Radiografía económica de Panamá: crecimiento, diversificación y desafíos futuros
Economía en Panamá
Ciudad de Panamá, Panamá/Cerrando el año, resulta útil repasar algunos de los datos más importantes de la economía panameña para recordar no sólo su magnitud, sino también su importancia, incluyendo la productividad, el empleo y los subsidios. Veamos.
Crecimiento
A pesar de las crisis financieras internacionales e incluso la pandemia del COVID-19, la economía panameña ha demostrado ser bastante resiliente, cualidad que deriva de su diversificación.
Aunque la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) ya estaba desacelerando antes de la pandemia, igual el país marchaba por delante de sus pares regionales.
Y luego de la pérdida de un quinto de su productividad durante la pandemia, la nación marcó una tasa de crecimiento del 15% en 2021, saliendo de la turbulencia, y luego del 10% en 2022.
Para este año, la expectativa es cerrar con un crecimiento de alrededor del 5%, aunque aún hay debates sobre qué tan fuerte será el impacto de los cierres del cuarto trimestre.
Y para el próximo año, la deducción de las exportaciones de cobre podría ver a Panamá con un crecimiento más cercano al 1%, o incluso, según algunos, una leve contracción.
Ímpetu
Antes de la pandemia, el PIB estaba a punto de alcanzar los $70,000 millones, pero durante la crisis, se redujo a menos de $60,000 millones.
En los dos años más recientes, el PIB se disparó, alcanzando aproximadamente los $75,000 millones. Pero es importante destacar que parte de este incremento puede atribuirse a ajustes en el cómputo de la medida.
Economías de tamaño similar son Serbia, Uruguay y —siempre acompañándonos— nuestra vecina Costa Rica.
También, según los pronósticos de S&P Global Ratings, Panamá superará los $100,000 millones en PIB para 2027 o 2028.
Claro está, Panamá tendrá que sortear de forma hábil el mediano plazo para llegar a tal hito.
Composición
La diversificación, como se mencionó, es un elemento clave de la economía panameña.
El sector principal es el comercio, que circula alrededor de la venta de comida, bebidas, ropa, carros y combustible. Tal sector también incluye las farmacias y las ferreterías.
También importante es el sector de transporte, almacenaje y correos —principalmente transporte.
Este comprende al Canal de Panamá, el Aeropuerto Internacional de Tocumen, el Metro de Panamá, el Metrobús y los puertos. Los puertos, por ejemplo, procesan al año un peso acumulado de carga de alrededor de 10 mil torres Eiffel.
Tampoco se puede quedar por fuera el sector agropecuario, produciendo principalmente arroz, sandía y piñas, y criando ganado, puercos y gallinas. La pesca también resulta relevante.
En cuanto a industrias, la economía panameña tiene varias.
Primero, está la industria de comida, que procesa el producto del sector agropecuario. Por ejemplo, en Panamá, cada año se procesan alrededor de 350 mil vacas y 700 mil puercos.
Tal industria también incluye la producción de azúcar —por 150 mil toneladas al año— y de cerveza — con 225 millones de litros.
Pero también se destacan otras industrias, como aquellas del cemento y del concreto, además de la de generación eléctrica.
Esta última entrega al país 11,500 gigawatts-hora, de los cuales nueve mil provienen de energía renovable. La principal es la hidroeléctrica, que de por sí sola entrega ocho mil gigawatts-hora.
Para referencia, 10 mil gigawatts-hora es la magnitud necesaria para suplir electricidad a una escala de millones de hogares.
Y todo esto sin haber comentado sobre la construcción —que sigue al comercio como el sector económico más grande— el turismo, las comunicaciones, las finanzas, la compraventa de inmuebles, los profesionales, las escuelas, la provisión de salud, la ciencia, el arte, el trabajo en casa y —que no se nos quede por fuera— el sector público.
Trabajo
Toda esta productividad es empujada por los más de dos millones de trabajadores disponibles en el país. De estos, la mayor parte está ocupada, con los desempleados rondando entre los 150 mil y los 200 mil.
Cerca de la mitad de la masa laboral no tiene contratos formales o cotiza con la Caja de Seguro Social.
E igual que la economía, la mano de obra panameña también está bastante diversificada.
Del total de ocupados, alrededor de 100 mil son directores y gerentes. Otros 200 mil son profesionales y científicos. Y 240 mil son empleados de oficina o técnicos.
Los operadores de maquinaria son 130 mil, los trabajadores calificados y artesanos son 260 mil, los agricultores y ganaderos son 200 mil y los trabajadores no calificados son 340 mil.
Pero sin duda la porción mayor son los empleados del sector servicio, en particular los vendedores comerciales, los cuales suman 350 mil.
En otros términos, y redondeando, de cada 100 trabajadores panameños ocupados, 20 están en ventas, 20 son trabajadores no calificados, 15 son calificados o artesanos, 13 son técnicos o empleados de oficina, 11 son profesionales o científicos, 10 son agricultores o ganaderos, 10 son operadores de maquinaria y uno es director o gerente.
Importaciones y exportaciones
Toda esta masa laboral depende de las importaciones para desarrollar sus vidas, desde ropa hasta computadoras, desde comida hasta celulares. Las importaciones anuales de bienes en Panamá rondan un valor de $15,000 millones, con cerca de diez millones de toneladas traídas al país cada año.
Las exportaciones anuales de bienes, por su lado, llegan a un valor de cerca de $3,600 millones, destacando el camarón —por $67 millones— y el banano.
Panamá exporta anualmente más de 250 mil toneladas de banano por un valor de cerca de $130 millones.
Notable en las exportaciones fue aquella del cobre, cuyo valor superó los $2,500 millones. Pero, con el fallo de inconstitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia contra la mina en Donoso, se espera que tal renglón caiga nuevamente a cero en el mediano plazo.
Y hablando del flujo económico entrando y saliendo del país, resulta importante también mencionar a los viajeros, quienes gastan alrededor de $4,000 millones anuales aquí.
Estado
Como mencionamos, no se nos puede quedar por fuera el sector público.
El mismo está compuesto de 90 entidades. Técnicamente son 92, pero dos no están operativas ni reciben financiamiento.
De estas, 24 son del Gobierno Central —los ministerios, procuradurías, etc.— y 40 son las instituciones descentralizadas, como la Caja del Seguro Social y la Autoridad de la Pequeña y Mediana Empresa.
El Estado también cuenta con participación en 16 empresas públicas —como la que administra los corredores— y opera ocho instituciones financieras.
Estas 90 entidades son operadas por 250 mil funcionarios quienes cobran alrededor de $5,000 millones en salarios anuales, incluyendo bonificaciones y sobresueldos.
De cada 10 funcionarios, tres son personal educativo, dos son personal de salud y dos son personal de seguridad. La diferencia está en otros rubros.
De los $5,000 millones en salarios anuales, $2,000 millones se van a pagar al personal educativo, $1,500 millones al personal de salud y $500 millones al personal de seguridad.
Esto significa que el salario promedio mensual del funcionario educativo es de dos mil dólares, mientras que el del personal de salud es de $2,500 y el del personal de seguridad es de $1,300.
Ingresos y gastos
La planilla pública es financiada por los ingresos del Estado, que están por encima de los $25,000 millones, aunque de estos, alrededor de $14,000 millones corresponden al Gobierno Central.
La operación del Estado panameño cuesta alrededor de $15,000 millones anuales, mientras que otros $10,000 millones son destinados a inversión, pero esto varía bastante de año en año.
Por ejemplo, en 2022, aunque el presupuesto originalmente aprobado rondaba los $28,000 millones, la Asamblea Nacional aprobó créditos adicionales que lo terminaron elevando a los $31,000 millones.
Tan solo la Caja de Seguro Social requiere $4,000 millones para operar.
Los municipios, en comparación, tienen presupuestos mucho más chicos, con la ciudad de Panamá disponiendo de alrededor de $350 millones. Colón tiene cerca de $45 millones y San Miguelito cuenta con alrededor de $30 millones.
Le siguen Arraiján con $26 millones y La Chorrera con cerca de $15 millones en presupuesto municipal.
Todo esto es pagado principalmente por impuestos y rentas, cubriendo la diferencia con deuda.
Impuestos
Los impuestos más notables son aquel sobre la Renta, que genera más de $2,500 millones anuales, aquel sobre la Transferencia de Bienes Muebles y Servicios, que da $1,500 millones, y los de Consumo Selectivo y los aranceles, que en conjunto producen mil millones de dólares anuales.
Eso suma $5,000 millones.
A eso le agregamos la participación del Estado en otras empresas —entre ellas el Canal de Panamá— generando dos mil millones de dólares anuales, además de varias tasas y derechos que cobra el Estado por otros mil millones de dólares.
Ya con eso dan $8,000 millones.
Los $6,000 millones restantes del presupuesto del Gobierno Central vienen de los otros impuestos y la diferencia usualmente la sacamos de la deuda pública, la cual ya supera los $45,000 millones.
Subsidios
Para terminar nuestro repaso del panorama económico del país, no podemos obviar otro gasto importante del Estado: los subsidios.
Los más importantes son el Programa 120 a los 65, el cual anualmente cuesta alrededor de $200 millones, y el ajuste de pensiones a jubilados, dos subsidios que en conjunto salen por $280 millones.
También notable es el Programa Pase-U, una beca educativa, que tiene un costo anual cerca de los $150 millones.
Y valdría la pena mencionar también el subsidio al gas, que tiene un costo de $115 millones, y aquel a los intereses preferenciales, el cual, al menos antes de la nueva ley, tenía un costo por encima de los $50 millones.
Coda
Hemos hecho un repaso bastante general de la situación económica del país, además de los elementos generales de su política económica.
Y cómo Panamá logre atender tal situación de cara a un aumento en las necesidades nacionales, la salida de la mina de cobre, la restricción de paso por el Canal de Panamá y la transformación de la escena laboral debido a nuevas tecnologías, será fundamental para su desempeño durante el resto del Siglo XXI.