debía permanecer bajo control estadounidense para evitar que cayera en manos de "enemigosde la democracia.

Según Martínez de la Vega, el 20 de septiembre de 1977 aparece un documento titulado “Las realidades relacionadas con los propuestos Tratados del canal de Panamá”, de autoría de Ronald Reagan y que fue presentado por el partido Republicano ante el subcomité Judicial del Senado y al Comité de los Servicios Armados y que en una parte se afirma lo siguiente: 

Torrijos ha sido descrito frecuentemente como el hijo de dos maestros rurales. Eso es correcto. Su madre Joaquina y su padre José han sido identificados como los fundadores de una célula comunista en la provincia de Veraguas. En la actualidad es la célula más poderosa e influyente de Panamá.

Omar Torrijos fue miembro de la organización marxista “Veraguas Joven (Young Veraguas)”, cuando asistía a la Escuela Normal de la Provincia de Veraguas. Drew Pearson lo identificó el 19 de noviembre de 1968 como miembro del Partido Comunista de Panamá”.

¿Sería Panamá capaz de administrar la vía?

Otro punto clave en la oposición de Reagan a los tratados era su duda sobre la capacidad de Panamá para gestionar y operar la vía de manera eficiente y segura. Argumentaba que la infraestructura y la administración requerían una experiencia y un capital técnico que Panamá no poseía en ese momento. Según él, la ejecutoria estadounidense garantizaba el buen funcionamiento, algo que estaba en riesgo si se transfería a un gobierno con menos recursos y experiencia.

Ronald Reagan (i) y John Wayne. / Wikipedia

John Wayne: El vaquero que defendió a Panamá

Lo que muchos no esperaban era que otro héroe del conservadurismo estadounidense, el inconfundible John Wayne, saliera en defensa de los tratados Torrijos-Carter. Wayne, quien había construido una carrera interpretando a vaqueros valientes, soldados leales y hombres justos, era también un ferviente patriota y simpatizante republicano. Sin embargo, en esta ocasión, el "Duque" no estaba del lado de Reagan.

En una entrevista poco antes de su muerte en 1979, John Wayne explicó por qué apoyaba la devolución del canal de Panamá: "Hemos estado allí [en Panamá] durante más de 70 años. Creo que es hora de dejar que tengan su país de vuelta. Es lo correcto". 

El Duque creía que, aunque Estados Unidos había jugado un papel crucial en la construcción y gestión del canal, el tiempo de Panamá para asumir su propio destino había llegado. Para él, no se trataba de una pérdida estratégica, sino de un acto de justicia y respeto hacia un país soberano.

El duelo político: Opiniones encontradas

La postura de John Wayne sorprendió a muchos de sus seguidores, que esperaban que el actor se alineara con su amigo Ronald. Sin embargo, su apoyo a los tratados Torrijos-Carter demostró que su visión de la justicia y el patriotismo iba más allá de los intereses estratégicos inmediatos. En lugar de ver la devolución del Canal como una señal de debilidad, la consideraba una decisión madura y responsable.

Por otra parte, el rechazo a los tratados Torrijos-Carter fue una de las piedras angulares de la campaña presidencial, especialmente entre los sectores más conservadores y patriotas de Estados Unidos. Aunque no logró impedir la ratificación de los tratados en 1978, la postura de Reagan ayudó al republicano a consolidarse como un líder fuerte y defensor del orgullo nacional estadounidense, lo que eventualmente lo catapultó a la presidencia. 

Cuando los tratados Torrijos-Carter fueron aprobados por el Senado de los Estados Unidos en 1978, Ronald Reagan mostró una clara desaprobación, pero una vez aprobados, su reacción se centró en continuar expresando su desacuerdo y usando el tema como una herramienta política clave para impulsar su carrera presidencial.

El legado de la disputa

El enfrentamiento entre Reagan y Wayne por el canal de Panamá se convirtió en uno de los debates más inusuales en la historia política estadounidense. Por un lado, Reagan ganó la batalla política interna: su postura firme lo ayudó a asegurar la nominación republicana y, finalmente, la presidencia en 1980 venciendo al demócrata Jimmy Carter, abanderado de la devolución del Canal a nuestro país. Muchos están de acuerdo en que entre otras cosas una de las razones de la derrota del demócrata se debió precisamente al hecho de "entregar el canal a los panameños"

Su campaña apeló al orgullo y al miedo a perder la hegemonía en el hemisferio occidental, y aunque nunca logró revertir los tratados, su oposición le dio fuerza ante los votantes que se sentían inseguros ante un mundo en constante cambio.

Sin embargo, el apoyo de John Wayne a los tratados dejó una huella duradera. A pesar de ser un republicano ferviente, Wayne demostró que el patriotismo no siempre se mide por la dominación o el control territorial. Su defensa de la devolución del Canal reflejaba una visión más amplia de la justicia y el respeto por otras naciones. En palabras del propio Wayne: "Si creemos en la libertad, tenemos que respetarla también para otros".

A pesar de su oposición, Reagan no rechazó el resultado del proceso democrático. Al igual que muchos republicanos y conservadores de la época, expresó su preocupación por lo que consideraba una "pérdida" estratégica para Estados Unidos, pero no promovió acciones para revertir el tratado una vez que fue ratificado. En cambio, sí criticó el tratado públicamente, pero se mostró respetuoso con la decisión del Senado.

Afiche de la campaña de Ronald Reagan para la presidencia de Estados Unidos. / Facebook

Reagan en campaña hacia la presidencia 

A medida que se acercaba a las elecciones de 1980, su mensaje sobre el canal de Panamá fue parte de un discurso más amplio sobre la necesidad de restaurar el poder y la credibilidad de los Estados Unidos. Si bien los tratados finalmente entraron en vigor y la vía fue transferida a Panamá en 1999, Reagan capitalizó la controversia como un símbolo de la política exterior que deseaba revertir.

El canal de Panamá finalmente fue devuelto a Panamá en 1999, y aunque el tema causó divisiones en su momento, hoy es visto como un ejemplo de diplomacia y respeto mutuo. 

Solo conociendo nuestra historia podemos entender nuestro presente.

 

 

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