¿Qué está pasando? Productores de Tierras Altas están sembrando menos hectáreas
Economía en Panamá
Ciudad de Panamá/En las tierras altas de la provincia de Chiriquí el alza en el precio de los fertilizantes ha obligado a muchos productores a reducir sus hectareajes de siembra de hortalizas, cebollas y papa, lo que podría ocasionar un desabastecimiento de estos productos en un futuro cercano.
Los abonos que contienen nitrógeno, fósforo y potasio, los más utilizados, pasaron de costar unos 30 dólares a 70 dólares el saco, situación que es catalogada como “difícil” por Leonardo Martínez, presidente de la Asociación de la Comunidad Productora de Tierras Altas.
Otros agricultores de las tierras altas de la provincia de Chiriquí, la mayor productora de alimentos en el país, han optado por dejar la actividad, pues los costos de producción son “insostenibles”, afirmó Martínez.
Los precios de los fertilizantes en esa región dependen del tipo de financiamiento que reciban los productores de los comercios, de que la compra sea al contado o al crédito, así como del volumen que se compre, e incluso de que si la casa comercial es importadora o le compra a los importadores para su posterior reventa.
Gabriel Araúz, presidente de la Nueva Asociación de Productores de Arroz de Chiriquí, dijo que en el campo hay inestabilidad, porque a ciencia cierta se desconoce si los incrementos responden a una situación real o a un “juega vivo” de los distribuidores, agrupados en la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos (ANDIA), ya que no se han presentado las liquidaciones que demuestren los precios en que estos productos entran al país.
Se desconoce si los márgenes de ganancia son razonables, o si son producto de la especulación, agregó Araúz.
El productor también insistió en la necesidad de conocer la disponibilidad de fertilizantes en el mercado local, pues se aproxima la siembra de varios rubros, entre ellos el arroz, y hay que garantizar la producción de alimentos.
Al respecto, se consultó con la ANDIA para conocer cómo está actualmente el suministro de fertilizantes al país, pero declinaron hacer comentarios.
Durante la actividad agrícola el uso de fertilizantes se da por etapas, toda vez que para la siembra se requieren primero los altos en fósforos y posteriormente los que contienen potasio y nitrógeno.
“Hay que estar claro que se puede dar el tema de la especulación, lo que puede ser perjudicial para la producción”, sentenció Araúz, quien también dijo que muchos productores han reducido la cantidad de hectáreas que generalmente sembraban.
Para tratar de minimizar el uso de fertilizantes las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) impulsan un mayor uso de estiércol por su alto contenido de nitrógeno y materias orgánicas, como la gallinaza, la cerdaza y la caballaza, aunque productores consultados coincidieron en señalar que las plantas necesitan de los fertilizantes para alcanzar niveles óptimos de rendimientos.
La venta de estiércol beneficiaría directamente a la industria avícola y porcina, que tendría la manera de deshacerse de los desechos que producen sus animales.
Según Araúz, hasta el momento este tipo de abono no ha demostrado su efectividad, y algunos como la gallinaza utilizan cascarillas de arroz que traen una serie de malezas que cuando se riegan en los campos pueden traer efectos negativos, además de que las proporciones que se tienen que utilizar son volúmenes altos, “que muchas veces salen hasta más caros”.
En las tierras altas chiricanas el uso de la gallinaza es común, situación que en 2002 llevó a las autoridades a prohibir su utilización de manera cruda, pues causaba contaminación y proliferación de moscas y otros insectos.
El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, este último mayor productor de fertilizantes a nivel mundial, ha llevado a algunos países, como Estados Unidos, a incrementar el uso de estiércol como abono para la producción de alimentos.